NAVIDADES EN FAMILIA
NAVIDADES EN FAMILIA
La tradición marca, entre los Windsor, que la Navidad se celebre en el palacio de Sandringham, desde hace décadas. Se intercambian regalos humorísticos y el día 25 toda la familia acude caminando a la iglesia de Santa María Magdalena y luego regresa a Palacio para almorzar juntos. Parece que, este año, la lista de invitados será algo más larga de lo habitual.
Además de Guillermo y Kate, con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, y el príncipe Andrés y Sarah Ferguson, con sus dos hijas y sus yernos y nietos, este año también incluirá a los hijos de Camilla—Tom Parker Bowles y Laura Lopes—, sus cinco nietos adolescentes —Lola y Freddy, hijos de Tom, y Eliza, Louis y Gus, hijos de Laura—, y su hermana, la interiorista Annabel Elliot, una de sus «damas de compañía», que ayudan a la reina en sus diversos eventos y compromisos oficiales. Annabel atendió a su hermana en la coronación de mayo.
Quiénes conocen el interior de Sandringham apuntan que este aumento de invitados supondrá, seguramente, un cambio en el lugar de celebración de la comida navideña, que será en el salón de baile, en lugar de en el comedor, donde se ha celebrado habitualmente. En años anteriores, Camilla dejaba la reunión navideña de la familia real por la tarde para estar junto a sus hijos y sus nietos. Laura y Tom Parker Bowles, son los hijos del primer matrimonio de Camilla con Andrew Parker Bowles.
Siempre han permanecido en un discreto segundo plano, pero Camilla ha tenido una magnífica relación con ellos. Tanto Laura como su hermano Tom, el mayor, conocieron a Carlos y a los príncipes Guillermo y Enrique siendo adolescentes y tienen con ellos también una muy buena relación. Siempre han apoyado a su madre, a pesar de los difíciles años del divorcio de Carlos y Diana.
Tom tiene 49 años y es cinco años mayor que su hermana. Es ahijado del Príncipe Carlos, lo cual no es extraño si se tiene en cuenta que la familia de Camilla ha tenido siempre una estrecha relación con la familia real, desde mucho antes de que ambos se conocieran. Tom estudió en Eton y en Oxford y se dedica, con éxito, al periodismo gastronómico. Tiene un gran prestigio en los medios británicos. Trabaja para el Mail on Sunday, colabora en la revista The Esquire y ha publicado más de media docena de libros.
También ha tomado parte como juez en programas televisivos estilo MasterChef. Participó, hace unos años, en un negocio de cortezas de cerdo con dos amigos, que no salió bien, porque supuestamente estaban elaborabas solo con cerdos británicos de granjas de bienestar animal y resultó que se utilizaban también animales de otras procedencias. Años atrás la prensa sensacionalista le acusó de ser alcohólico y adicto a las drogas. A pesar de los escándalos, Tom tiene un gran sentido del humor, parecido al de Camilla, y no ha rehusado nunca contestar a preguntas sobre su madre, de la que ha dicho que es «ejemplar» y que nunca los desatendió. También ha asegurado que adora al rey Carlos.
Hace dos años, perdió a su novia, Alice Procope, a causa de un cáncer, con solo 42 años. Tom y Alice mantenían una relación que ya duraba dos años. Él está separado desde 2018, de la periodista de moda Sarah Buys, con la que tuvo un niño y una niña, Lola y Fredy, de 16 y 13 años.
Laura Parker Bowles tiene 45 años. Se licenció en la Universidad de Oxford Brookes, después de educarse en un colegio católico. Estudió arte y marketing. Trabajó un tiempo en el Museo Peggy Guggenheim de Venecia y en la revista «Tatler», donde escribía artículos sobre coches. Fundó, en 2005, y dirigió, durante diez años, una galería de arte en Londres, Eleven Fine Gallery.
Hoy trabaja promocionando a artistas emergentes. Está casada, desde 2006 –el año siguiente a la boda de su madre–, con Harry Lopes, ejecutivo en una empresa de energías renovables. Tienen tres hijos: Eliza, de 15 años, y los gemelos Louis y Gus, de 13. A su boda, al igual que a la de su hermano Tom, asistieron los Príncipes Guillermo y Enrique. La diseñadora de su vestido de novia fue la misma que la de su madre, Anna Valentine. Parece que le gusta cocinar, ocuparse del jardín y leer, aficiones que comparte con su madre.
Tres de los cinco nietos de Camilla – Gus, Louis y Freddy –, al igual que su sobrino nieto, Arthur Elliot, ya desempeñaron, por su expreso deseo, un papel importante en la ceremonia de coronación: fueron los pajes que sostuvieron el dosel sobre Camilla mientras ésta era ungida con el aceite sagrado. Lola, que recientemente celebró sus 16 años, es la nieta mayor de Camilla e hija de Tom Parker Bowles y su ex esposa Sara Buys.
Los reyes Carlos y Camilla junto a los nietos de la propia reina. / /
En una entrevista de 2022 con Vogue, Camilla reveló que juega a Wordle todos los días con Lola. «Ella me envía un mensaje de texto para decirme: 'Lo he hecho en tres', y yo le digo: 'Lo siento, lo he hecho en dos hoy'. La reina consorte también explicó que conoce bien las dificultades de la adolescencia. «Las chicas están empezando a vestirse y maquillarse y da bastante miedo eso de las orejas perforadas y y el cabello de colores», recordaba Camilla con sentido del humor. En más de una ocasión, ha comentado que sus nietas son grandes lectoras y que le encanta comprarles libros en Navidad, al igual que a sus nietos. Les gustan Drácula, El señor de los anillos o Philip Pullman.
Eliza, de 15 años, es la hija mayor de Laura y Harry Lopes. Con tres años, fue dama de honor en la boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, en 2011. El entonces príncipe Carlos la alzó en el balcón real para que pudiera ver a la multitud. Los hermanos menores de Eliza son Louis y Gus Lopes, de 14 años, y Camilla asegura que siempre están pendientes de ella y le mandan muchos mensajes. «Nosotros aprendemos de la gente muy joven y ellos también aprenden de nosotros», aseguró a Vogue. «Así ha sido siempre y es muy agradable».Los gemelos le descubren aplicaciones nuevas, como Tik Tok.
Por su parte, Freddy, de 12 años, es el hijo menor de Tom Parker Bowles y Sara Buys. Parece que su hermana, Annabel Elliot, también estará en Sandringham, por Navidad. Annabel tiene una gran complicidad con Camilla, desde que eran niñas. Ella se encargó del interiorismo de numerosas residencias del príncipe Carlos. Recientemente perdió a su marido por un cáncer, tras 50 años de matrimonio, lo que es, sin duda, una razón más, para acompañarla.