El matrimonio de Balduino de Bélgica en 1960 con una piadosa española, Fabiola de Mora y Aragón , afianzó la imagen del monarca de ser poco menos que un santo. En sus diarios escribió que ella había sido escogida por la Virgen para que se convirtiera en su esposa. Sin embargo, recién convertido en rey, años antes de su matrimonio con Fabiola, se dice que Balduino sintió algo por su madrastra, Lilian Baels. Setenta años después, las sospechas continúan, aunque los descendientes de Lilian lo hayan negado una y otra vez con rotundidad.
La idea de canonizar a Balduino tomó fuerza tras su fallecimiento, en 1993. Pero, a pesar de esta ejemplaridad, los viejos rumores sobre su relación secreta con su madrastra Lilian Baels resurgieron con fuerza en los últimos años con la publicación de los diarios del ex primer ministro Achille Van Acker, que estuvo en el poder entre 1943 y 1946 y 1954 y 1958. El político conoció esta relación en 1952, poco después del ascenso de Balduino al trono.
Los rumores sobre su relación secreta con su madrastra Lilian Baels tomaron fuerza en los últimos años con la publicación de los diarios del ex primer ministro Achille Van Acker. /
Balduino y Lilian habrían viajado al Tirol y a la Costa Azul juntos en un tren nocturno, durmiendo en el mismo compartimento. El joven, que había llegado al trono con 21 años tras la abdicación de su padre, un rey muy impopular por sus relaciones con Hitler, estaba fascinado, según estos rumores, por Lilian.
Balduino fue capaz de reconciliar a los belgas con la monarquía. Tímido y caritativo hace que su pueblo olvide la frialdad de su padre. El Gobierno estaba muy preocupado porque esta relación con su madrastra saliera a la luz e intentaron lo indecible para que la monarquía no fuera una vez más arrastrada por el fango. De hecho, el Gobierno había colocado micrófonos en las estancias del nuevo Rey para conocer sus conversaciones privadas. Salieron a la luz grabaciones en las que Balduino hacía una auténtica declaración de amor a Lilian: le decía «Soy tuyo» o «Nunca te dejaré».
El rey Leopoldo III con su mujer y su hijo el príncipe Balduino. /
La familia de Lilian, en especial su hija Esmeralda nacida de su matrimonio con Leopoldo III, aseguran que estas afirmaciones no se basan en pruebas y que toda la historia es una construcción fuera de contexto. «Mi madre se sentía hondamente herida por estos rumores», declaraba a la versión belga de Paris-Match Esmeralda hace dos años. «No merecía ser vilipendiada de esta manera». Fuera o no cierta esta relación, la realidad es que Balduino se sentía muy influido por Lilian. Cuando esta se casó, en secreto, con el rey Leopoldo III, en 1941, –Hitler envió flores a los novios– solo tenía 23 años y Balduino 11.
El recuerdo de la primera esposa de Leopoldo, la reina Astrid, fallecida en un trágico accidente de automóvil en 1935 seguía muy vivo. Lilian carga con la sospecha de tener inclinaciones germánicas y se dice que es una mujer vanidosa y estricta. Pero se ocupó de criar a los hijos de su marido y de educarlos. Balduino la llamaba «mummy». Tenían mucha confianza y, fuera o no amorosa, compartían una relación especial. Se escribían cartas llenas de afecto y complicidad. Él le agradece siempre sus consejos.
Balduino llegó al trono con 21 años tras la abdicación de su padre, el rey Leopoldo III. /
Balduino es un joven delgado y de aspecto melancólico. En los primeros años como rey, en el palacio real de Laeken, donde vivía la familia real, Balduino fue seguido muy de cerca por su padre y por Lilian. Un seguimiento que preocupaba al país, porque consideraban que era una influencia malsana. Su matrimonio con Fabiola se anunció el 16 de septiembre de 1960. Parece que la reina española tuvo una relación complicada con Lilian, mientras Balduino continuaba con su abundante correspondencia con su madrastra.
Lilian nunca tuvo una buena relación con los belgas. No gustaba su personalidad, ni la influencia que desplegó antes de la coronación de Balduino y luego durante los primeros años de su reinado. Había nacido en Londres en 1916, en el seno de una familia de clase alta de Ostende, que había huido a Londres durante la primera guerra mundial. Estudió alemán y francés y celebró su puesta de largo en el palacio de Buckingham ante el rey Jorge V.
Parece que Lillian y el rey Leopoldo se encontraron, por primera vez, en un desfile militar al que había acudido ella con sus padres. Su progenitor era gobernador y Leopoldo le invitó junto a su hija a un partido de golf. Volvieron a coincidir en una fiesta en honor de la reina Guillermina, madre de Leopoldo, en 1939. Guillermina se convierte en su valedora. Con la invasión nazi de Bélgica los acontecimientos se precipitaron. El padre de Lilian fue acusado de abandonar su puesto sin justificación y acude, junto con su hija, a solicitar el perdón al rey, que se lo concede. La familia Baels se instala en Francia. Él será acusado tras la guerra de colaboración con los nazis.
El rey Leopoldo junto a su mujer Lilian. /
El rey Leopoldo es apresado por los nazis, que le mantienen bajo vigilancia en el castillo de Laeken. Lilian empieza a visitarle. Leopoldo tiene 40 años y la joven 23. Él le pide matrimonio y ella acepta. Le concede el título de condesa de Rethy. Celebran una boda religiosa en secreto, en septiembre de 1941, ante el padre de Lilian y la reina madre Elizabeth, y poco después la boda civil, porque Lilian está embarazada y, si no, el bebé sería ilegítimo. Lilian da a luz a su primer hijo, cuarto para el rey, el 18 de julio de 1942, el príncipe Alexandre Emmanuel de Bélgica. En 1944, la familia real fue deportada a Alemania y estrechamente vigilada. Lilian da a luz a su segunda hija, el 6 de febrero de 1951, la princesa María Cristina de Bélgica, y a la tercera, el 30 de septiembre de 1956, la princesa María Esmeralda de Bélgica.
Pero Lilian nunca fue apreciada. Siempre fue considerada una plebeya arribista, con tendencia a los ataques de cólera. Se decía que tiraba el dinero. Nunca usó el título de reina consorte de los belgas, no se sabe si, como decía ella, porque no le interesaba o porque el pueblo nunca la aceptó. Sin embargo, sí lució las joyas de las reinas belgas, como la tiara del Congo (que había sido un presente para la reina Astrid, madre de Balduino, el día de su boda), y que se dice que está reservada a las reinas belgas. Fue la tiara de boda de Fabiola.
Tampoco ejerció nunca las labores de Primera Dama. Desde el principio de su matrimonio, los escándalos fueron constantes. En 1948, una foto suya tras participar en un torneo de golf en el Lago de Como provocó una polvareda en una Bélgica que salía a duras penas de la guerra. Lilian murió en 2002, a los 85 años, nueve años después de Balduino. Cada cierto tiempo el fantasma del adulterio con su hijastro resurge de nuevo, algo difícil de creer en un joven tan católico como Balduino. Pero, quizá no tanto en una figura como la de Lilian preocupada siempre por ejercer la mayor influencia posible.