Quién es Rita Allendesalazar, condesa de la Ventosa, la íntima amiga de la infanta Elena a la que su madre desheredó

El círculo íntimo de las infantas Elena y Cristina es reducido y está blindado, pero quien no falta en ambos escenarios es la actual condesa de la Ventosa, Rita Allendesalazar. Afirman los medios especializados en cazar exclusivas que la infanta Cristina se refugió en una casa de la condesa tras su reunión «secreta» en Barcelona con el que está cerca de convertirse en su ex marido Iñaki Urdangarin .

No es la primera vez que una vivienda de esta aristócrata es convertida en refugio de las infantas en su peor momento. Cuando la infanta Elena estaba pasando por su divorcio de Jaime de Marichalar las visitas a la vivienda que la familia de su amiga posee en la calle Ayala de Madrid fueron tan frecuentes que la madre de la condesa, la ya fallecida María Isabel de la Cierva, acabó convertida en «abuela honorífica» de Froilán y Victoria Federica. ¿Pero cómo es la amiga más fiel de las infantas? ¿Qué sabemos de Rita Allendesalazar?

Nacida en 1958, condesa de la Ventosa y esposa de José María Álvarez de Toledo, Rita Allendesalazar es uno de los seis hijos del marqués de Casariego, José María Allendesalazar y Travesedo y la ya citada María Isabel de la Cierva y Osorio de Moscoso. Aunque es mayor que la infanta Elena es lógico pensar que Rita Allendesalazar llegó a su vida con un marcado rol de «hermana mayor» y hay quién hoy afirma que es su casi su guardaespaldas. Su padre fue el jefe de protocolo de la Casa Real española durante años, su muerte se consideró casi un acto de servicio a la corona (murió estando convaleciente de una enfermedad del corazón) y fue hasta el día de su repentina defunción una de las personas de confianza del rey Juan Carlos I.

Ambas mujeres trabaron amistad cuando eran apenas unas niñas gracias a las pasiones compartidas por dos temas tan de la alta sociedad como son la hípica y las tardes de toros. Sus caminos permanecen tan unidos como el primer día como demuestra que Rita Allendesalazar ha sido siempre el «lugar seguro» de las infantas: sus fincas de Segovia y Valencia han tenido las puertas abiertas para que escaparan de los problemas en completa discreción, lo cual fue muy conveniente especialmente cuando Iñaki Urdangarin ingresó en la prisión de Brieva a una escasa media hora de la finca segoviana de la condesa.

Pero a pesar de las demostraciones de lealtad de Rita Allendesalazar a la condesa se le atribuye un deseo de agradar a la infanta por encima de todas las cosas. Incluso hay quien afirma que impide que los desconocidos se acerquen a la infanta y que obliga a los niños que se atreven a intentarlo a hacer una reverencia antes de acercarse a la hija de los eméritos. Con estos rumores a su alrededor no es difícil comprender que la condesa de la Ventosa sea calificada como persona no «paparazzi friendly» y que las imágenes disponibles de ella sean tan lejanas como escasas.

La amiga de la infanta Elena descubrió de la forma más cruel que su madre la había desheredado: en la lectura del testamento. La temprana muerte de su padre, cuando su madre contaba 56 años, dejó al alcance de la viuda la posibilidad de disponer de la herencia familiar sin cumplir los deseos del difunto, que quería que títulos, dinero y propiedades se repartieran por igual entre sus hijos. No lo hizo así.

En 2017 se leyó el testamento de María Isabel de la Cierva y Osorio de Moscoso y para sorpresa de todos los presentes dos de sus hijas, Rita y Almudena, solo recibirían «la legítima», que es lo más cercano que se puede estar en España de desheredar a un hijo (sin que este se entere). Por lo visto a la madre de la amiga de la infanta había detalles de su hija Rita que le habían molestado y decidió dejarlo sentir a la hora de repartir la fortuna familiar.

En el pasado el marido de Rita Allendesalazar había solicitado para él mismo un título nobiliario que la madre de la saga familiar deseaba que fuera para su hija mayor y la propia Rita había presionado para vender un chalet que la familia tenía en El Viso (chalet que quería comprar otra amiga íntima de la infanta Elena). Sea como fuere la realidad es que sintiéndose engañada por los términos del testamento de su madre, la amiga de infanta no tuvo más remedio que recurrir a los tribunales para pelear por tener una mayor participación de la herencia.