Quién es esa señora mayor que sonríe en el retrato de la Coronación de Carlos III (y cómo se ha ganado el puesto a pesar de los escándalos)

La ceremonia de Coronación de Carlos III ha sido uno de los grandes fastos royal en lo que va de siglo y también de los eventos más fotografiados. La presencia de los representantes de la casas reales de medio mundo (entre los que destacó la del rey Felipe y Letizia), monopolizaron la información del fin de semana. Ahora le ha tocado a Buckingham publicar las fotos oficiales del histórico momento y una presencia nos ha llamado la atención: esa mujer a la derecha escoltada por Sofía de Wessex y el príncipe Eduardo y que responde al nombre de Lady Oglivy.

Es probable que el nombre no te suene. Es posible que no hayas leído nada acerca de ella en estos días de sobreinformación sobre la casa real británica, el lookazo de Kate Middleton, los pantalones de Ana, el fastuoso diseño de Camila o el papel de los más pequeños de la familia en la ceremonia. Sin embargo, el nombre de Lady Ogilvy no ha ocupado ningún titular, y sin embargo ahí está, en la foto que inmortaliza el histórico momento.

Ni rastro de Harry y Andrés, por razones obvias, sin noticias de Meghan Markle, por cuestiones evidentes (ni siquiera fue), pero esta octogenaria que ha presenciado las entronaciones de Carlos e Isabel, ahí está. Bien por ella, pero, como dice ese famoso meme que adoramos, «pero, ¿usted quién es?».

Su nombre completo es Alexandra Helen Elizabeth Olga Christabel, tiene 86 años y es prima hermana de la reina Isabel II además de una de las mejores amigas de la monarca desaparecida. Fue bautizada en la capilla privada de Palacio de Buckingham. La princesa Alexandra tenía solo 16 años cuando acudió a la Coronación de su prima, en 1953. Su lugar en el importante evento se lo daba ser hija de el príncipe Jorge, Duque de Kent, hermano del padre de Isabel II, Jorge VI. Su madre, la princesa Marina de Grecia y Dinamarca también era prima del Duque de Edimburgo.

La princesa Alexandra fue dama de honor en la boda de los anteriores reyes de Inglaterra y tiempo después, en1963, ella misma pasó por el altar al casarse con Angus James Bruce Ogilvy, el segundo hijo de David Ogilvy, XII Conde de Airlie. Los periódicos de la época, según el documental Princess Alexandra: The Queen's Confidant estrenado en 2021, estuvieron a punto de publicar unas fotos muy comprometedoras de los recién casados en los que aparecían en comprometidas posiciones (sexuales, se entiende). Las fotos nunca llegaron a ser impresas aunque la familia real sí tuvo constancia de ellas, y las vieron.

De esa relación nacerían dos hijos: Jame, el primogénito, y Marina, su segunda hija. Con ella llegaría el segundo escándalo en la familia cuando se quedó embarazada de su novio sin haber contraído matrimonio. Marina envió una carta a la mismísima reina explicando que su madre la había obligado a casarse o abortar, para evitar el escándalo y pedía a la monarca que interviniera. Sin embargo, Lady Ogilvy no solo desmintió la información sino que explicó que su hija siempre sería bienvenida en su casa. Marina acabaría casándose embarazada y de negro, lo que le ganó el sobrenombre de «oveja negra» de la familia real.

La princesa Alexandra se crió con su abuela: la muerte de su padre en un accidente aéreo en 1942 y la precaria situación familiar propició que ella fuera la primera princesa británica que fue educada en una escuela normal, en lugar de recibir formación académica en casa con una institutriz como era la moda de la época. Cuando años después su prima Isabel se convirtió en reina de uno de los imperios más poderosos, ella se colocó en la sexta posición en la línea de sucesión al trono.

Curranta, volcada en su labor para la corona británica, laboriosa y tremendamente activa, Lady Oglivy es posiblemente uno de los miembros de la realeza que más trabaja. En los últimos años ha participado en más de un centenar de organizaciones, muchas de ellas dedicadas a las salud. Pero también en momento delicados como cuando trabajó a principios de los años 60 para restaurar las relaciones diplomáticas después de la guerra con Japón.

Gracias a los trabajos realizados al servicio de su majestad, isabel II le otorgó la Orden de la Jarretera en 2003, en agradecimiento por su gran servicio, su apoyo y amistad. Hoy, su hijo el rey Carlos III, le ha vuelto a dar su lugar en esa complicada familia que son los Windsor y en la historia.