quiniela en zarzuela
quiniela en zarzuela
El 25 de mayo está subrayado en rojo en el calendario que maneja la infanta Sofía. O en su Google Calendar, lo que sea que utiliza la hija pequeña de los reyes Felipe y Letizia. Ese día se celebra su confirmación, así que es una fecha cargada de simbolismo en un año lleno de días especiales: su cumpleaños a finales de abril, su marcha a Gales después de verano… Se vienen cositas, como dicen las influencers.
El acto tendrá lugar a las 12 de mediodía en la parroquia de Asunción de Nuestra Señora de Aravaca, la misma en la que la infanta celebró su primera comunión, con sus compañeros del colegio de Santa María de los Rosales. El aforo del templo es limitado y por eso se ha pedido que los asistentes que acompañen a cada uno de los confirmados sean los mínimos posibles, el núcleo duro. Así que, si esto no cambia, la infanta Sofía solo estaría arropada por su hermana, la princesa Leonor, y sus padres, los reyes. En algunas quinielas también entra el nombre de la abuela, la reina Sofía.
Ya en la confirmación de la princesa Leonor el número de asistentes fue muy reducido debido a las restricciones por covid. Además, todos tuvieron que llevar mascarilla debido a la situación que vivíamos. La ceremonia duró una hora y cuarto, y el propio Felipe ejerció de fotógrafo, sacando su móvil para inmortalizar el momento. Las medidas higiénicas eran tan marcadas entonces que se procedió a rociar con un spray los 34 bancos de madera donde iban a situarse los confirmados y sus acompañantes. Carteles indicadores, pocos arreglos florales, escenario pandémico. Esta vez será distinto.
El sacramento de la Confirmación, según la Iglesia Católica, «nos une más íntimamente a la Iglesia y nos enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo». El padrino o madrina es la persona que acompañará al confirmado en ese camino, y por eso, el candidato o candidata debe cumplir una serie de requisitos: tener más de 16 años, ser católico y que haya recibido los sacramentos de bautismo y confirmación. Y, en caso de estar casado, haber recibido el sacramento del santo matrimonio. Y hasta aquí la teoría, que para muchos, invalida la posible candidatura de doña Letizia como madrina de su hija ya que no consta que la reina esté confirmada. Tampoco figura que no lo esté.
El rey Felipe, siendo aún príncipe, contaba en una entrevista para EFE: «Soy católico practicante. Recibí el sacramento de la confirmación y lo recibí con mi conformidad». La reina nunca se ha explicado en términos similares ni ha hablado de su fe ni sus creencias. Es cierto que recibió el sacramento del matrimonio al casarse, pero, a pesar de lo que piensa mucha gente, no es necesario estar confirmado para dar el sí, quiero ante Dios.
Así que, en el terreno de lo práctico, hay tres nombres que pisan con fuerza en las casas de apuestas (si las hubiere, que lo mismo no). El primero, el del rey Felipe: ya fue padrino de la princesa Leonor, así que no sería de extrañar que repitiera papel, aunque hay una línea de pensamiento que opina que no será él el elegido precisamente para marcar la diferencia entre el papel institucional de la princesa de Asturias y de su hermana.
Para muchos, la madrina de Sofía podría ser su hermana Leonor, no solo porque cumple los requisitos imprescindibles, sino porque la primogénita de las Borbón Ortiz ha sido también la que ha ido marcando el camino a su hermana en muchos aspectos, además de haber sido inseparables hasta la etapa del internado galés.
Y la tercera candidata que va ganando posiciones es la reina Sofía, no solo porque eso establecería la diferencia con la confirmación de su hermana, sino también porque supondría darle un papel relevante a la madre del rey que siempre ha sabido coordinar su agenda con la de los reyes y sus hijas.
A los cinco los hemos visto en numerosas ocasiones (de los Premios Princesa de Asturias a los veranos mallorquines), pero también hemos visto solo a las mujeres de la familia disfrutando de planes conjuntos como salir de cena informal o disfrutar de una función de El rey León. Sin olvidar que la infanta se llama en honor a la reina emérita, con lo que se cerraría el círculo.