Marilyn Monroe pudo ser princesa de Mónaco en vez de Grace Kelly: cuando Rainiero quiso casarse con la tentación rubia

Todo cambió para el Principado de Mónaco cuando el príncipe Rainiero , joven heredero pero urgido por las circunstancias políticas y económicas a casarse y tener descendencia, anunció su matrimonio con Grace Kelly . El compromiso fue un golpe de efecto fenomenal, algo inédito en la época. Y una maniobra política genial, pues Mónaco se convirtió en uno de los territorios más atractivos y seductores para inversores y financieros de todo el mundo. Parece increíble, pero una actriz de Hollywood revalorizó sustancialmente al pequeño estado, entonces muy dependiente de Francia y prácticamente arruinado por la Segunda Guerra Mundial. La boda fue un truco desesperado que obró su magia inmediatamente. ¿Hubiera hecho efecto si no hubiera sido Grace Kelly la novia de este cuento de hadas, sino Marilyn Monroe ? Nunca lo sabremos.

Ha sido un documental, Royals: Keeping the Crown, el que se ha sumergido en los meses previos al cortejo entre el príncipe Rainiero y Grace Kelly. Con 32 años, el jefe del Estado monegasco ya no podía esperar mucho más para engendrar un heredero y sus consejeros le recomendaron hacerlo con una «princesa de Hollywood» con el objetivo de «revitalizar el turismo». Según el historiador Chandrika Kaul, de la universidad de St. Andrews, la primera actriz de la lista de candidatas era Marilyn Monroe.

No es extraño: Monroe era la estrella más importante de Hollywood y su boda con un príncipe aseguraría el enorme impacto económico que se buscaba con el enlace. Fue su imagen, sin embargo, la que disuadió a Rainiero y su equipo a la hora de cortejarla:demasiado sexy y, además, constantemente relacionada con hombres. En aquellos años 50 era difícil encontrarla sin novio: en 1954 se casó con la leyenda del béisbol Joe DiMaggio y en 1956, se divorció para casarse con el dramaturgo Arthur Miller.

La urgencia de la boda era imperiosa, y el príncipe Rainiero no podía esperar a que se despejara la vida sentimental de Marilyn Monroe, que quedó así descartada definitivamente. De hecho, en 1966 se organizó la cita definitiva entre el jefe del estado monegasco y Grace Kelly, la que a la postre se llevaría el gato al agua (aunque, hoy lo sabemos, pagó dos millones de dólares como dote. El príncipe y la actriz se conocieron durante el Festival de Cannes, en una sesión de fotos orquestada por la revista Vanity Fair en la que el flechazo fue instantáneo. La estrella de La ventana indiscreta sedujo inmediatamente al príncipe con sus modales impecables y su porte regio, tanto es así que se casaron ese mismo año.

No puede quedar en la sombra un detalle, defendido por algunos cronistas y negado por otros, que podría indicar que tanto Marilyn Monroe como Grace Kelly eran plenamente conscientes de la maniobra política en la que estaban siendo envueltas. El día de la boda entre Rainiero y Grace, Monroe le envió un telegrama de felicitación a su compañera que decía: «Estoy TAN contenta de que hayas encontrado la manera de salir de este negocio».