La reina Camilla de Inglaterra, de nuevo cuestionada. /
Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, pero en el caso de la reina Camilla y el príncipe Harry , aka duque de Sussex, no parece ser así porque de vez en cuando le dan a su conflicto un golpe de microondas y lo sirven bien caliente en la prensa.
Que no son fans el uno del otro se sabe desde el principio de los tiempos y quedó retratado negro sobre blanco con la descripción que hizo Harry de su madrastra en su famoso libro cuando la describió como «peligrosa». Pero las cosas no han evolucionado desde entonces a mejor y ahora cierto sector de la prensa rosa se plantea si no será Camilla quién está frenando al rey Carlos III en un efímero intento de retomar la relación con su hijo pródigo.
De nuevo ha sido Meghan Markle (o Sussex, como se molesta ella misma en recordar en su documental de Netflix a sus invitados) el origen de estas elucubraciones. Para no variar la duquesa ha intentado ser famosa de nuevo, esta vez con una serie en la que aparece ¿cocinando? , y sus haters la han troleado de todas las formas posibles en las redes sociales y en los tabloides. Tanto, que Harry se ha sentido obligado, vía amigos y confidentes, a declarar al mundo que está súper molesto con las críticas y si pueden dejar a su mujer en paz de una vez.
¿Y cómo se ha vivido este nuevo fracaso de los Sussex en televisión en Buckingham? ¿Le prestan acaso algo de atención a los intentos de los duques de no perder relevancia? Los íntimos de Camilla despejan esa incógnita.
Newsweek ha preguntado al entorno cercano de la reina consorte y sus asesores cómo se toma la monarca las polémicas que las aventuras estadounidenses de los Sussex levantan día tras día. Porque es un no parar: desde el logo «plagiado» de Meghan para su negocio , a la revelación de los papeles confidenciales de la visa de Harry, todo lo que salpica a los Windsor parece llegar desde el otro lado del océano.
Y la respuesta es: no hay peor desprecio que no hacer aprecio. El círculo íntimo y laboral de la reina consorte evita olímpicamente siquiera mencionar a los Sussex, su nombre no es pronunciado en palacio. «Los medios de comunicación prestan mucha más atención a lo que el duque y la duquesa de Sussex hacen o no hacen todos los días de lo que el Palacio alguna vez les prestó», aseguran antes de afirmar que Camilla simplemente ni los menciona.
Meghan Markle y el príncipe Harry durante los Juegos Invictus 2025 en Canada. /
Un mutismo que obedece a la falta de interés, el hartazgo ¿y a una estrategia retorcida para evitar que padre e hijo se reconcilien? Dentro de este espectro conspiranoico, el periódico Express apuntó desde que se conoció la enfermedad del rey a que Camilla no solo calla, sino que también es una de las responsables de que Harry no visite a su padre enfermo . Este medio sostiene que, precisamente con la excusa de la debilidad del rey, Camilla aconseja a menudo evitar que el conflictivo príncipe se reúna con su padre y le estrese más de lo necesario.
El rey Carlos III junto a su hijo, el príncipe Harry y la reina Camilla. /
El biógrafo real Robert Jobson considera que este punto de vista es completamente irreal y supone ignorar cómo funciona el Palacio. Pero el que tuvo retuvo y a muchos les sigue pareciendo extraño que tal y como están las cosas Harry y su padre no hayan ya llegado a una entente cordiale y el chivo expiatorio más sencillo para justificar esa distancia siempre será Camilla.
No olvidemos que Harry acusó públicamente a su madrastra de haberle «sacrificado» en una campaña pública de descrédito, para que la prensa sensacionalista británica dejara de acosarla y encontraran un nuevo blanco de sus ataques.
Si esa estrategia mediática por parte de la actual reina consorte de Inglaterra existió en algún momento, que le suban el sueldo a los asesores de la monarca, porque no existe ninguna duda sobre quién es ahora el paria de los Windsor y la figura más odiada por la prensa británica. Aunque no haya sido obra suya, para Camilla debe resultar un poquito satisfactorio que se hayan cambiado las tornas de una forma tan kármica.