Damas de honor, leyendas del automovilismo, su modista y su lacayo: el círculo íntimo de Isabel II que estuvo a su lado hasta el final

La reina Isabel II no murió sola. Más allá de su familia más cercana, la soberana más querida ha tenido a su lado a un equipo de sirvientes discreto y leal, que en su mayoría lleva décadas trabajando para la reina. Pero también a un círculo íntimo de amigos y parientes cercanos de títulos aristocráticos que son desconocidos para el gran público. Porque, desde la muerte, en abril de 2021, del duque de Edimburgo , Isabel II estuvo siempre acompañada por aquellas personas que ella había elegido para que estuvieran a su lado. Te desvelamos quiénes son.

Dicen quienes han tratado directamente a Isabel II que, cuando alguien se ganaba su confianza, era muy habladora. También que le gustaba comentar la actualidad o ver la televisión hasta altas horas de la madrugada con sus amistades. Pero, ¿quién formaba parte del nucleo duro de la reina?

Su prima, la princesa Alexandra de Kent, era una de sus principales confidentes. Sexta en la línea de sucesión cuando nació (ahora ocupa el puesto 57), fue una de las damas de honor de su boda, ha presentado a la reina en numerosas ocasiones y su conexión personal era tan grande que más de una vez han lucido vestidos o complementos similares.

La burbuja íntima de Isabel II también estaba compuesta por varias damas de compañía como Lady Susan Hussey, a la que conocía desde hace más de 60 años y que le acompañó en el funeral del duque de Edimburgo, y Susan Rhodes.

Rhodes ingresó en su círculo más estrecho un tiempo más tarde, concretamente en 2017 y formó parte de la burbuja organizada en el Castillo de Windsor para evitar que la monarca cayera enferma de COVID. Momentos complicados en los que la soberana requería de mayor atención.

Susan Rhodes está casada con el hijo de Margaret Rhodes, considerada la mejor amiga de Isabel II. Primas y amigas desde la infancia, fueron inseparables hasta su muerte en 2016. Una amistad que siempre ha quedó muy presente en la mente de la ahora difunta soberara.

Otras aristócratas como lady Annabel Whitehead, lady Elizabeth Leeming o Lady Pamela Hicks, que fue dama de honor en su boda, también han formado parte del círculo íntimo de la monarca en los últimos años junto a colaboradoras como Mabel Anderson, que entró en la órbita de Isabel II cuando se convirtió en la niñera del príncipe Carlos.

El caso de Angela Kelly es parecido. Después de 20 años a su servicio, su modista y ayudante para todo lo que tiene que ver con su armario, se convertió en una confidente inusual, a pesar de los 30 años de diferencia que las separaban.

Autora de dos libros que han contado con la aprobación expresa de Isabel II, en el último, reeditado este mismo año, Kelly compartía anecdotas sobre el confinamiento de la soberana o la manera en la que la reina gestionó la muerte de su marido.

Su otro sirviente de confianza era su 'footman' (su lacayo, en su traducción literal al español) Paul Whybrew. Conocido en palacio como Paul El Alto, acompañó a Isabel II en la icónica inaguración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 y la soberana solía invitarle a ver la televisión con ella para comentar la actualidad.

Entre sus otras amistades masculinas más íntimas destacan Sir Jackie Stewart, una leyenda del automovilismo que se había convertido en un invitado habitual de la reina Isabel II en Sandringham y a cuyo 80 cumpleaños asistió la soberana.

O John Warren, encargado de cuidar y entrenar a sus caballos, un trabajo que heredó de su suegro, Lord Porchester, fallecido en 2001. Conocido como Porchie, fue uno de los amigos más íntimos de Isabel II, tanto que su relación llegó a alimentar rumores de una supuesta relación extramatrimonial entre ellos.