SIN RIVAL EN LA ALHAMBRA
SIN RIVAL EN LA ALHAMBRA
Los ojos de medio mundo vuelven a situarse hoy jueves 5 de octubre en España gracias a una cumbre internacional, esta vez de países de la Unión Europea y asociados. Y como compensación a los graves asuntos que discutirán los 51 mandatarios que acudirán a Granada, figuran las parejas de estos, algunas de ellas primeras damas o primeros caballeros, que les acompañarán al menos en la cena de gala que prologa la reunión. No conviene minusvalorar su papel, como ha demostrado la reina Letizia.
En la cumbre de Granada, Letizia aspira a reafirmar su papel como la anfitriona más buscada de Europa o, al menos, la que mejor está sabiendo reelaborar su papel de acompañante para ponerlo a la altura de estos tiempos. No con ninguna revolución, sino con lo que se ha venido denominando 'estrategias de los débiles', esto es: pequeñísimas subversiones entremezcladas con el acatamiento excelente que se espera de las figuras auxiliares. Entre ellas, la de consorte.
Lo vimos en la impactante cumbre de Madrid de la OTAN celebrada en junio de 2022 y en la que la reina Letizia demostró un dominio de las circunstancias notable. La monarca encontró la manera de aportar el plus de belleza que se les supone a las primeras damas, pero sin reducirse al mismo. El vestido negro que eligió para la cena de gala entonces no fue casual, sino una jugada maestra de la ambivalencia que la llevó hasta la viralidad en la prensa internacional.
No vemos en Letizia la intención de desaparecer dentro de un uniforme de reina que sitúe a la soberana de turno fuera del mundo. Lo que observamos es una mujer inteligente que sabe leer, cada vez mejor, la concreta situación mundana en la que debe participar. Por eso es tan interesante observarla: si su cargo la obliga a expresarse casi siempre mediante su imagen, no opta por la discreción o el silencio que protege de las críticas. Al contrario.
La cumbre de Granada que hoy comienza ofrece una nueva oportunidad de contemplar el discurso de la reina, y de nuevo en escenarios de especial impacto histórico. La agenda real en la ciudad nazarí, lo mismo que la de la cumbre de la OTAN de Madrid, va a sacarle el máximo partido estético a una cultura riquísima y, sobre todo, a la Alhambra. Allí recibirán a sus invitados los reyes Felipe VI y la reina Letizia.
La agenda de los líderes internacionales en la cumbre de Granada comienza con una visita guiada por la Alhambra que dará paso a un concierto de Marina Heredia en los Jardines del Partal, antes de ser recibidos por los reyes Felipe VI y Letizia en el Palacio de Carlos V. Desde allí se desplazarán al Parador de San Francisco, donde el chef cordobés Paco Morales (dos estrellas Michelin) servirá una cena deudora de la tradición andalusí.
El diseño de la noche, una perfecta mezcla de historia, raíces y placer sensorial, recuerda mucho al menú más amplio (fueron varios días de cumbre) que se ofreció en Madrid en 2022, con intervención del Palacio Real, Paco Roncero o el flamenco versión Teatro Real. Sin duda, el éxito previo de esta cumbre madrileña ha inspirado el programa más corto pero igualmente ambicioso de la de Granada.
Seguro que Letizia y su equipo han pensado su aparición al milímetro, pues nada tiene que ver el contexto político de 2022, con un gobierno en plenas funciones, con la provisionalidad que sucede ahora y que parece reclamar un subrayado más fuerte si cabe de la estabilidad y fortaleza del país, de cara al contexto internacional. ¿Cómo interpretará esta circunstancia la monarca española?
No se confirman, desafortunadamente, los acompañantes de los presidentes y primeros ministros que acuden a la cumbre de Granada, aunque su presencia sea un detalle que siempre interesa para observar la circulación del poder informal. Se espera, en todo caso, que sí acuda Akshata Murthy, la esposa del primer ministro británico Rishi Sunak. Probablemente, la primera dama británica más interesante desde Samantha Cameron.
¿Podría ser una conversación entre la reina Letizia y Akshata Murthy intrascendente en todo punto? Improbable. Son dos mujeres que detentan una cantidad considerable de poder sobrevenido, aunque sus respectivas posiciones obliguen a expresarlo a través de su imagen y en momentos fuera del foco. Evidentemente, su influencia no alcanza para cambiar una decisión presidencial, pero funciona al nivel de las 'estrategias del débil' y también pesa.
Existe una agenda paralela a la oficial, ocupada en reuniones de alto nivel de la mañana a la noche, para las y los acompañantes de los líderes, entre los que estarán previsiblemente Brigitte Macron y quién sabe si Olena Zelenska, esposa del presidente de Ucrania. A su llegada a Granada, tras el almuerzo y antes de la cena de gala con los reyes Felipe VI y Letizia, disfrutarán de una conferencia, un espectáculo flamenco y una visita al Alto Albaicín. Al día siguiente, lo mismo: coloquio, paseo, flamenco y almuerzo.
Todo lo que se comparte y discute en estas horas de turismo aparentemente intrascendente influye en la misma medida en que las consortes ejercen un ascendiente sobre sus parejas poderosas. Pocas veces se hace la luz en estos mecanismos invisibles del poder, aunque en junio de este mismo año, el ex primer ministro británico David Cameron admitió que había sido su esposa la que le había convencido para contemplar la cuestión del matrimonio homosexual. Se aprobó, durante su mandato, en 2014.