Una reina con CARÁCTER

Así es la polémica Margarita de Dinamarca, anfitriona de Letizia y Felipe: una mujer de carácter, una boda por amor y una abdicación que no llega

El destino de Margarita de Dinamarca no era reinar, pero tras el cambio de leyes danesas se ha convertido en la reina más longeva de su país.

La reina Margarita de Dinamarca. / / GTRES

Elena Castelló
Elena Castelló

La joven princesa Margarita de Dinamarca no estaba destinada a reinar, ya que según la ley danesa que regía el día de su nacimiento solo podían hacerlo los hombres. Margarita Alexandrina Thorhildur Ingrid Oldenburg nació el 16 de abril de 1940 en el Palacio de Amalienborg, en Copenhague.

Una semana antes, las tropas nazis habían invadido el país y la llegada de Margarita supuso un rayo de esperanza, en un país atemorizado. Fue bautizada el 14 de mayo en la Holmens Kirke. Su padre era el rey Federico IX y su madre la reina Ingrid, nacida princesa de Suecia. Tuvo dos hermanas menores, con las que guarda una honda complicidad: la princesa Benedikta y la princesa Ana María , la futura reina de Grecia.

El heredero al trono era el príncipe Knud, hermano menor del rey. Pero el destino de la princesa cambió en 1953, cuando tenía 13 años: se modificó la Constitución, para permitir que las mujeres ascendieran al trono en ausencia de herederos masculinos. El Acta de Sucesión se modificó en 2009, cuando se introdujo la plena igualdad en el acceso al trono. Eso significa que el hijo mayor del monarca, independientemente del género, hereda el trono. Hoy Margarita, que llegó al trono en 1972, tras la muerte de su padre, se ha convertido en la reina más longeva de su país. El 14 de enero de 2022 cumplió 50 años en el trono.

La reina Margarita demostró su independencia y valía desde joven

Margarita empezó su formación como reina en la adolescencia. Al principio, se formó en Palacio, pero luego pasó por varios centros escolares y aprobó el bachillerato en 1959, antes de estudiar Ciencias Políticas en varias universidades europeas. Pasó 12 meses en la Universidad de Copenhague y después cursó un año de estudios de Arqueología en Cambridge. Finalmente, se matriculó en la prestigiosa Universidad danesa de Aarhus y asistió a la Sorbona, completando su formación en la London School of Economics, en 1965.

Margarita era una joven activa e independiente y muy interesada en el arte y la filosofía, la pintura, la escritura y la danza. Era de esperar que su matrimonio fuera por amor. «Nunca he podido imaginarme el hecho de casarme sin estar locamente enamorada», había dicho. El elegido fue el aristócrata y diplomático francés Henri de Laborde de Monpezat . Se conocieron en Londres, en una cena. «El cielo acaba de explotar», comentaría Margarita más tarde.

La pareja se casó el 10 de junio de 1967, y tuvo dos hijos, el príncipe heredero Federico , nacido en 1968, y el príncipe Joaquín, en 1969. Sin embargo, su matrimonio no fue especialmente apacible. Henri era una persona de carácter complicado, que aceptó mal el hecho de ser el consorte de una reina, lo que le obligaba siempre a caminar por detrás de ella. La pareja vivió separada en numerosas ocasiones. Henri abandonaba Dinamarca sin previo aviso y se refugiaba en su castillo de Caïx, en Francia, donde cuidaba sus viñedos. A pesar de todo, Margarita confesó que se querían mucho.

Tras el fallecimiento de su padre, Federico IX, en 1972, Margarita saludó emocionada a la multitud congregada en el palacio de Amalienborg. Se convirtió en la primera reina de Dinamarca en cinco siglos. Han pasado ya más de cinco décadas de aquel día y la popularidad de la monarca no ha hecho más que crecer. Asiste a reuniones semanales con el gobierno y escribe sus discursos.

Margarita de Dinamarca en una imagen reciente. / / GTRES

Es, además, una artista de talento. Realiza ilustraciones, bajo el seudónimo de Ingahild Grathmer, entre otras la de la edición danesa de «El señor de los anillos». También es experta en bordado y en textiles para iglesias y pintura, además de traductora y escenógrafa. Su último trabajo ha sido el vestuario de la película de Netflix «Ehrengard: el arte de la seducción», dirigida por el afamado director de cine danés Bille August, basada en el cuento de Karen Blixen. Se estrenó en septiembre. La reina diseñó 51 vestidos y 81 maquetas de vestuario. Es también una pintora respetada, y sus obras se han expuesto desde 1988.

La familia real danesa (casi) dividida por sus decisiones

A pesar de su carácter liberal, Margarita tardó varios años en aceptar como esposa del heredero, Federico, a la joven abogada australiana Mary Donaldson . Finalmente fue recibida en la familia y pudo celebrarse la boda, el 14 de mayo de 2004. Su nieto mayor, el príncipe Christian , acaba de cumplir 18 años, con lo que la línea de sucesión está asegurada.

Hasta hace un tiempo, todo transcurría con suavidad en la corte danesa. Sin embargo, el carácter de Margarita no se ha detenido ante decisiones difíciles y ha sido ella misma quien ha revolucionado la corte, coincidiendo con sus cincuenta años en el trono. En septiembre de 2022, anunció que retiraba sus títulos de príncipes a sus nietos Felix, Nicolás, Enrique y Athena, hijos de su hijo menor, Joaquín, y de sus dos esposas, Alexandra Manley y Marie Cavallier. La decisión provocó un seísmo en el seno de la familia real, que todavía no se ha calmado.

Margarita explicó que deseaba racionalizar la monarquía. Pero lo que consiguió fue un enorme enfado por parte de su hijo, sus nueras y sus nietos. Nicolás, de 23 años , expresó en público su decepción: «Estamos afectados por esta decisión y por la rapidez con que se ha tomado. No entiendo por qué ha tenido que ser así». Pero la reina aclaró que era una decisión «inevitable» y que quería impedir que su hijo Federico se viera obligado a hacerlo más adelante. Ese «más adelante» no tiene fecha.

A sus 83 años, Margarita no parece inclinada a abdicar. Sigue luciendo sus llamativos vestidos de corte princesa, sus amplios sombreros y su extensa colección de impresionantes joyas. Y ha tomado otra decisión coincidiendo con la compleja operación de espalda a la que se sometió el invierno pasado: dejar de fumar. Pero sigue sin dar importancia a las convenciones y haciendo gala de su singular personalidad.