La reina Margarita de Dinamarca reconoce que no ha sido una buena madre: el favoritismo por el príncipe Federico provoca una crisis sin precedentes en la casa real danesa

Apenas cinco días antes, y con el mismo comunicado de prensa con el que nos enteramos el resto de los mortales, el príncipe Joaquín de Dinamarca se enteró de que sus hijos iban a ser despojados de sus títulos y sus privilegios como príncipes daneses por decisión de su madre, la reina Margarita II de Dinamarca . Una muestra más de que en la corte danesa (y el corazón materno) siempre ha habido un favorito, y nunca fue Joaquín.

La propia reina ha reconocido, días más tarde y ante la oleada de declaraciones de parte de príncipes agraviados con el cambio y príncipes herederos, que el comunicado fue un error. Que « como madre y abuela he subestimado lo mucho que mi hijo menor y su familia se sienten afectados y lo lamento».

En el mismo comunicado la soberana aseguraba que la decisión de retirar títulos y privilegios a los cuatro hijos de Joaquín de Dinamarca había sido meditada durante un largo tiempo y que será beneficiosa para sus nietos en el futuro ya que tienen que crearse su propio futuro.

Pero sus palabras no han convencido a casi nadie ni en la familia real ni en la prensa europea. Su propio hijo concedió una entrevista a pie de calle emocionado (para mal) y afirmaba que las conversaciones sobre este tema hablaban de la retirada de títulos al cumplir los nietos de la reina 25 años; su hija pequeña tiene 10. Los cronistas reales daneses apuntan a que hubiera sido más elegante y menos doloroso esperar a que los hijos de Joaquín se casaran para hacer este movimiento

También queda en el aire explicar por qué sus hijos dejarán de ser considerados príncipes desde enero de 2023 pero no sucederá lo mismo con los hijos del príncipe heredero Federico cuando ya en 2016 se comunicó que únicamente el primogénito, el príncipe Christian, recibiría en el futuro una paga del estado y tendría hueco en la familia real.

Con ese decreto quedaba claro que los hermanos pequeños de Christian, Isabella, Vicente y Josephine quedarían excluidos de los privilegios económicos de ser un príncipe danés. ¿Por qué no quitarles entonces desde enero también el título de príncipes y princesas?

A la reina Margarita de Dinamarca los hombres de su familia no se lo han puesto fácil. Ya en 2002 tuvo que hacer frente a una crisis sin precedentes en la realeza europea y voló junto a sus dos hijos a Francia para recuperar a su esposo en fuga, Enrique de Laborde de Monpezat, un hombre que jamás asumió no ser el rey de los daneses a pesar de que su esposa era la reina.

Sus dos hijos, los príncipes Federico y Joaquín, tampoco le han ayudado a dar esa imagen de familia real, unida, pulida y perfecta que las monarquías europeas exigen a sus integrantes. Los príncipes de Dinamarca nacieron con apenas 12 meses de diferencia, pero su predilección por su primogénito quedó clara desde el primer momento.

«Recuerdo sentarme con mi segundo hijo en brazos (...) y ver lo diferente que era del primero. Pocas veces he visto dos bebés tan diferentes. No era lindo cuando era pequeño, no. Federico era un bebé tan hermoso, Joaquín en cambio no era guapo en absoluto», explicó la monarca en una entrevista.

La reina no era la única que comparaba constantemente a los dos hermanos: la opinión pública danesa lo ha hecho durante décadas y en esa comparación, Joaquín siempre ha salido perdiendo.

De hecho, mientras Federico estaba soltero y estudiaba en la universidad se convirtió en el «crush» oficial de todas las danesas. Su afición por el deporte, la velocidad y su paso con honores por las fuerzas armadas hiceron el resto. El heredero era perfecto.

Joaquín vivía una realidad bien distinta. El podcast danés The royals lo explicaba así en febrero de 2021: «Durante muchos años, y hasta cierto punto todavía, el príncipe Joaquín tuvo en su contra tanto a la prensa como a la opinión pública. Simplemente no podía hacer nada bien».

La desigualdad de trato entre los hermanos es patente incluso hoy, cuando la reina se ofende porque su hijo Joaquín se queje de forma pública y emotiva de su decisión, pero nunca reprendió a Federico cuando es él quien se queja públicamente de su familia.

«Papá, dicen que al que amas, lo castigas. Nunca dudamos de tu amor», dijo el príncipe Federico en el discurso de la bodas de plata de sus padres y los rumores se desataron en la prensa, ¿ cómo había sido la educación de los príncipes? ¿Habían recibido castigos físicos por parte de su padre? Aún hoy ese rumor (el de los príncipes golpeados por el marido de la reina) persiste. ¿Y qué hace la reina al respecto?

La respuesta es que la reina no hizo entonces nada contra de Federico al compartir en público un detalle de su vida como familia. Pero es que, en realidad, la reina nunca ha hecho gran cosa en contra de su heredero.

Margarita de Dinamarca fue, como ella misma reconoce con gran pesar, una madre ausente, y si hubo bofetadas paternas no estuvo allí para frenarlas como tampoco frenó la virulencia con la que los medios atacaron durante años a su segundo hijo porque Joaquín no era la esperanza de la corona. A los hijos de la reina danesa les crió, en realidad, una niñera llamada Else Pedersen a la que despidieron de palacio sin contemplaciones tras 25 años de servicio.

Federico y Joaquín crecieron por lo tanto en un ambiente un tanto estéril, con una mujer que oficialmente no podía ser sentimentalmente efusiva con ellos y unos padres estrictos que supervisaban de vez en cuando sus avances.

De hecho, ninguno de los dos príncipes tenía claro qué era eso de ser rey hasta que a los nueve años a Joaquín los condes Schack le regalaron un castillo. La rabieta posterior de Federico fue de las pocas que calmó la reina en persona: se lo llevó aparte y le dijo al oído, «tú heredarás Dinamarca».

El pueblo danés no es indiferente a estos tejemanejes de la reina que cuida aun hijo e ignora a otro. Un buen ejemplo es que cuando la publicación B.T. realizó una encuesta sobre los royals más populares de su monarquía y para sorpresa de nadie Federico y la princesa Mary quedaron muy por encima de Joaquín y su esposa.

«Realmente hay un equipo real A y un equipo real B», rezaba el titular de la revista mientras en el texto aseguraban que en la base de tanto afecto se encontraba la campaña intensiva de lavado de imagen que los medios hacían del heredero al trono.

Federico es popular porque aparece en los programas de televisión más populares de la televisión danesa e incluso durante la Eurocopa de 2021 robó tantos minutos de televisión que parecía un jugador más de la selección.

«La Casa Real tiene una estrategia bastante clara para llevar al Príncipe Heredero al puesto de más popular, porque todo el mundo sabe que en un futuro previsible se producirá un cambio de trono», explicaba el analista Jacob Heinel Jensen.

Cabría la posibilidad de que en esa estrategia de proteger a su heredero la reina Margarita haya tomado la decisión más difícil de todas; la que afecta a sus propios nietos.

Una decisión que de haberla tomado su primogénito durante su reinado podría haber sido malinterpretada. Pero no hay duda de que no supo medir el impacto que su intento de proteger a su hijo favorito tendría sobre su hijo «segundón» y toda su familia.