La reina Sofía ha comenzado el año con una actividad imparable en la agenda oficial de Casa Real. / LIMITED PICTUREs

¿MOLESTA SU EDAD?

Por qué asusta tanto la salud de la reina Sofía: lo que sucede en realidad con sus rodillas

Las últimas apariciones de la reina Sofía han suscitado todo tipo de comentarios sobre su estado de salud. Lamentos que contrastan muchísimo con la benevolencia que se aplica al rey emérito Juan Carlos.

Si nada se tuerce, la reina Sofía liderará una vez más la 'delegación' española en la nueva boda griega, la de Nicolás de Grecia y Chrysi VardinoyanniSerá esta misma semana y los que seguimos a la emérita ya nos preparamos para contemplar cómo vuelve a dar una lección de elegancia hasta a sus propias hijas. No lo ocultamos: la edad de oro de Sofía de Grecia en la Corona española confirma un silencioso buen gusto que la caracteriza desde siempre. ¿Por qué se cargan tanto las tintas en temas de salud?

Existe, es cierto, preocupación por la situación familiar de la reina Sofia, compañera inseparable de una Irene de Grecia que sí tiene más padecimientos de salud. Pero, por lo general, podría decirse que la emérita goza de una salud apreciable. El único ingreso hospitalario que hemos conocido no la tuvo bajo vigilancia médica más allá de unos días y resolvió sin incidentes una infección respiratoria. Si acaso, lo más delicado es su salud emocional.

Las humillaciones reincidentes que la reina Sofía sufre cada vez que la vida sentimental y financiera del rey Juan Carlos llega a los medios de comunicación es comprensible. También parece lógico que se entristezca por las tensiones y fricciones que separan a sus hijos, el rey Felipe y sus hermanas, Elena y Cristina, y que se reflejan de alguna manera en esa revoltosa tercera generación que integran sus nietos. Sin embargo, las noticias cargan las tintas sobre una nimia circunstancia: sus rodillas.

Los titulares subrayan que la reina Sofía precisó ayuda para descender de unas escaleras en Segovia, donde el pasado viernes presidió el acto de entrega del Premio Unión Europea de Patrimonio Cultural. Recordemos: la madre del rey Felipe VI tiene 86 años, una edad en la que los achaques son más que rutinarios, en especial en las articulaciones. Una edad en la que el equilibrio, además, se reduce. ¿De verdad debemos subrayar como preocupante una circunstancia absolutamente habitual?

Las noticias sobre la salud de Sofía de Grecia

En estas informaciones que subrayan como problemáticas circunstancias propias de la edad solo pueden calificarse como exageradas. Incluso afirmaciones que contienen trazas de edadismo. Pareciera que las personas con movilidad reducida, comprometida o distinta debieran recluirse en su casa o resignarse a ser etiquetadas como enfermas. Y, sin embargo, no estamos ante una enfermedad, sino ante una circunstancia que, con suerte, nos va a llegar a todos.

El momento en el que la reina Sofía precisó apoyo para bajar unas escaleras, además bastante altas, en Segovia. / GTRES

Estas insistentes informaciones sobre el estado físico de la reina Sofía y, sobre todo, el subrayar una preocupación inexistente sobre su estado de salud, deslizan subrepticiamente la conveniencia de que las personas mayores se vayan retirando a sus habitaciones y dejen paso a quienes pueden y deben mostrarse con una arrolladora vitalidad y movilidad. Algo que deja bastante perplejidad, sobre todo si lo comparamos con el tratamiento que se la ha dado al rey emérito Juan Carlos.

Por lo general, las informaciones relativas a las idas y venidas del rey emérito Juan Carlos han sido mucho más benevolentes que las que estamos leyendo sobre la reina Sofía, con el agravante de que la emérita no requiere ninguna ayuda para caminar normalmente. El padre del rey Felipe, sin embargo, requiere apoyarse en una persona para caminar desde hace año. Cosa que no le ha impedido regatear, aunque haya tenido que adaptarse la embarcación a sus limitaciones físicas.

El rey Juan Carlos es tratado con más benevolencia

En una deferencia general al respecto de su estado de forma física, se ha calificado la movilidad del rey Juan Carlos como suficiente, en progresión o incluso admirable, aunque sabemos que en su residencia en Abu Dabi suele utilizar una silla de ruedas. Todos tenemos ojos: el emérito camina con dificultades enormes, mientras que la reina Sofía se desenvuelve con la normalidad asociada a su edad. ¿De verdad hay quien está preocupado por la salud de la madre del rey?

La nutrida agenda oficial de la reina Sofía habla por sí misma: estuvo en Segovia el viernes: el sábado, acudió a Sevilla para asistir al funeral de Fernando de Borbón y Medina; ayer presidió el concierto solidario a favor de las víctimas de la Dana en el Palau de la Música de Valencia y con Gustavo Dudamel al frente de la orquesta; y el viernes la veremos en Atenas, disfrutando de la reunión familiar en celebración de la boda de Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinoyannis. ¿La reina Sofía? Imparable.