La reina Sofía fotografiada en 1975 en el Palacio de Marivent de Mallorca. / GTRES

ES PRINCESA, PRIMA Y ENFERMERA

Esta es la única amiga de la reina Sofía que está invitada a Marivent cada verano: una amistad que dura más de 70 años

En los últimos meses, mucho y sustancial ha cambiado en la rutina de la reina Sofía. Lo que no se mueve es su deseo de pasar el verano en Marivent y salir a cenar con su mejor amiga. Casi la única.

Hace ya meses que la figura de la reina Sofía reúne atenciones de sus hijos y nietos, volcados en arropar a la abuela tanto como sea posible. El breve ingreso del pasado abril puso de manifiesto algo complicado de ver cuando los mayores de la casa gozan de buena salud: el paso del tiempo. Este es el momento de aprovechar cada minuto con la emérita en Marivent, su lugar favorito de veraneo. Un verano más, allí acudirán hijos y nietos. Coincidan o no.

El esfuerzo por no dejar a la reina Sofía (85 años) sola es consciente y desde todos los flancos familiares. Desde hace meses, la madre del rey Felipe goza de la compañía de su nieta Irene, 'ennoviada' además con el joven madrileño Juan Urquijo. También se ha unido al cortejo de nietos de Zarzuela Miguel Urdangarin, igualmente vinculado a una joven residente en la capital, la venezolana Olympia Beracasa. Leonor y Sofía están ya en casa y muy próximas a su abuela. Y, por supuesto, está Irene.

Las últimas fotografías de Irene de Grecia (82) han causado cierta preocupación: por primera vez la hemos visto moviéndose en silla de ruedas. Evidentemente, la salud de la querida hermana de la reina Sofía va acompañando a su edad, aunque en principio viajará como todos los años a Palma de Mallorca con su hermana. Quizá este año no la veamos en la tradicional cena con los reyes y sus hijas que cierra las vacaciones reales en Marivent. Ojalá sí.

La reina Sofía e Irene de Grecia han sido inseparables compañeras de vacaciones desde siempre. Habituales en mercadillos, centros comerciales y restaurantes de Palma de Mallorca, las hermanas siempre han hecho su vida mientras el rey Juan Carlos se dedicaba a sus regatas, sus amistades y sus noches. Si este verano Irene ya no puede acompañarla, a la emérita le queda su otra amiga de vacaciones y tanto años invitada en Marivent, Tatiana Radziwill.

La reina Sofía está en Palma como de niña en Corfú

Podríamos decir que la princesa Radziwill es la única amiga íntima de la reina Sofía, después de su hermana Irene de Grecia. Junto a su marido, Jean Henri Fruchaud, suele acompañar a la matriarca Borbón en sus visitas a los restaurantes, cafeterías y mercadillos de Palma de Mallorca. Su familiar presencia en Marivent subraya el poder evocador de la isla balear que atrapa a la emérita: le recuerda tremendamente a Corfú, el lugar donde pasaba las vacaciones de niña. El palacio de Mon Repos donde acudían es, además, muy parecido a Marivent.

Tatiana Radziwill (84) es hija del príncipe polaco-lituano Dominico Raniero Radziwill y de la princesa Eugenia de Grecia, prima hermana de Pablo de Grecia, padre de la reina Sofía. Por tanto, su prima segunda. El inicio de su larga amistad con la reina Sofía se forjó en Sudáfrica, donde ambas tuvieron que exiliarse con sus familias al inicio de la II Guerra Mundial. Desde entonces son, más que confidentes, casi hermanas. Y eso que sus vidas no han tenido casi nada que ver.

Tatiana Radziwill y su marido, Jean Henri Fruchaud, el pasado verano en Palma de Mallorca, tras cenar con la reina Sofía, los reyes y sus hijas. (FOTO: LIMITED PICTURES)

«Compartí su vida en Sudáfrica, cuando éramos bebés y, según nos contaron nuestras niñeras, yo acostumbraba a morderla. Pero luego aprendimos a no pelearnos y disfrutábamos de verdad de la compañía y los juegos de una con la otra», confesó Tatiana Radziwill a la periodista Carmen Enríquez en su libro, 'Tras los pasos del rey'. «Unos pocos años después, tuve suerte de compartir con ella la vida familiar en Grecia durante las vacaciones a través de toda mi juventud, lo que fue una fuente inolvidable de felicidad para mí».

La reina Sofía también quiso tener un recuerdo público para su gran amiga. Fue en 'La reina de cerca', la biografía autorizada firmada por la periodista Pilar Urbano. «Tatiana y yo teníamos cada una nuestra muñeca, pero solo un carricoche para sacarlas de paseo»; le dijo la emérita. « Nos peleábamos tirando cada cual por su lado a ver quién se lo quedaba. Y, claro, por nuestras peleas acababan discutiendo también nuestras madres, como ocurre en todas nuestras familias», recordó la reina Sofía de aquellos años felices, pero también durísimos por el obligado exilio.

Tatiana fue candidata a casarse con Harald de Noruega

Mientras Sofía de Grecia se convertía en futurible reina de España con su matrimonio con el entonces príncipe de Asturias, Juan Carlos de Borbón, Tatiana Radziwill se casó fuera del exclusivo círculo aristocrático, aunque fue considerada potencial candidata a casarse con Harald de Noruega. Nieta del príncipe Jorge de Grecia y de María Bonaparte y princesa ella misma, se enamoró del cardiólogo Fruchaud mientras estudiaba en París. Tatiana, además de hablar cinco idiomas y tocar perfectamente el piano, se graduó en Enfermería y se especializó en investigación bacteriológica.

La reina Sofía fotografiada en 2007, mientras paseaba por Palma de Mallorca con Tatiana Radziwill. / gtres

Como se asume en las mujeres de la alta aristocracia, Tatiana Radziwill no trabajó: se dedicó a la casa y a sus dos hijos, Fabiola (56) y Alexis (54). Gestiona, eso sí, la custodia de los archivos, grabaciones y escritos, de su abuela, la princesa María Bonaparte. Por esa misma razón, ha podido acompañar en innumerables ocasiones a la reina Sofía en sus viajes y vacaciones. Muchas veces, como decíamos, acompañada por su marido.

«La Reina es como una hermana, una verdadera amiga con la que tengo tan maravillosos recuerdos compartidos», confesó Tatiana en el libro de Enríquez. «A la edad que hemos alcanzado ya las dos, pocas vamos quedando con las que podamos hablar de nuestro pasado. Un tiempo feliz que nos hizo tan fuertes para la vida como encariñadas con los demás, gracias a los valores auténticos que nos dieron«.