«Para mí la reina Sofía era una de los personajes más aburridos de la historia« de España en los últimos 50 años», confiesa David Trueba. «No encontraba nada que me resultara interesante en sus aficiones por la música clásica o el esoterismo. Pero te das cuentas de que la ausencia de pasiones también es un modo de vida para una persona de cierta frialdad que entiende su papel como complementario», explica el director del documental Sofía y la vida real que se estrena este viernes en HBO.
La obra de Trueba analiza la enigmática figura de la reina emérita , hija de rey, hermana de heredero que no llegó al trono, esposa de rey, madre de rey y, ahora, abuela de Leonor la futura reina de España. «Nos interesaba investigar la figura de Sofía, una presencia constante que siempre estaba en una cómoda posición de personaje secundario y transformarla en personaje principal», cuenta Trueba.
A partir del testimonio de periodistas y expertos en la casa real española que la han tratado de cerca, como Mabel Galaz, Pilar Urbano, José Antonio Zarzalejos, Carmen Rigalt, Carmen Enríquez o Jaime Peñafiel, Trueba y Jordi Ferrerons, codirector de la serie, analizan una figura fundamental para entender la casa real española.
«Su infancia la convierte en una persona con una gran capacidad de resistencia», explica Trueba sobre una etapa dominada por el exilio forzoso, los constantes cambios de residencia durante la estancia de la familia en Sudáfrica e imágenes difíciles de olvidar como cuando su madre, la reina Federica , mataba ratas para evitar que mordieran a Sofía y sus hermanos.
El estoicismo que es parte de su leyenda fue algo que aprendió en casa cuando, siendo solo una niña, tuvo que aguantar un terrible dolor de muelas mientras asistía a un evento oficial por orden expresa de su madre. Pero también cuando, en sus primeros años de casada, descubrió la primera infidelidad de Juan Carlos tras presentarse inesperadamente en una finca de Toledo donde él estaba con una de sus amantes.
Doña Sofía, en un ataque de impulsividad que ahora es difícil de imaginar, viaja a la India con sus hijos, donde su madre le explica que para las mujeres de la realeza como ellas no hay otra opción que aguantar. Y sonreír.
Sin embargo, esa solo es una parte de su historia. El documental también descubre la faceta más política (y desconocida) de doña Sofía. «Su papel político tiene más densidad de lo que permite suponer una proyección pública tan discreta, tan hermética, tan alejada del foco», explica Ferreons.
«Es un personaje con una influencia muy notable en don Juan Carlos, pero también una mujer que ha sido educada desde niña para asegurar la continuidad dinástica porque ha sido nieta, hija, hermana, esposa, madre de reyes y ahora, también, abuela de la futura reina», cuenta el cineasta.
De hecho, para los autores del documental la reina juega un papel absolutamente decisivo en la proclamación de don Juan Carlos como heredero de Franco. «Cuando Sofía y Juan Carlos se casan no eran nadie. De hecho, así se titula el primer capítulo de la serie. De alguna manera se tenían que ganar el favor del entonces jefe del Estado. Ahí Sofía jugó un papel muy destacado porque estaba muy focalizada en mantener la línea dinástica. Ella había sido educada para reinar y quería reinar. Por eso, la relación con los Franco era frecuente y notablemente estrecha», explica Ferreons.
Pese a todo, su imagen siempre ha estado asociada al papel de víctima. ¿Ha tratado la sociedad española a la reina Sofía con excesiva condescendencia? «El machismo español consiste en hacer una interpretación del matrimonio en el que la mujer o es una calculadora taimada que controla cada movimiento o es la víctima. Pero eso niega un análisis más complejo en el que las culpas y las víctimas se reparten. Las familias reales tienen una agenda común y luego, cada miembro tiene una agenda propia. Y en su caso, eso también ha existido. No hay que tener miedo a contarlo. Es interesante. Forma parte de su papel y de su magia», explica el director.
«Creo que ese machismo tradicionalista español le ha beneficiado en cuanto a la imagen positiva que se tiene de ella: la mujer que ha sido engañada y es una pobre víctima que no se ha enterado de nada. Creo que todo era mucho más sabido y mucho más pactado que todo eso. Las cosas no suceden de manera accidental, suceden porque tú ofreces la posibilidad de que eso sea así. De que vas a tragar y transigir con ciertas cosas».
Pese a que el caso Corinna terminó por destapar las múltiples infidelidades del rey Juan Carlos durante sus seis décadas de matrimonio, la mayor preocupación de doña Sofía siempre han sido sus hijos. «Su momento más complicado es quizá el juicio de la infanta Cristina cuando la reina Sofía decide echar un pulso a la estrategia de cortafuegos de la Casa Real. Ese momento resume lo que ha aprendido a lo largo de su vida, lo que ha tragado y lo que está dispuesta a seguir tragando. Como cualquier madre, está dispuesta a hacer por sus hijos lo que no hubiera hecho por sí misma», explica Trueba.
Del mismo modo, su mayor satisfacción también tiene a otro de sus hijos como protagonista. « Su principal conquista es, sin duda, conseguir que su hijo accediera al trono. Sobre todo teniendo en cuenta la que estaba cayendo en 2014», explica Ferrerons.
El documental no explora (de hecho, ni siquiera menciona) si en sus más de seis décadas de matrimonio junto a don Juan Carlos la reina Sofía ha tenido alguna relación extramatrimonial. «No teníamos pruebas contrastadas ni la posibilidad de contar algo con garantías más allá de un cotilleo que solo podría contribuir a alimentar leyendas urbanas. Si lo hubiéramos tenido, lo hubiéramos contado. Pero eran informaciones muy endebles», argumenta Trueba. Esa incógnita sigue formando parte del misterio que la rodea.
Los cuatro capítulos del documental no son capaces de disipar la impresión de que nadie sabe exactamente quién se esconde detrás de la sonrisa imperturbable de doña Sofía. «Yo también tengo la misma sensación», confiesa Trueba. «Hay cierta oquedad en el personaje. Lanzas una pregunta sobre ella y el eco se convierte en la respuesta a tu pregunta. Y quizá esa sea la respuesta a este viaje y a esta búsqueda. También creo que proyecta más de lo que seguramente hay. El misterio continúa porque detrás del enigma quizá no haya tal enigma. En todos los personajes públicos hay un componente de máscara importante. Les sirve para protegerse, para que no arañe a la persona. Pero muchas veces la persona no es tan rica y sugerente como la máscara. Y este puede ser uno de esos casos».
20 de enero-18 de febrero
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