La reina Sofía no cultivó una corte informal al estilo de la de Juan Carlos I en Palma de Mallorca. / LIMITED PICTURES

LA REINA SIN CORTE

Por qué la reina Sofía no tiene amigas íntimas en Mallorca: sus dos compañeras inseparables de cada verano

La reina Sofía lleva medio siglo veraneando en Palma de Mallorca, pero sus amigas se siguen contando con los dedos de una mano. De hecho, solo son dos las que tienen vía libre en Marivent.

Se acerca el desembarco de la familia Borbón en Marivent y, como todos los años, esperamos que la reina Sofía sea la primera en llegar y preparar la casa para el goteo de invitados que espera. Quizá este verano tengamos sorpresa y, tras el viaje de la familia real a París para participar en la inauguración de los Juegos Olímpicos, se desplacen todos a una a Palma de Mallorca. Lo veremos en breve.

Decimos que lo veremos porque las vacaciones de la familia real son territorio comanche en lo que a anuncios y programación se refiere. Casa Real deja de avanzar muchas de las salidas de los Borbón y hay que cazarlas al vuelo, gracias a la vigilancia intensiva de fotógrafos y periodistas destacados en Palma de Mallorca. De hecho, las entradas y salidas a Marivent son irremediablemente inescrutables. Difícil saber a ciencia cierta quién se aloja en palacio.

Llevamos algunos veranos esperando que se produzca ese deshielo de las relaciones que permitan a las distintas generaciones Borbón coincidir y, sobre todo, dejarse ver en público. De momento, solo se puede adivinar que la reina Sofía acoge a sus tres hijos y nietos por separado, sucesivamente. Todo gira alrededor de la estancia de los reyes Felipe y Letizia y sus hijas. Mientras la familia real está en Marivent, nadie más se acerca a palacio.

No digamos nadie más. En realidad, las dos más fieles escuderas de la reina Sofía la acompañan en sus vacaciones en Palma de Mallorca, paliando en lo posible esa soledad a la que la abocó el exilio de don Juan Carlos. Desde que el emérito se fue a vivir a Abu Dabi (hace ya cinco años), la reina Sofía ha seguido volviendo a la isla en la que hace un tiempo pasó sus veranos más felices.

Desde su llegada a España, Sofía estuvo muy aislada

La emérita regresa cada año en una circunstancia que llama la atención: después de cinco décadas veraneando en Palma de Mallorca, la reina Sofía no parece haber trabado amistad con ninguna persona de la sociedad balear. No la vemos en restaurantes, mercadillos o cafeterías con ninguna amiga mallorquina ni sabemos de su involucración con ninguna iniciativa cultural o benéfica de la sociedad civil.

Esta circunstancia, la soledad balear de la reina Sofía, no es baladí. Y responde a una razón más que lógica. Solo hay que repasar la historia para advertir que la princesa griega que llegó a España para casarse con un príncipe aún sin trono se relacionó clasi exclusivamente con la familia Franco y su entorno, el único círculo al que debía tener acceso. Con la llegada de la democracia y la proclamación del rey Juan Carlos I, todo cambió para casi todos. No para ella.

Irene de Grecia y la reina Sofía, en una foto reciente. / LIMITED PICTURES

Los primeros años de matrimonio de la reina Sofía estuvieron dedicados a la crianza: tres niños ocupaban prácticamente todo el tiempo de la monarca. Durante los años 70 y 80, la reina Sofía se acompañaba además de su madre, la reina Federica, e Irene de Grecia, su hermana. Tras el fallecimiento de Federica en 1981, su hermana se quedó a vivir con ella.

El distanciamiento de Sofía y Juan Carlos derivó en un aislamiento creciente, pues la aristocracia, alta sociedad e incluso familia política de la monarca se debía, sobre todo, al rey. No es que la reina Sofía no tuviera buena relación ni mantuviera contadas amistades, pero Madrid siempre fue territorio Borbón. Y lo mismo sucedía en Palma de Mallorca.

Juan Carlos sí se divertía en Palma de Mallorca

En Palma de Mallorca, el rey Juan Carlos se rodeó de la llamada 'corte de Palma', compuesta por muchas de las personalidades más relevantes en influyentes de la isla. Sus divertimentos con este grupo, incluida Marta Gayá, estaban totalmente al margen de la reina Sofía, que hacía vida independiente y solitaria en Marivent.

La soledad de la reina Sofía se explica en la extroversión de Juan Carlos y en el peculiar sentido del deber de la monarca, muy consciente de su posición y de las responsabilidades que conlleva. Pero, además, podemos adivinar cierta tendencia a apartarse de la alta sociedad que con tanta naturalidad aceptó las relaciones paralelas del rey emérito. No debía ser agradable asistir a cenas, cócteles o reuniones en las que todo el mundo sabía que terceras personas habían roto el matrimonio real.

Tatiana Radziwill y su marido, el verano pasado en Palma de Mallorca, tras cenar con la reina Sofía, los reyes Felipe y Letizia y sus hijas. / limited pictures

En sus largas estancias en Marivent, dos mujeres han acompañado a la reina Sofía en sus soledades soleadas. Una, ya la hemos mencionado, es Irene de Grecia, su verdadera compañera de vida. La otra es su prima, Tatiana Radziwill, a la que cada año invita a pasar unas semanas en Palma de Mallorca, acompañado por su marido. Son amigas desde la infancia y las únicas con las que puede rememorar tiempos felices de niñez.

Tatiana Radziwill (84) es hija del príncipe polaco-lituano Dominico Raniero Radziwill y de la princesa Eugenia de Grecia, prima hermana de Pablo de Grecia, padre de la reina Sofía. Por tanto, su prima segunda. El inicio de su larga amistad con la reina Sofía se forjó en Sudáfrica, donde ambas tuvieron que exiliarse con sus familias al inicio de la II Guerra Mundial. Desde entonces son, más que confidentes, casi hermanas.

«La Reina es como una hermana, una verdadera amiga con la que tengo tan maravillosos recuerdos compartidos», confesó Tatiana en 'Sofía, nuestra reina', la biografía de la periodista Carmen Enríquez. «A la edad que hemos alcanzado ya las dos, pocas vamos quedando con las que podamos hablar de nuestro pasado. Un tiempo feliz que nos hizo tan fuertes para la vida como encariñadas con los demás, gracias a los valores auténticos que nos dieron».