Los eventos sociales royal cogen carrerilla este año, especialmente las bodas: saltamos de boda real en boda real. Ya hemos asistido al despliegue de la familia real de Liechtenstein y ahora le ha tocado el turno a otra dinastía, los Romanov, que además está directamente vinculada con nuestros reyes eméritos: la reina Sofía y el rey Juan Carlos. Hoy se ha celebrado en San Petersburgo el enlace religioso entre Jorge Romanov y Rebecca Bettarini y aunque estaban invitados, los eméritos no han acudido. Lástima, nos tendremos que conformar con los otros casi 1000 invitados, Margarita Vargas, esposa de Luis Alfonso de Borbón, Manuel Filiberto de Saboya, Aimon de Saboya o el príncipe Leka de Albania incluidos.
El pasado 25 de septiembre se casaron por lo civil en el ayuntamiento de Moscú Jorge Romanov, Gran duque de Rusia, y Rebecca Bettarini en una ceremonia íntima que convirtió a Rebecca en princesa. Pues bien, ese enlace ha culminado hoy por todo lo alto con una ceremonia religiosa en la catedral de San Isaac de San Petersburgo a la que está invitada casi toda la realeza europea (20 casas reales distintas) y, muy especialmente, la reina Sofía y el rey Juan Carlos que conocen al novio desde que nació. La madre de Jorge Románov es la Gran Duquesa María Vladimirovna de Rusia, la heredera del Emperador Alejandro II Nikolaevich… e íntima amiga de los eméritos.
El Gran Duque de Rusia, Jorge Romanov, y su mujer Rebecca Bettarini en su boda civil en Moscú. /
El rey Juan Carlos fue testigo de la boda madrileña de la Gran Duquesa con el príncipe Franz Wilhelm de Prusia allá por 1976 y los monarcas españoles fueron testigo del bautizo del único hijo de la gran duquesa, Jorge Romanov, el novio que se casa hoy en San Petersburgo y que pretende el extinto reino de Rusia.
Pero si los lazos de amistad entre Romanov y los padres de Felipe VI son antiguos, en el caso de la reina son, además, lazos familiares: ambas familias, la de doña Sofía y la de la Gran Duquesa comparten un antepasado común, el emperador Guillermo II de Alemania. Con todas estas coincidencias no es extraño que tanto Jorge Romanov como su esposa hayan enviado invitación a su enlace a los eméritos… ¿será esta la primera vez que coincidan desde que el rey abandonó España en agosto de 2020?
La ceremonia ha generado una gran expectación ya que era la primera boda de un miembro de su familia real en suelo ruso desde hace más de 100 años. Un acontecimiento propiciado porque las autoridades rusas, que hasta han cedido el palacio Vladimir para que la pareja pudiera ayer ofrecer una pequeña fiesta para sus ilustres invitados, así lo han permitido (y porque la Gran Duquesa tiene una relación muy buena con Vladimir Putin).
Gracias a ese entendimiento entre las autoridades y el pretendiente al desaparecido trono ruso hoy hemos podido asistir a la gran boda real rusa no solo del año sino también del siglo. Las cifras que se manejan son para marear a cualquiera: 1000 invitados, muchos de ellos pertenecientes a casas reales de medio planeta, cena de gala, ceremonia religiosa, hoteles de lujo alquilados enteros, retransmisión por televisión en directo, dos vestidos de novia y una tiara diseñada ex profeso para la ocasión (porque las joyas de la familia imperial rusa están en el museo del Kremlin… y van a seguir allí).
Para la ceremonia religiosa en sí, el estado ruso ha cedido la catedral de San Isaac en San Petersburgo, un enclave imperial e imponente que posee una de las cúpulas más grandes del mundo. En la ceremonia la novia ha llevado un v estido sencillo pero repleto de historia y referencias a la familia imperial rusa, como el espectacular bordado del escudo de la águila bicéfala. El modelo de líneas sencillas, manga larga y realizado en seda blanca llevaba una cola de seis metros, velo y una capa. La diseñadora libanesa Reem Acra ha firmado el diseño del vestido y la capa es una creación de Elina Samarina para la firma Sergio Marcone de Moscú. El conunto lo completaba la tiara de diamantes Lacis diseñada por Chaumet, la misma firma de alta joyería que diseñaba las joyas de la bisabuela de la Gran Duquesa.
Vídeo. Looks de invitada que hemos visto en Instagram
Para el banquete y la cena de gala posterior que se celebrará en el Museo Etnográfico, la novia lucirá otro diseño de Reem Acra, esta vez de tul con perlas y bordados. Se sabe que los 550 invitados que acudirán al banquete degustarán comida típica rusa acompañados de champán francés y vinos italianos. Se espera que la fiesta comience a la siete de la tarde y, seguramente, será tan espléndida como el resto de la gran boda rusa del siglo. Es una lástima que los eméritos se la hayan perdido..