Los reyes Carlos Gustavo y Silvia, junto a los príncipes herederos Victoria y Daniel de Suecia. /
Al rey Carlos Gustavo de Suecia no le salen las cuentas. Y no es algo nuevo. Ya en 2020, con la pandemia de coronavirus, los palacios reales se vieron gravemente afectados por la ausencia de visitantes, lo que supuso una pérdida del 75% de los ingresos. Si en un año normal, los turistas generan en el país escandinavo unos 9,8 millones de euros, ese año la cifra total que fue a parar a las arcas reales fue tan solo de 2,5 millones de euros.
Ahora, las quejas del monarca van dirigidas al Gobierno de su país al considerar que el año pasado no recibió suficiente dinero. Esta circunstancia podría afectar tanto al correcto mantenimiento de los palacios y los parques reales, como a los tres próximos grandes eventos de la familia real: el 80 cumpleaños del soberano y sus bodas de oro con la reina Silvia , que tendrán lugar el año que viene, y el 50 cumpleaños de la princesa heredera Victoria en 2027.
Así lo afirma en un documento presupuestario en el que se señala que la casa real no pudo «satisfacer las demandas» del Riksdag, el Parlamento de Suecia, o de la comunidad empresarial, entre otros. «En 2024, su majestad del rey cumplió con los deberes que le incumben, pero no hubo fondos suficientes para satisfacer parte de la demanda del Riksdag, el Gobierno, las autoridades, las organizaciones, las empresas y los particulares», escribe el Tribunal de Cuentas.
El tribunal ha calificado de «problemático» que el cuidado de los palacios y parques reales se financie con visitantes y turistas, algo que se hizo especialmente notorio y preocupante durante los años de la pandemia, que provocó un déficit millonario en el presupuesto de la familia real.
Sin embargo, con el aumento de la dotación que se produjo en el presupuesto aprobado el pasado otoño, las perspectivas parecen más halagüeñas. Pese a las quejas desde la corte, el Gobierno afirma que tanto el rey como su familia disponen ahora de mejores condiciones para desempeñar sus funciones.
Los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. /
Por su parte, desde la corte real insisten que «a largo plazo» se hará necesario aportar más dinero para cuidar los parques reales como Djurgården, Ulriksdal y Haga. «Un Estocolmo en crecimiento significa que más gente se mueve por estos parques, lo cual nos parece positivo», dice Staffan Larsson, gobernador de los palacios y parques reales. «Pero también aumenta el desgaste y la suciedad, por lo que a largo plazo hay que destinar más recursos a su gestión. Una financiación que sea a largo plazo y que no dependa, como ahora, del pago de los turistas que visitan el Palacio de Estocolmo».
En referencia a los importantes aniversarios que se celebrarán los dos próximos años, el Gobierno sueco asegura que las correspondientes a 2026 se gestionarán dentro del presupuesto actual, pero para 2027, cuando la princesa Heredera cumpla 50 años, la corte pedirá «financiación extra» para costear los festejos. Algo que deja en el aire no pocas incógnitas sobre cómo se afrontará este importante evento.
Sin que su popularidad haya bajado tanto como en la vecina Noruega , los reyes Carlos Gustavo y Silvia ya se enfrentaron a críticas generalizadas tras su petición al Gobierno de su país de 7 millones de coronas suecas, algo más de 600.000 euros, para concluir el año pasado. Que esta petición se realizara mientras los monarcas se encontraban de vacaciones en Brasil desató la desaprobación de la opinión pública.
No era esta la primera vez que se cuestionan las finanzas de la familia real sueca. En 2014, el Gobierno amonestó a la Corona por el aumento de sus gastos. En respuesta, esta explicó que se habían destinado dos millones de coronas (más de 170.000 euros) a la boda de la princesa Margarita . En aquella ocasión, el director financiero de la casa real aclaró que el propio Carlos Gustavo cubriría los gastos extraordinarios.
Una década después, las finanzas de la monarquía sueca volvían a ser noticia, cuando los royals despejaron sus agendas para pasar unas vacaciones privadas en Brasil , dejando a la princesa Magdalena a cargo de la regencia del país. A su regreso, el diario Aftonbladet reveló la petición de una asignación extra para cubrir los sueldos del personal real sin entrar en números rojos. El Parlamento la aprobó, con la condición de que la cantidad se reembolsara este año con cargo al presupuesto de 2025, que se ha fijado en 16,4 millones de euros, lo que supone un aumento de 1,8 millones de euros respecto a 2024.