Fiesta sorpresa
Fiesta sorpresa
El 17 de julio de 2023 Camilla Rosemary Shand, antes apellidada Parker Bowles, celebró su primer cumpleaños como reina. Una ocasión que fue festejada con 41 cañonazos en su honor entre otras iniciativas muy británicas. Pero el rey Carlos III tiene puesta su mirada en el futuro, concretamente en el año 2027, cuando la reina cumpla 80 años. Entonces vendrá la verdadera celebración.
El Daily Mail ha destapado que el monarca ya tiene en mente cómo agasajar a su esposa cuando se convierta en octogenaria, y su plan, que ya no se puede calificar de secreto, no es del gusto de todos. Para la ocasión, Carlos III quiere hacer honor a la tradición de los Windsor y ha propuesto a sus asesores que el 17 de julio de dentro de cuatro años se celebre un servicio nacional de acción de gracias en honor a Camilla.
La iniciativa ha tenido una acogida contradictoria si se hace caso de los comentarios dejados en la noticia publicada por el Daily Mail. Para algunos británicos Camilla no se merece los mismos honores que recibieron en su día la reina madre o Felipe de Edimburgo y consideran esta iniciativa del rey un tanto exagerada.
Tampoco es que la historia pasada le dé la razón a Carlos III. Algunos aún recuerdan al propio Felipe de Edimburgo exigiendo una fiesta propia a su esposa, la reina Isabel II, al cumplir los 95 años, y también cómo despreció uno de los regalos que le hicieron en uno de esos actos conmemorativos en su honor porque no le apetecía ir «cargando» con él el resto de la jornada.
Otros, con un poco más de memoria gossip y un poco menos de memoria royal, se acuerdan de todo lo sucedido cada vez que Camilla Parker Bowles ha cumplido años tras el reconocimiento oficial de su relación con el ex príncipe de Gales. Y el resultado ha sido desigual.
En 1997, Carlos organizó una fiesta de cumpleaños a la que se dedicó todo un capítulo de The Crown. Por algo será. Camilla ya no era Parker Bowles y el príncipe de Gales ya estaba separado de la princesa Diana, lo que provocó que los medios intentaran hacer una amplia cobertura de la «fiesta secreta y privada» que Carlos le dedicó a su novia pseudo oficial por su cumpleaños número 50.
La celebración tuvo lugar en una carpa instalada en su casa de campo, Highgrove, en Gloucestershire, aprovechando que su ex mujer, Diana, estaba de vacaciones con los príncipes Guillermo y Harry en el sur de Francia. Al evento asistieron 80 invitados, incluída la ex niñera que sacaba de quicio a Diana de Gales, Tiggy Legge Bourke, pero ni uno solo de ellos formaba parte de la familia real.
Camilla y Carlos, en la apertura del Parlamento británico. /
Los paparazzi hasta tomaron fotos aéreas de la celebración. Pero quién acaparó las portadas el día después de la fiesta de cumpleaños de Camilla fue Diana y su bañador con estampado de leopardo en Saint Tropez. El Daily Mirror incluso tuvo la osadía de poner en portada el titular «Querida Camilla, esto te mantendrá fuera de la portada. Feliz Cumpleaños, con amor, Diana» para ilustrar las fotos de la ex mujer de Carlos.
Incluso después de casados, los cumpleaños de Camilla han seguido dando problemas. El mismo año de su boda la frase «esa no es mi reina» era repetida machaconamente por sus detractores. Algunos alcaldes rebeldes (o en busca de votos) se negaron a izar la bandera en honor a la cumpleañera como era tradición porque consideraban que la boda había llegado «demasiado pronto»... a pesar de que Diana de Gales llevaba muerta siete años y medio.
No sabemos si la ocurrencia de Carlos III sobre los futuros cumpleaños de su esposa mejorarán su imagen o la empeorarán. Lo que sí tenemos claro es que a ella no le afectará en absoluto. Al fin y al cabo estamos hablando de la mujer que recibió la celebración de su 75 cumpleaños dando un discurso en el que afirmaba que el año en el que ella nació, 1947, fue un buen año, porque en él se inventó el papel higiénico suave.