The RoyaLand
The RoyaLand
Rebecca Bettarini, Victoria Romanóvna de casada, es una mujer con muchas inquietudes, y ahora está entusiasmada, al igual que su marido, Jorge Románov, con un nuevo proyecto tecnológico en el que están involucradas nada menos que ocho casas reales no reinantes. Hablamos por teléfono con la escritora sobre The RoyaLand, una iniciativa impulsada por Emmanuel Filiberto de Saboya, con quien la familia mantiene una excelente relación. La nuera de la Gran Duquesa María es una mujer con una gran formación y muy implicada con los desafíos de la vida contemporánea, algo que inculcarán tanto su marido como ella a su primer hijo, Alexander, que ya ha cumplido un año.
Como podemos leer en la web de este innovador proyecto, se trata de una experiencia inmersiva, online y offline, creada gracias a la inteligencia artificial que va a permitir no solo divertirse a sus usuarios, también aprender sobre la historia de estas familias tan cruciales para sus respectivos países: Rusia, Italia, Albania, Francia, Bulgaria, la extinta Yugoslavia, Lesoto y Mecklemburgo (una región del norte de Alemania).
¿Cómo surge el proyecto de The RoyalLand?
Fue Emmanuel Filiberto quien nos comentó hace un par de años que era una buena idea promover la tecnología. Nos llamó y quedamos porque coincidía además con nuestra boda. Su pretensión era que la gente joven conociera la historia de las familias reales. Como hoy en día los jóvenes están muy vinculados al mundo del videojuego había que tener en cuenta este elemento. Tiene dos hijas jóvenes y precisamente por eso está muy al tanto de lo que sucede en este campo, que sale un videojuego cada dos minutos y medio -responde con humor-. Pensó que era una forma muy adecuada para divulgar esta información.
¿En qué consiste?
En transmitir la historia de estas familias de una manera virtual y a través de un juego. Pensamos que era una aventura y además algo visionario. Es una forma de asentar el conocimiento de la familia Románov a través de un medio que la gente joven domina. Para nosotros es muy importante que se sepa qué ha pasado a lo largo de la historia y consideramos que es una forma estupenda de promover este contenido.
El matrimonio Románov está disfrutando de un gran momento. /
Son ocho familias las que participan. ¿Cuáles son con las que tienen lazos más estrechos?
Con todas. Son familias con las que tenemos lazos afectivos y estamos emparentados de manera directa, salvo con la de Lesoto. Al fin y al cabo son todos primos. Después hay algunos con los que por motivos de edad o por vivir más cerca nos podemos ver más. Hay otros que viven lejos o están muy ocupados, pero, de todas formas, las relaciones son buenas.
Esta iniciativa también participa de algo tan disruptivo y ya presente como la inteligencia artificial.
El mundo cambia y hay que evolucionar con las nuevas tecnologías. No soy muy experta, pero estoy convencida de que el mundo va a cambiar mucho en los próximos veinte años, como ya lo hizo en las dos décadas anteriores. Pensemos en la revolución que ha supuesto un teléfono con el que puedes hacer cualquier cosa. Es un cambio enorme. Ha cambiado la manera de vivir en muchos sectores.
The RoyalLand es un juego de rol, ¿cómo van a ser las reglas?
No sabemos cómo va a ser la dinámica, porque todavía no hemos hecho una prueba con él. Lo que sí puedo avanzar es que ha tenido un desarrollo espectacular y que será muy divertido. Sí que habrá una parte donde se juega y otra donde se aprende la historia de estas familias. Es también educativo.
Da la sensación que lo más importante es la divulgación de sus historias…
Sí, porque desgraciadamente en internet cada quien puede escribir lo que quiere sin ningún rigor. Hasta en Wikipedia hemos encontrado informaciones incorrectas. Hay que tener mucho cuidado porque se encuentran muchos errores y como cada uno puede cambiarlo se queda ahí. De hecho, ha pasado que de manera fraudulenta han cambiado parte de la historia de los Románov incluyendo a personas que nunca existieron para acreditarse como miembros de la familia. Esa es, desgraciadamente, la otra cara del desarrollo de la tecnología, que todavía no está muy controlada y cada uno puede hacer lo que le da la gana. Es importante que se eduque a la gente joven para que sepa discriminar entre la información falsa y la que no lo es. Esperemos que a través de The RoyalLand se tenga claro lo que significan estas familias.
¿En qué fase se encuentra el proyecto?
Verá la luz muy pronto. Estamos en contacto permanente con Emmanuel Filiberto, que nos dice que se va avanzando. En cuanto esté lo probaré. Tengo muchas ganas de jugar.
Su hijo tiene un año y va a crecer en un mundo muy tecnologizado. Supongo que es consciente de esos peligros…
Es inevitable. Por eso hoy como buen padre no puedes pensar que un hijo pueda vivir en una burbuja, fuera del teléfono, de internet, de la televisión… Sería imposible. Tienes que inculcarle los valores, cierta educación y atención para que sepa discernir sobre si lo que ven es correcto o no. Y, por supuesto, mientras sea pequeño, poner contraseñas para que no pueda acceder a según qué contenidos. Hay que educarlos para el futuro y no dar por bueno todo lo que lean. Siempre hay que plantearse si lo que lee uno es cierto o no.
¿Qué cualidades destacaría de Emmanuel Filiberto?
Es un gran trabajador y una persona que ha hecho muchísimas cosas. Además, ayuda a muchas personas en Italia y en otros países. Le tengo mucho respeto porque trabaja muy duro y el resultado se nota.
Usted como italiana sabe que no le ha resultado fácil ser aceptado por la sociedad de su país, porque los varones de la familia real italiana no podían entrar allí hasta hace no demasiado.
No podemos comparar las cosas como eran antes de que llegaran a Italia, hasta 2003, me parece. Cuando pudieron regresar, la familia empezó a tener mucho más reconocimiento gracias a él. Ha trabajado mucho, no solo en iniciativas empresariales, también en cuestiones benéficas.