La infanta Elena no es la única con un saludo royal secreto: Victoria Federica también le hace reverencias a su madre

La infanta Elena cumplía 60 años rodeada de toda su familia. Pese a no poder celebrarlo en el palacio de la Zarzuela, juntaba a sus allegados en un conocido restaurante de Madrid. Hasta allí se trasladó la reina Sofía, don Juan Carlos, los reyes y la infanta Cristina con sus hijos.

Sobre las 17 de la tarde se fue acabando la comida. Primero abandonaron el local Felipe y Letizia y más tarde lo hacía el rey emérito junto a doña Elena , con quien protagonizó una de las anécdotas de la jornada.

A la hora de decirse adiós, la infanta Elena y el emérito Juan Carlos iniciaron un ritual que derrochaba la buena sintonía que tienen entre ellos. Primero reverencia, luego cada uno dibujó la señal de la santa cruz en la frente dle otro y para finalizar, realizaron una serie de gestos con las manos con golpe en el pecho incluido.

Aunque parece un procedimiento extraño, es bastante habitual entre Juan Carlos y la infanta, quien se lo ha inculcado a su hija Victoria Federica. La joven influencer, además, realiza sus propias reverencias hacia los mayores royal de su familia.

Fue en 2018, cuando se pudo ver por primera vez a Victoria inclinarse ante su abuela, la reina Sofía, a la salida del Hospital Universitario Sanitas de La Moraleja. Iba acompañada de su madre, quien también lo hizo, mientras que su hermano, Felipe Juan Froilán, que también estaba presente, evitó el gesto.

Podría ser que la tradición solo es aplicable a las mujeres o fue un despiste del hijo mayor de los Marichalar-Borbón. Fue un gesto de respeto entre nieta y abuela que, por aquel entonces, causó sorpresa.

En mayo de 2022, Victoria y su madre se encontraron en la plaza de toros de Las Ventas para disfrutar de una jornada con motivo de la feria de San Isidro. A ellas se sumaron los amigos de la influencer, como Tomás Páramo , quien al ver a la infanta acercarse, realizó una reverencia en señal de respeto.

Los Marichalar Borbón son fieles a las tradiciones. La fe, los toros y las reverencias protocolarias son pasos que tanto Jaime de Marichalar como la infanta Elena han inculcado con fervor a sus hijos.

Por ello, no es de extrañar que sus muestras de cariño entre padres e hijos sean de formas que, actualmente, resultan extrañas al resto de mortales.