Poco después de su conversión religiosa, Tamara Falcó se consagró a la virgen de Schoensttat, origen de un movimiento apostólico fundado en Coblenza, Alemania, y bastante popular en España, donde se realizaban retiros en su nombre. La marquesa de Griñón tenía una imagen de esta virgen en la terraza del ático en el que vivía entonces, en el exclusivo barrio de Salamanca, en Madrid.
Sin embargo, hoy su adoración se dirige a otra virgen, la de Medjugorje. Es probablemente a ella a quien se refiere cuando cuenta que le pidió a la virgen que le quitara a Íñigo Onieva si no era el hombre para ella. Medjugorje es un pueblo enclavado en el corazón de Bosnia-Herzegovina y fue a su santuario donde, este verano, Tamara acudió a la llamada Macrofiesta del Rosario, celebrada entre el 30 de julio y el 4 de agosto.
La historia de la virgen de Medjugorje (también llamada La Gospa) comienza el 24 de junio de 1981, cuando se apareció durante varios días seguidos a seis jóvenes de entre diez y 16 años. Hoy varios videntes aseguran que la virgen se sigue apareciendo.
El 13 de mayo de 2017, el papa Francisco declaró que las visiones originales relatadas por los adolescentes merecían un estudio más profundo, mientras que las visiones posteriores continuadas a lo largo de los años son, en su opinión, de dudoso valor. Sin embargo, los peregrinos aseguran que son numerosos los «frutos de gracia». Por eso, el Papa, que había prohibido las peregrinaciones, volvió a autorizarlas.
En 2021, dos periodistas españoles, Jesús García, uno de los que más conoce este fenómeno en nuestro país, y Borja Martínez-Echevarría, realizaron un documental sobre estos fenómenos, en el que participaron varios rostros conocidos, entre ellos la propia Tamara Falcó, que relata su experiencia en Medjugorje.
El documental cuenta cómo los autores fueron enviados, en 2006, a este pueblo bosnio para investigar sobre las apariciones de la virgen. En aquella época, la virgen bosnia no era muy conocida en España. Una semana después, los protagonistas regresaron asombrados tras descubrir que, aunque ellos no vieron a la Virgen María, sí notaron en Medjugorje algo «inexplicable y de calado universal».
La película describe los acontecimientos sucedidos en el momento de las apariciones, hace más de 40 años, narrados por sus protagonistas y por testigos directos. Entre ellos, tres de los seis videntes, Iván, Mirjana y Jakov, que aseguran seguir presenciando apariciones de la Virgen.
En el documental Tamara explica cómo entró en contacto con la virgen. «La primera vez que conocí Medjugorje fue a través de un amigo mío, que me dijo que su hermana acababa de volver y estaba encantada. Me entró más curiosidad por conocer el sitio donde decían que estaba la presencia de la Virgen», cuenta la hija de Isabel Preysler.
«Yo lo que descubrí es que es un sitio de fe. Yo no vi a la Virgen como tal, pero sé que está presente porque lo ves en la gente», asegura la marquesa de Griñón. Parece que las apariciones marianas se dan todos los días en este pequeño pueblo de Bosnia-Herzegovina.
La primera peregrinación de Tamara a Medjugorje fue en 2012. Entre los rostros conocidos que profesan devoción a esta virgen y que han peregrinado a Merjugorje en varias ocasiones, está la escritora María Vallejo-Nágera, Mar Torres, ex novia de Felipe de Marichalar, Cari Goyanes, o Paloma Cuevas. La socialité Pitita Ridruejo, experta en apariciones marianas, también era asidua.
Mar Torres reconoce, en el documental que, para ella Medjugorje es un sitio «de paz, de aprendizaje». «La gente que no cree debería leer el libro de Jesús, que es una peregrinación escrita. Él lo hace para la gente que no es católica y hay que darle una oportunidad, abrir el corazón y dejarte llevar», recomienda la «influencer».
Los encuentros religiosos de oración se celebran cada año, en Medjugorje, desde 1989. Por allí han pasado otros rostros conocidos internacionalmente, como el cantante Andrea Bocelli, el actor Jim Caviezel o la modelo Mandy Smith. Cari Goyanes ha viajado a este lugar de peregrinación varias veces.
La primera fue junto a un grupo de amigas y en un momento de su vida que ella misma califica como «especial». La segunda fue con su marido, Antonio Matos, y a día de hoy sigue recordando aquel peregrinaje como algo «maravilloso» que sirvió de gran ayuda a su matrimonio.