Tamara Falcó anoche, de rosa, durante su intervención en El Hormiguero. / gtres

Tamara Falcó explica en El Hormiguero por qué tardó tanto en enterarse de la infidelidad de su ex prometido, Iñigo Onieva: «Yo estaba en mi nube»

La marquesa de Griñón ha sido la protagonista involuntaria del escándalo de la semana. Y su heroína justiciera. Tamara dio ayer su versión en El Hormiguero, el mismo espacio en el que siete días antes alardeaba emocionada de anillo de compromiso.

Con su naturalidad aplastante y su juvenil forma de analizar las situaciones más absurdas que le han tocado vivir, Tamara Falcó ha explicado en el El Hormiguero cómo ha pasado de estar prometida con Iñigo Onieva a romper con él definitivamente y echarlo de su casa y de su vida en menos de 72 horas.

Tamara Falcó, vestida entera de rosa fucsia, teñida de orgullo y sin miedo a que le miren, una vez más. Pero con un poco más de nervios por confesarlo todo: que el vídeo «empezó a rular en la fiesta» de hace una semana; que él le dijo que era del 2019; que una amiga le dijo que tenían quedar. Después de que estallara todo su madre le aconsejó que tenían que hablar con la prensa. Y fue Íñigo el que se prestó a hacerlo la noche del viernes, cuando salían hacia la boda de unos amigos. «Tú no digas nada», le dijo Isabel Preysler a su hija.

Cuando los periodistas le preguntaron esa noche de viernes, camino de una boda de la mano del que ya es su ex, si perdonaría unos cuernos, ella no pudo evitarlo: «Me giré como la niña del exorcista y respondí. '¿Estamos locos?». Seguía en su «nube». Y su madre insistiendo: «Hay más vídeos», repetía. Tamara Falcó le pidió paciencia y el tiempo le dio la razón.

Tamara cuenta que cuando se enfrentó con Iñigo Onieva para saber la verdad le soltó la famosa frase de que le daba igual si habían sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso. «Encima no sé ni lo que es el metaverso. Nano, yo sabía que era muy pequeño».

Ella vio que flaqueaba, dejó el anillo, cogió a sus perras, metió todo en el bolso y una amiga la recogió para ir a casa de su madre. Mientras lo contaba todo en la tertulia de El Hormiguero, se le entrecortaba la voz. En definitiva, se quiere quedar con lo bueno. «No voy a seguir hablando de lo que pasó, ya con eso no podría volver con él. Con esas mentiras sé que es un alivio, pero es duro».

No estuvo ni un segundo sola. «Mi hermana también tenía un trabajito y la divina providencia tenía un plan. Me refugié en Dios y me acordé de cuando rezaba este verano. Los divorcios han sido muy complicados en mi familia, siempre me lo he pensado mucho». Así que se lo planteó a los cielos: «Si no es para mí, quitádmelo. Lo que no sabía es que el plan de la virgen era hacerlo en la televisión nacional».

Sus compañeros de programa, capitaneados por Pablo Motos, la apoyaron sin reservas. «El 17 de junio está libre», comentaron. «Nos vamos por ahí», le respondió Cristina Pardo. Para ella, perder la confianza es como coger un espejo y darle martillazos, algo impensable. Hay más de lo que Tamara Falcó no tenía ni idea: , insinuó que no era un beso tonto en una fiesta.

Su solución ha sido la terapia. De momento, está en shock. Solo percibe pena e ira, pero no por haber perdido a alguien. Su hermano Enrique el sábado ya tenía un novio ruso para ella. Pero quiere esperar. «Mi padre era un señor; otros señores de mi familia, no…», soltó sin poder evitar reírse.

E insinuó que no rompe con todo solo por un beso tonto en una fiesta; para ella la infidelidad no es algo que se normaliza sin más, por mucho que Juan del Val, compañero de tertulia insistiera en quitarle importancia. «No somos monos, tú controlas tus impulsos», aseguró. «Yo conozco a mucha gente que es fiel y es feliz, es parte de uno de los pilares matrimoniales. Es algo científico».

Con su actitud, la marquesa de Griñón ha logrado esquivar el papel de víctima y resurgir de forma magistral. Mientras, Iñigo Onieva ha sido retratado como un personaje de la noche, cuya carrera se ha nutrido gracias a la presencia de la que era su novia.

Ella ha probado la televisión, la moda, las joyas. Él se ha centrado en las fiestas. Tenían el acuerdo de que Tamara le acompañaba a la discoteca e Íñigo la acompañaba a ella a misa y eso ha sido lo que los ha definido hasta ahora, la disparidad vital. La hija de Carlos Falcó mencionaba la biblia para explicar su compromiso de boda mientras él lo llamaba engagement, como si se tratara de una fusión de empresas.

Hace una semana, Tamara Falcó era una comprometida y enamorada que anunciaba que se casaba con el hombre de su vida. Esta semana ha podido demostrar sus tablas ante las condiciones adversas. Si Diana de Gales se enfundó un vestido de la venganza, ese que siempre se quiso poner y le prohibieron, Tamara Falcó ha optado por derrochar naturalidad, su marca de la casa y salirse lo mínimo de su línea.

Ya lo hizo en su primera aparición después de la bomba mediática, este mismo lunes, cuando bromeó con que había sido su madre la que había filtrado los vídeos de Iñigo nieva besando a otra mujer. Ese sentido del humor trasluce la realidad de que a su madre no le convencía el novio, y no es poca cosa. Isabel Preysler estuvo casada con Julio Iglesias, el icono de mujeriego, y lo plantó con calma y determinación.

Vídeo. La lección magistral de Tamara Falcó: así se gestiona una ruptura viral

El ímpetu de Tamara Falcó la ayuda a superar su dolor personal. Ella misma ha sido su refugio, apoyada por sus amigos y familiares. « El trabajo es un pilar fundamental para mí y pensé: vale, me está yendo mal en lo emocional, pero no puedo dejar que afecte a mi vida», dijo. Continúa en esa línea.