Las curiosas vacaciones de la infanta Elena en Portugal: hotel de cinco estrellas y look de Dora, la exploradora

Ya sean protagonizadas por las infantas Cristina y Elena, por los reyes y sus hijas o por los monarcas eméritos, las vacaciones de verano de nuestra familia real son cada año motivo de irresistible atracción, ya sea por ver el lado más natural o espontáneo de los royals o por el secretismo que a veces las rodea. Es el caso del recién destapado viaje privado de Letizia a Grecia , con la reina Sofía y con destino a la polémica villa de Máxima de Holanda . Y también de la escapada de su cuñada Elena a un destino muy especial para los Borbón.

La infanta Elena ha realizado un pequeño viaje a la isla de Madeira, en Portugal, el país donde Juan Carlos I pasó la infancia, cuando sus padres se exiliaron en Estoril . En circunstancias mucho más favorables que las de aquellos años, la madre de Victoria Federica y Froilán se ha desplazado a la nación vecina en compañía de una gran amiga de su infancia, Rita Allendesalazar, condesa de La Ventosa .

Han sido las redes sociales de dos de los destinos elegidos por doña Elena en este discreto viaje las que lo han sacado ahora a la luz. Esta visita se producía poco antes de que acompañara a su hermana Cristina hasta Abu Dabi , en una de sus habituales visitas a su padre que han convertido en unas pequeñas vacaciones familiares. Las infantas volvían a demostrar así s u gran conexión y cercanía.

La infanta Elena y la condesa de La Ventosa eligieron el hotel Meliá Madeira Mare para alojarse durante esta escapada. Este establecimiento de cinco estrellas, con un precio medio por habitación de 200 euros por noche, está situado en Funchal. De estilo contemporáneo y diseño depurado, cuenta con habitaciones modernas con balcones privados y sus huéspedes pueden disfrutar de impresionantes panorámicas al océano Atlántico. También dispone de un spa completo, gimnasio y una gran piscina frente al mar.

El equipo del hotel no dudó en compartir en su cuenta de Instagram varias fotos con su ilustre visitante, que posó muy sonriente con numerosos trabajadores antes de ser obsequiada con un gran ramo de flores. En las fotos que inmortalizaban su presencia en Funchal podemos observar que la infanta Elena optó por un look donde destacaba una camisa de rayas bicolor en blanco y gris y un sombrero.

«Fue un honor y un privilegio haber acogido recientemente a unas ilustres y estimadas invitadas de la familia real española«, era el texto con el que el hotel acompañaba las instantáneas de la infanta y su amiga, añadiendo que »esta visita y los comentarios de agradecimiento que generaron reflejan nuestro compromiso de ofrecer a nuestros huéspedes una experiencia de hospitalidad inigualable«.

Con un outfit más informal, donde destacaban unas bermudas color rosa y unas menorquinas fucsia, con un estilo de lo más similar al conocido personaje infantil Dora la exploradora, la infanta disfrutaba de una parada en el Parque Temático de Madeira. Estos tampoco dejaban pasar la ocasión de reseñar su presencia, publicando una imagen de doña Elena junto a la artesana Laurinda Jardim. Las redes sociales del parque destacaban que la royal había apreciado «especialmente nuestra artesanía tradicional».

A falta de compartir este viaje con su hermana Cristina o sus hijos, la infanta ha elegido en esta ocasión a Rita Allendesalazar, con la que mantiene una gran amistad desde que ambas eran pequeñas. Fue en su casa de Madrid donde doña Elena se refugio durante los peores momentos de su divorcio con Jaime de Marichalar.

A la condesa de La Ventosa se le ha adjudicado a lo largo de los años el papel de 'hermana mayor' e incluso de 'guardaespaldas' de su gran amiga, a la que le une una pasión compartida por la hípica y las corridas de toros. De hecho, en tiempos ambas compartieron profesor de equitación.

Hija del marqués de Casariego, José María Allendesalazar y Travesedo, el que fuera Jefe de Protocolo de la casa real, y de María Isabel de la Cierva y Osorio de Moscoso, Rita está casada con José María Álvarez de Toledo. En el pasado, la aristócrata tuvo que enfrentarse a su familia al no estar conforme con los términos del testamento de su madre. Entonces recurrió a los tribunales para pelear por tener una mayor participación de la herencia.