Nadie se esperaba este movimiento de Victoria Federica de Marichalar y Borbón , la primera 'royal' española que da el paso de hacerse cargo de su potencial como influencer en Instagram . Puede que aún sea pronto para concluir que va a iniciar una carrera profesional en redes, un territorio arriesgado por sus vínculos con casa real. Sin embargo, han bastado unos pocos días de apertura en el perfil para comprobar dos extremos innegables. Primero, que el tirón de la hija menor de la infanta Elena es considerable. Sin colgar nada extraordinario, ha llegado a 65.000 seguidores. Eso sí: tendría que tomarse Instagram mucho más en serio para llegar a los casi 500.000 que tiene su amiga influencer María García de Jaime. Segundo, alguien le está aconsejando al respecto de sus publicaciones, porque se ha ido las que menos calidad estética tenían y han aparecido fotos mucho más comerciales.
Los expertos en redes sociales calculan que la proyección que ahora mismo posee Victoria Federica en redes aumenta la cotización de sus publicaciones hasta 3.000 euros, aproximadamente. Sin embargo, no es esta suma lo más interesante del análisis de su perfil, sino su potencial vinculación con las firmas del lujo, una conexión que ya funciona a la perfección gracias a su propio padre, Jaime de Marichalar, consejero de Loewe o Fendi. Es en este sentido en el que María García de Jaime, la influencer que podría estar aconsejando a la hija de la infanta Elena, podría no ser el modelo ideal de influencer para la joven 'royal'. Aunque es la persona que la acompañó a su primera alfombra roja en España, acaso podría aspirar a mucho más, sobre todo si decide profesionalizar su presencia en redes.
El triunfo influencer de María García de Jaime está muy ligado a la exposición de su vida privada y su joven matrimonio con Tomás Páramo: amigos desde los 16 años, fueron padres a los 19, se licenciaron en sus respectivas carreras (Derecho ella y Publicidad, él) y trabajaron de todo para salir adelante. Instagram se convirtió en su mundo en 2017 gracias al hashtag Little Young Family (pequeña y joven familia), y desde entonces muestran su vida al ritmo de las marcas.
El perfil de Victoria Federica no tiene nada que ver: no tiene que hacerse a sí mismo ni se beneficiaría de una exposición profusa de su vida privada. En este sentido, su 'role model' ideal sería el de otras jóvenes 'royal' internacionales, que también tienen un pie en la moda y otro en una casa real. Veinteañeras precedidas por un apellido que se conducen, por la excepcionalidad de sus familias, con otras normas.
Un perfil en el que sí podía fijarse Victoria Federica es el de la princesa Olympia de Grecia , una joven de su generación, de una familia además muy querida por su madre y su abuela (de hecho, la infanta Elena coincidió con ella en la gran boda de su tío Felipe con Nina Flohr en Atenas) y con similares ventajas y restricciones debido al apellido 'royal'. Su vinculación con el mundo del lujo es definitiva, ya que trabaja como modelo y precisamente para marcas de alta gama. De hecho, desarrollar su trabajo en este universo le concede una doble ventaja: una definición clarísima del estilo de vida que está llamada a representar, por su condición de princesa y por su profesión, y alimentar su cuenta de Instagram con fotografías estéticamente irreprochables.
Si quisiera tener un futuro profesional en las redes sociales, el reto más trascendental de Victoria Federica sería definir cómo será ese estilo de vida que la defina, desmarcándola de otras influencers que no tengan su apellido. Un futuro trabajo en el mundo de la moda sería perfecto, pues podría convertir un hipotético trabajo como ejecutiva de moda (por ejemplo) en el eje de su presencia pública. Otra opción pasaría por trabajar el estilo distintivo que podría caracterizar a una 'royal' española, no tanto en su vertiente global sino anclando sus referencias estéticas en aspectos más tradicionales de nuestra cultura (de la Semana Santa o las carreras de caballos en la playa de Sanlucar de Barrameda al cine de Pedro Almodóvar). Si Victoria Federica hiciera bandera de lo típicamente español, elevándolo a la categoría lujo, la fascinación global estaría asegurada.
El perfil de Olympia de Grecia provee de pistas de estilo en Instagram extraordinariamente útiles para Victoria Federica. Cultivar un estilo de vida muy concreto es el principal: el lujo no se compadece bien con, por ejemplo, las sesiones populares de Djying de su novio, Jorge Bárcenas. Tampoco con las fotografías amateur: hasta los selfies más íntimos de Olympia de Grecia tienen un sentido estético muy preciso y cuidado. Las fotografías tiernas con animales siempre son un diez, lo mismo que las fiestas exclusivas con amigas famosas igualmente exclusivas, los enclaves exóticos o las suites de hotel de lujo.
Sintomáticamente, la vida amorosa de la princesa de Grecia queda totalmente fuera de esta exposición pública. Sin embargo, sí aparecen muchísimo dos de sus hermanos, los príncipes Constantine-Alexios y Achileas-Andreas, y acontecimientos familiares que subrayan realeza. Olympia de Grecia tiene clarísimo que la esencia de su imagen de marca es su condición real. A Victoria Federica no le conviene pretender que su notoriedad proviene de otra cosa.
20 de enero-18 de febrero
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