El tercer entierro de Rocío Jurado: por qué coinciden la inauguración del museo en Chipiona, la polémica de la herencia y el nuevo documental de la venganza de Rocío Carrasco

Los acontecimientos se precipitan en el planeta Jurado . ¿Podríamos asistir a los últimos coletazos de una guerra que ha durado 25 años? No podemos ser optimistas en este punto: aunque una de las partes pretenda finiquitar la contienda con revelaciones que se proponen incontestables, la otra insistirá siempre en negarlas.

No solo por salvaguardar lo que queda de una reputación ya muy dañada, sino por continuar haciendo negocio en los programas de televisión que, desde hace un cuarto de siglo, han sustituido a la Jurado como fuente de ingresos. Ya se prepara el estreno del segundo documental de la venganza de Rocío Carrasco y coincide con la inauguración del museo Rocío Jurado en Chipiona. ¿Servirán estos acontecimientos para enterrar, por fin, el conflicto por la disputada herencia de la chipionera?

Lamentablemente, el entierro de Rocío Jurado en el cementerio municipal de San José, oficiado el 2 de junio de 2006 en Chipiona, sirvió como duelo únicamente a sus fans, presentes a miles en el cementerio y a millones frente a la televisión en España y Latinoamérica.

El funeral no puso paz en una familia francamente desestructurada: ninguno de sus miembros pudo cerrar heridas no solo por conflictos anteriores al fallecimiento de la cantante, sino por la sorpresa que causó su testamento, en el que su hija fue designada heredera universal.

La guerra abierta entre los dos bandos, Rocío Carrasco y los Mohedano anónimos frente a los hermanos de Rocío, su viudo y los hijos de este, ha impedido que la figura de Rocío Jurado pueda pasar a la categoría de leyenda custodiada por la memoria.

Cómo lograr esta justicia, cuando sus pensamientos y sentimientos continúan siendo utilizadas como armas en la guerra familiar. Aquel entierro en Chipiona no enterró más que lo inevitable. Todo lo demás, las envidias, la mala fe y la avaricia, salió a la luz multiplicado. Desafortunamente, esa es la verdadera herencia de la Jurado.

El largo camino iniciado por Rocío Carrasco para ajustar cuentas con la memoria familiar puede interpretarse como un intento de ofrecer por fin descanso no ya a una figura central de la canción española, sino a su propia madre. La Jurado mantuvo su intimidad bajo siete llaves y muy pocos supieron de sus sufrimientos.

En el primer documental de Carrasco, 'Rocío, contar la verdad para estar viva', pudimos imaginar su impotencia al ver a su hija zarandeada por su primer marido y padre de sus dos hijos. Este documental supuso el segundo entierro de Rocío Jurado: el de una madre que no pudo ayudar a su hija en una situación límite.

En el segundo, 'En el nombre de Rocío', conoceremos su relación con los Mohedano, especialmente con sus hermanos Amador y Gloria, y con el torero Ortega Cano, su segundo marido.

¿Será este tercer entierro, el de la hermana y la esposa, el que permitirá poner fin a la malversación de su memoria? ¿Podremos recordarla al fin por sus canciones, sus actuaciones y sus películas, en vez de por el coro de lamentaciones e imprecaciones de su familia?

Sin duda, Rocío Carrasco pretende por fin a la guerra y honrar la memoria de la madre y la artista. Y parece que, de nuevo, apuesta por la contundencia. En el avance que ha hecho de su segundo documental, se muestra durísima. «Se han dicho barbaridades, mentiras, las ha dicho una parte de mi familia, la mediática», ha asegurado.

«Ya es hora de que se sepa la realidad y la verdad. Han tirado y pisado el nombre de Rocío Jurado, arremetiendo contra la persona que ella más quería en el mundo. Le han insultado, devaluado y le han faltado al respeto«, ha explicado Rocío Carrasco en un avance de su segundo documental.

«Ellos se han servido que yo venía de donde venía, han aprovechado ese proceso para ir campando a sus anchas. Se han aprovechado mi estado, se han aprovechado de mi dolor, de mi silencio. Creían que ese silencio iba a ser perpetuo y se han dedicado a hacer lo que no tenían que hacer», añade Carrasco.

«Yo he decidido apartarme porque no los quiero al lado». E insiste: »Han pisado el nombre de su madre arremetiendo contra la persona que ella más quería en el mundo. La han insultado y han utilizado el nombre de Rocío Jurado en vano. Hoy se sigue mintiendo en su nombre».

Que tiemblen los Mohedano y, también, los Ortega. Parece que por fin sabremos por qué no tiene relación con el torero Ortega Cano ni sus hermanastros. Y, de nuevo, existirán pruebas en forma de documentos.

«He encontrado muchos documentos que van a apoyar lo que voy a contar. Existen manuscritos que pueden ser comprometedores para algunas personas, ya los he mostrado en los tribunales, no los voy a mostrar, ya hay información suficiente», concluye.