Gerard Piqué ha dejado a todo el mundo con la boca abierta al anunciar con un vídeo que se retira del fútbol. Y probablemente, del mundanal ruido . El futbolista dejó fuera de juego a su equipo, el Barça, y a toda la prensa deportiva con su confesión en redes sociales. En teoría, tenía contrato hasta 2024 y a pesar de las polémicas, todos esperaban disfrutar de su juego al menos un año mas. Pero ha decidio retirarse.
Ahora, todo lo que nos reímos en 2014 con la 'separación consciente' de Gwyneth Paltrow se ha hecho carne, carne de cañón, en el mal querer entre Shakira y Gerard Piqué . El fin del amor entre la diva colombiana y el futbolista maravilla del Barcelona se ha convertido en una batalla cruenta que nos dice tanto sobre la inteligencia emocional de la pareja como sobre el manual de estilo para rupturas que se impone hoy. Lo de Paltrow que hace ocho años nos pareció una extravagancia, hoy es bien de primera necesidad. Sobre todo para los famosos.
Antes de que explotaran el MeToo y la preocupación global por la salud mental, Gwyneth Paltrow explicó cómo estaba tratando de romper con Chris Martin, padre de sus dos hijos, minimizando daños. Resumió así la clave de su 'separación consciente':
«Para mí significaba sobre todo ser responsable de mi parte en la disolución de la relación». Además, esta honestidad total y brutal asegura a las parejas híper famosas que su imagen no se vea afectada por una separación. Objetivo: que no se desate el odio viral y el descrédito menoscabe la influencia.
Nada de lo que predicó y demostró cierto Gwyneth Paltrow ha sucedido entre Shakira y Gerard Piqué. De hecho, todo parece indicar ahora mismo que la reputación del futbolista ha quedado muy dañada ante las manifestaciones de la cantante, evidentemente dolida por los malos modos del deportista a la hora de abandonar la relación. La canción 'Monotonía' pone esta delicada cuestión sobre la mesa.
'Monotonía' deja algunas frases demoledoras para la historia de los malos divorcios. «Tú estas frío como en Navidad», «Me dejaste por tu narcisismo» o «Tú en lo tuyo y haciendo lo mismo. Siempre buscando protagonismo» desvelan el funcionamiento de una pareja tradicional: él con sus aventuras y ella, ejerciendo de diosa del hogar con un plus de estrella, pero tirando de la relación igualmente. Shakira lo llama, quizá sin atinar completamente, «monotonía».
La parte más brutal de la canción, donde destila su recriminación más clara, desvela lo que ya no se admite en la ruptura de un matrimonio que ha durado 12 años y del que han nacido dos niños, que ahora se encuentran en el centro de la batalla legal por la custodia. No es honesto ni conviene, sobre todo si a esa ruptura le espera el juicio del ojo viral.
«Tu distante con tu actitud. Y eso me llenaba de inquietud», escribe Shakira en 'Monotonía'. «Tú no dabas ni la mitad. Pero sí sé que di más que tú. Estaba corriendo por alguien. Que por mí ni estaba caminando». Evidentemente, la diva colombiana acusa a Gerard Piqué de abandonar la relación mucho antes de que llegara la separación.
Shakira denuncia un comportamiento habitual en el manual de la pareja de otro tiempo: estar por estar en la pareja, silenciando la crisis hasta que una nueva persona nos arranca de ella. Mientras tanto, se impone un mutismo emocional insoportable para el cónyuge que sí pretende trabajar por la relación. Aquí, la deshonestidad brilla por su ausencia. Lógicamente, el dictamen viral sobre Gerard Piqué tiene mucho que ver con esta conducta.
La gestión de su separación ha puesto en evidencia que la inteligencia de la que Gerard Piqué siempre ha presumido, con su master en Harvard y su carrera paralela en los negocios, no aplica al terreno emocional. Quizá operó desde cierta soberbia: ¿de verdad pensaba que podía abandonar de esta manera a una diva global como Shakira, sin que hubiera consecuencias reputacionales graves? La cantante, además, no se ha quedado callada ni humillada: Shakira habla.
«Puse mi carrera en segundo plano y me vine a España, a apoyarlo para que pudiera jugar al fútbol y ganar títulos. Y fue un acto de amor», contó la cantante en una entrevista para la revista 'Elle'. Despreciar este gesto es un falló estratégico garrafal. Sobre todo si ese acto de amor termina costando 23,8 millones de euros, que es la multa que pide el fiscal en el juicio que dirimirá si Shakira ha defraudado 14,5 millones a Hacienda. Todo por residir más años de lo que le permite su estatus fiscal en España.
Entre canciones y declaraciones, Shakira está destrozando a Gerard Piqué, que se encuentra con que le pitan e insulta en el campo de juego («Cucaracho inservible», le gritó una aficionada) o le ponen canciones de su ex mientras está en el terreno de juego.Un acuerdo de Spotify con el Barcelona podría producir una situación surrealista: que Piqué tuviera que llevar el logo de Shakira en la camiseta oficial del Barça.
La situación con Shakira llega en el peor momento para el jugador, con su carrera deportiva dando sus últimos coletazos en España, malos resultados y críticas por su elevado sueldo. Además, Gerard Piqué está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción por sus acuerdos comerciales con intermediación el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. El descontento y fuga de talentos se ha desatado en su empresa ,Kosmos, donde trabaja su nueva novia, Clara Chía, y quizá también la madre de esta.
¿Tiene Shakira la culpa de esta crisis de imagen que afecta a Gerard Piqué, el hombre que hasta hace nada presumía de «generar dinero» sin parar, con Kosmos conquistar al conquistador Ibai Llanos (que ya ni habla de él) o llevar al Barça hacia la victoria? Obviamente, no. Piqué pudo evitar las crudas manifestaciones de Shakira, si hubiera sido un poco más inteligente y estratégico, justamente dos virtudes de las que él presumía en el campo y en los negocios.
Con su comportamiento escasamente reflexivo, Gerard Piqué ha arrinconado a Shakira, una diva que jamás iba a dejar que la colocara en la posición de mujer humillada. Realmente hay que tener las luces muy apagadas para pensar que se le puede hacer algo así a una diosa global. A Piqué le faltó madurez e inteligencia emocional para evitar una situación tan peligrosa. O humildad para, al menos, recurrir a un terapeuta que amortiguara su separación. Fue lo que hicieron Gwyneth Paltrow y Chris Martin.Ellos sí acertaron.
20 de enero-18 de febrero
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