Qué significa que Tamara Falcó haya borrado la foto de su compromiso en Instagram: ¿boda y segunda temporada de La Marquesa en peligro?

Han sido 24 horas trepidantes, apenas un día que Tamara Falcó no olvidará jamás. En menos de lo que canta un gallo, la glamurosa heredera del clan Preysler , chef y tertuliana de televisión ha pasado de vivir la máxima felicidad de un Amor con mayúsculas, a encontrarse cara a cara con la cruda realidad de su relación. Tan cruda, que hasta está grabada en un vídeo viral en el que el novio, Íñigo Onieva, se besa con una chica en el Burning Man Festival, edición 2022.

La ingenuidad o torpeza del joven relaciones públicas, aficionado a vivir la noche, ha sido lo peor. Porque desde que Tamara Falcó publicó la entrañable foto en la que anunciaba su compromiso, un casto beso con (raro) anillo al frente, todo ha sucedido ante las cámaras y en tiempo real. Si por la mañana Tamara celebraba su Amor con mayúsculas, por la tarde se hacía viral un vídeo en el que Íñigo Onieva se besaba con una desconocida en el festival Burning Man.

Inevitablemente, al viralizarse tamaña prueba de deslealtad en las redes, las cámaras de televisión corrieron a la puerta de la casa de Tamara Falcó, donde la influencer y su novio se preparaban para asistir a una boda. Fue en la entrada a la celebración de las nupcias cuando Tamara e Íñigo Onieva decidieron contra todo pronóstico salir del coche y dar algunas explicaciones.

Ante casi una veintena de periodistas y en un paseíllo que se vio en directo en televisión, Íñigo Onieva decidió no reconocer su error (al fin y al cabo, solo era una beso) sino salir por la tangente: dijo a las cámaras lo mismo que debió decirle a su prometida, que ese vídeo era de 2019 y no de 2022. Por tanto, de antes de empezar a salir con Tamara Falcó. «Nos entristece mucho que quieran estropear un momento tan feliz«, dijo mientras su prometida le apremiaba. »Vamos, mi amor«.

«¿Perdonarías una infidelidad», le preguntó un periodista de televisión a Tamara Falcó. «¿Estamos locos o qué?», respondió ella. A la mañana siguiente, la locura debió hacerse realidad, porque la hija de Isabel Preysler borró la foto de Instagram en la que anunciaba, feliz, su compromiso y próxima boda. Para entonces, ya se habían televisado las pruebas de que, efectivamente, el vídeo de Íñigo besándose con otra era de 2022 y no de 2019.

De nuevo ante las implacables cámaras, Tamara Falcó salió de su casa con cara de pocos amigos, sin anillo de compromiso y acompañada de sus dos perros. Dirección: la casa de su madre en La Moraleja, donde se atrincheró en busca de consejo y consuelo. Desde allí ha debido de hablar con sus mejores amigas, a las que ha pedido que borren la foto del beso y del anillo de sus redes. Eugenia Silva ha sido una de las que así lo ha hecho.

En las últimas horas, los datos más apremiantes han ido confirmándose en el boca a boca de las redes sociales y los programas de televisión, que ya funcionan perfectamente al unísono. Además de la fecha del 'affaire', efectivamente septiembre de 2022, ya circula la identidad de la chica, una modelo brasileña llamada Marina que ha sido azafata en la Fórmula 1 y ha trabajado en televisión.

Marina se ha convertido desde ya en objetivo para toda la prensa de la crónica social española, ya que ni Tamara Falcó ni Íñigo Onieva se están dejando ver, lógicamente. Es él quien tiene más que perder en esta situación, pues su posición, contactos y alcance de sus negocios de relaciones públicas redoblaron su valor tras confirmarse su relación con la hija de Isabel Preysler.

Para Tamara Falcó, sin embargo, este episodio supondrá un duro golpe sentimental pero no profesional. La influencer disfruta de la simpatía de su público sí o sí, más si su boda queda pospuesta o suspendida. Quedaría sin contenido la segunda temporada de La Marquesa, el docurreality que podría haber contado los preparativos de la boda de la pareja. Aunque, bien pensado, interesa mucho más que otra boda ver cómo Tamara sale de esta. Seguro que mejor y más fuerte.