La irresistible ascensión de los hermanos Juan y Teresa Urquijo: así se han convertido en las nuevas estrellas de la alta sociedad

Han pasado del anonimato a ocupar las portadas más populares. No se puede decir que los hermanos Teresa y Juan Urquijo estuvieran preparados para vivir dos de los romances más mediáticos de los últimos tiempos y, sin embargo, han superado la prueba con nota. Los aristócratas de moda en la crónica social han toreado o torean la fama con maestría. Ella desde la timidez y él, tratando de confundirse con el fondo.

No es casualidad que Irene Urdangarin haya escogido Londres como destino universitario. Es la ciudad en la que su novio, Juan Urquijo, estudió Ingeniería Agrónoma y en la que se mueve como pez en el agua. Allí, al abrigo de paparazzi españoles, podrán verse con tranquilidad, sin miedo a que capten besos, abrazos y otros arrumacos. Y comprobar hasta dónde llega el romance.

De los dos hermanos Urquijo, Juan es el más esquivo. No se deja ver si no es estrictamente necesario, como sucedió en la preboda de su prima, Victoria López-Quesada. No se sabe a ciencia cierta quién compone su grupo de amigos o dónde pasa el tiempo libre, más allá de su amistad con Victoria Federica Marichalar . Coincidieron en el colegio St. George, en La Moraleja. Fue ella, de hecho, quien le presentó a su prima Irene.

Cabe pensar que Juan Urquijo prefiere la finca a la pista, pues se ha criado en propiedades magníficas como Los Molinillos, de su abuela paterna, Piru Urquijo, viuda de Jaime Urquijo y Chacón, nieta de Gregorio Marañón, tía abuela de la futura duquesa de Alba. O El canto de la Cruz, de sus abuelos por parte de madre, Teresa de Borbón y Borbón , princesa de las Dos Sicilias, y su marido, Íñigo Moreno y de Arteaga, marqués de Laserna. Su mundo, parece ser, es el campo.

El mayor de los hermanos Urquijo ha hecho de su pasión su medio ambiente laboral. En la actualidad trabaja en Corsini Hunts, una compañía dedicada a los agro-negocios que gestiona y organiza cacerías. Uno de los cotos de caza que gestiona más famoso es La Flamenca, en Aranjuez, una finca que siempre ha gustado muchísimo al rey emérito Juan Carlos.

Evidentemente, la cercanía del joven Urquijo a la familia Borbón es un dato insoslayable. Los padres de Juan y Teresa son Lucas Urquijo y Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, por lo que su abuela materna es prima de don Juan Carlos. Lucas Urquijo fue director de comunicación de Roche Farma y desde hace casi ocho años trabaja en el departamento de responsabilidad social corporativa de El Corte Inglés. La madre los hermanos Urquijo es maestra y encuadernadora.

Estas credenciales justifican por sí solas cierta notoriedad en la crónica social, pero solo para alguien que busque fiestas, alfombras rojas y cámaras de televisión. No es el caso de Jaime y Teresa Urquijo, aunque esta última lo va a tener más difícil que su hermano para pasar inadvertida. No porque su matrimonio con el alcalde de Madrid la convierta automáticamente en famosa, que también, sino sencillamente por ser mujer. Sus looks siempre van a ser noticia, como comprobamos en el Día de la Hispanidad .

Más allá de la moda, lo cierto es que la historia de amor de Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida tuvo su momento viral gracias a la idiosincrasia del alcalde, soltero recalcitrante que cayó rendido ante una joven 22 años menor y tímida hasta decir basta. Pero, cuidado, que estamos ante una analista financiera de categoría, con una carrera profesional tan entregada como la que más.

Qué pasará por la cabeza de Teresa Urquijo, analista de inversiones en Merlin Properties, cuando se ve en las revistas etiquetada como 'mujer de'. Teniendo en cuenta que trabaja en una empresas de inversión inmobiliaria líder en España y Portugal y que cotiza en el Ibex 35 y que antes vivió en Filipinas y en Londres, donde trabajó para J. P. Morgan, hasta podríamos considerar que su futuro profesional tiene más alcance que el de su marido.

Teresa y Juan Urquijo ni están ni se les espera en las alfombras rojas de postín. Y, sin embargo, van a tener difícil esquivar los flashes: sus respectivas relaciones sentimentales con una Borbón y un alcalde les convierten inevitablemente en figuras de interés para la crónica social. Todo puede cambiar para el ingeniero agrónomo si el romance con Irene Urdangarin se rompe: entonces, recuperaría el anonimato. Para Teresa, sin embargo, no hay vuelta atrás. Siempre vamos a querer saberlo todo sobre ella.