Aniversario
Aniversario
n su 50 aniversario, en 2014, Pronovias creó 50 diseños que repasaban su medio siglo de historia y contó, como estrella en la pasarela, con Karolina Kurková. Ella es una de las muchas personalidades asociadas a esta casa, que ha trabajado siempre con top models como Irina Shayk, Miranda Kerr, Nieves Álvarez, Magdalena Frackowiak... También lo ha hecho a lo largo de los años con iconos de estilo internacionales, como Olivia Palermo, y nacionales, como Alejandra Domínguez o Eugenia Silva. Y muchas mujeres influyentes han elegido Pronovias para vestirse el día de su boda, como Amelia Bono o Genoveva Casanova.
Este año, la firma celebra su 60 cumpleaños, pero el enfoque de esta celebración es muy diferente al de sus bodas de oro. Todo el equipo ha concentrado sus fuerzas en mirar al futuro. No dejan de lado su enorme legado y sus orígenes, pero han querido imaginar lo que está por venir.
Pronovias comenzó su historia en Barcelona, en 1922, con un formato diferente al que conocemos desde hace seis décadas. Su fundador, Alberto Palatchi Bienveniste, creó la firma bajo el nombre El Suizo: una tienda de encajes y tejidos que se erigió como referente para las bodas de la burguesía catalana. «A raíz de esta primera apertura en Barcelona, en 1964 fue cuando nació la marca Pronovias y ahí empezó su gran andadura y su internacionalización», rememora
María Muntaner, directora de Marketing. «Innovación, contemporaneidad, estilo mediterráneo, cosmopolita y con una arquitectura única», enumera, al definir los valores de Barcelona en los que se ha inspirado siempre Pronovias.
Y para celebrar estas significativas seis décadas mirando al futuro, la firma ha presentado una colección inspirada en la Ciudad Condal. Su diseñadora, Anna Ramírez, lo explica así: «Cada vestido captura la esencia de Barcelona, desde su arquitectura emblemática, hasta el valor cosmopolita de la capital catalana. El desfile supone el inicio de una nueva era, con un homenaje a la ciudad y con el doble compromiso de Pronovias con Barcelona y como firma española líder de la moda nupcial. Un compromiso con todas nuestras clientas de todo el mundo».
La innovación es una constante en el ADN de Pronovias, pues su mirada dentro de la industria nupcial ha sido disruptiva desde siempre: la casa llevó el prêt-à-porter a un sector de la moda en el que siempre había reinado la costura a medida. En este sentido, su visión ha sido casi tan rompedora como la de la reina Victoria del Reino Unido, que fue de las primeras en utilizar un vestido blanco para casarse y popularizó la tendencia hasta el punto de que hoy es el color por excelencia de las novias.
Bajo los mandos del modista Pedro Rodríguez, en los años 70 del siglo pasado, la enseña catalana empezó a despuntar con sus diseños de alpaca y otros tejidos innovadores, como el punto, la lana o el crepé. Sus modelos en ocasiones incluían bordados con un revolucionario hilo rojo de guipur, para adornar el cuello o las mangas de las piezas más especiales.
Con su siguiente diseñador, Francesco Arena, los tonos pastel comenzaron a aparecer de forma más rotunda en las colecciones. En los 90, llegó la revolución de la pedrería, las faldas voluminosas de tul y las colecciones de alta costura, con la elegancia y las líneas depuradas como hilo conductor. A partir de 2000, comenzaron las colaboraciones con otros grandes diseñadores, como Hannibal Laguna, Emmanuel Ungaro, Valentino o Elie Saab.
En esta nueva etapa, la evolución va de la mano del arte. Materializar todo esto en términos de diseño no supone un reto para Anna Ramírez, sino más bien algo natural: «La moda está interconectada con el resto de expresiones artísticas y son una gran fuente de inspiración para mí. De la arquitectura trasladamos volúmenes que aportan innovación y modernidad. Especialmente en esta colección, en la que el diseño de Barcelona ha sido el principio rector. De la escultura incorporamos nuevas formas en escotes o mangas. Pero, en ocasiones, la atmósfera de una película te traslada completamente y también te puede dar nuevas ideas que incorporar a las colecciones».
Gracias a esas fuentes de inspiración, la nueva novia de la firma es contemporánea y vanguardista, y viste piezas más fluidas, que siente como una segunda piel. Sin embargo, los elementos clásicos que forman parte del ADN de Pronovias no desaparecen. «Los modernizamos para traerlos a la novia del hoy y a las nuevas tendencias», aclara la diseñadora.
Cuando le preguntamos cuál sería la celebridad a la que le encantaría vestir, Ramírez lo tiene claro: «Sin lugar a dudas, Zendaya. Siempre arriesga y hace suyo cualquier look. Representa a la nueva generación y es un icono; con cada proyecto que hace se arriesga y cuenta algo interesante». Quizá logre ese sueño o tal vez no, pero Pronovias sí seguirá vistiendo a miles de novias felices.
La transformación que marcará la nueva era de Pronovias es tan paulatina como palpable en cada detalle que se pueda imaginar. Empieza en sus diseños y termina en sus tiendas, que poco a poco están sufriendo un acertado y refrescante lavado de cara, para renovar aún más la imagen que tenemos de la enseña española.
Ese cambio ha empezado ya en ciudades como Londres o Nueva York, cuyas tiendas insignia ya lucen mucho más luminosas, con el predominio de una decoración en tonos nude, más acogedores. Llegará a Madrid y Barcelona mucho antes de lo que esperamos, para sorprender a las clientas que sienten la firma como uno de los emblemas de la moda nupcial del país.