Entramos en los talleres de los artesanos de Chanel: así se hacen los looks y complementos de lujo

Tan moderna como lluviosa, y con ese característico toque industrial que hasta resulta romántico, Manchester ha sido la última ciudad elegida por Virginie Viard, al frente de la dirección creativa de la firma francesa, para presentar la colección Métiers D'Art de Chanel 23/24 . Uno de los shows más importantes del año para la maison porque en él despliega todo su savoir faire y el de sus artesanos . A ellos, que trabajan en los oficios más bonitos de la moda y crean las piezas a mano, con paciencia y cariño a su profesión, cuida de una manera especial la casa fundada por Coco Chanel.

Lo hace desde 1985, cuando compró los primeros talleres de oficios relacionados con la moda. Un proyecto para conservar y poner en valor a esos artesanos que culminó en 2021, cuando Chanel dio el paso definitivo y levantó Le19M al norte de París. El nombre de este complejo se refiere al distrito 19 de la capital francesa donde se encuentra (que coincide con la fecha de nacimiento de mademoiselle Chanel) y a la M de Métiers D'Art, pero también de moda, mano (de los artesanos) y maison. Bajo su techo conviven 11 talleres en los que trabajan más de 600 expertos, desde orfebres hasta zapateros y bordadores, que también trabajan para otras firmas.

Desde que empezó en 2002 gracias a Karl Lagerfeld, el desfile Métiers D'Art ha dado la vuelta al mundo y ha pasado por Miami, Tokio, Dakar, Nueva York... hasta llegar a Thomas Street, en Manchester, con el tweed como protagonista y vehículo de unión entre el ADN francés de la casa y el saber hacer inglés. También como homenaje a la cultura británica que Virginie aplaude y que adoraba Coco Chanel: por el tejido más famoso de sus diseños y por el amor de su vida, Boy Capel.

Trajes impecables de tweed a todo color, abrigos, prendas de cachemir, gorras, zapatos Mary Jane... Y detalles como cadenas, perlas y bordados que son un guiño a la cultura de la ciudad: teteras y tazas o discos de vinilo. « Manchester es la ciudad de la música y es lo que me ha inspirado», asegura Virginie Viard. Una colección que, lejos de acercarse al espíritu rockero de los 60 y 70, lo ha hecho a su estética pop y colorista.

Como en cada edición de Métiers D'Art, el desfile es único gracias a piezas que están entre el ready to wear y la alta costura. «Es un show muy especial y me imagino que para el resto de talleres también, porque pone a los artesanos en el foco y les da la importancia que tienen. Es una forma muy especial de mostrar nuestras creaciones al mundo», explica Aska Yamashita, la directora de Atelier Montex, el taller de bordados más prestigioso del mundo, que se encuentra en Le19M.

De la misma opinión es Priscilla Royer, directora creativa de Maison Michel, la firma de sombreros por excelencia de Francia, que se integra también en Le19M. «Para Métiers D'Art se trabaja de una forma diferente porque se crean piezas que demuestran un savoir faire histórico. No tienes más libertad, porque es Virginie quien decide, pero debes ser más creativo. Ella me cuenta lo que tiene en mente y yo le propongo ideas. Es todo muy orgánico. Trabajar con ella es muy fácil y no ha cambiado desde que murió Karl, era muy accesible y sencilla, y lo sigue siendo», asegura.

Hablamos con Aska y Priscilla unos días antes de que se celebre el desfile en Manchester. Ambas nos abren las puertas de sus talleres para ver, de primera mano, cómo trabajan en ellos. Es un privilegio ver y tocar esas piezas que después formarán parte de los looks. Y más aún, hablar con sus creadoras. «Para este desfile hemos trabajado en gorras de tweed y diademas inspiradas en el pelo de los músicos de Manchester. Es muy divertido. Son un poco Peaky Blinders y la idea está sacada de la clase trabajadora de la zona, donde son numerosas las fábricas de tweed». Muchas piezas ya han salido del taller para fotografiar la colección antes del desfile: «Virginie tiene la idea; yo hago los sombreros, pero no veo cómo van combinados hasta el desfile. Hemos hecho cuatro diademas y dos gorras; y otros modelos que van directos a la boutique».

En este afán de Chanel por conservar los oficios de la moda, le preguntamos a Priscilla si es difícil encontrar a jóvenes artesanos que tomen el relevo. «No existen estudios de sombrerero, tenemos que enseñar todo desde cero, pero tenemos una buena cantera», señala. En la misma línea, Aska reconoce que, por fin, hay mucha gente joven interesada en continuar su estela. «Más que antes, desde luego. También es cierto que aquí hay becas», explica.

¿ Ha cambiado mucho la forma de trabajar con las nuevas tecnologías o sigue siendo un proceso 100% manual? «Un bordado industrial no está hecho de la misma forma. Aquí no puede haber prisas, tienes que tener paciencia. La clave está en que cada pieza bordada a mano es única, nunca serán copias idénticas», apostilla.

Aska lleva casi toda su vida laboral en este taller y para las creaciones de Métiers D'Art le encanta revisar los archivos históricos de Chanel , para inspirarse y estar conectada con la marca desde su origen. «Es muy enriquecedor mirar lo que has hecho hace años, te da ideas nuevas», indica. Sus desfiles favoritos han sido los celebrados en Dakar y Edimburgo. El primero, ya con Virginie Viard; el otro, con Karl Lagerfeld.

No queríamos irnos sin preguntarle qué tienen de especial las manos de un bordador. «Hay que tener mucha paciencia y sensibilidad, porque puedes estar horas haciendo lo mismo o trabajando días en una sola prenda». Pero añade: «No somos artistas, sino artesanos. Tenemos las técnicas y trabajamos para otros. Los artistas, normalmente, trabajan para ellos mismos. Formamos parte de diferentes historias, pero no lo llamaría arte. No somos pintores ni músicos... Aunque estamos cerca», bromea.