
Boutique de Chanel en Gstaad.
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Boutique de Chanel en Gstaad.
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La llegada del invierno en su momento más gélido no marca, ni mucho menos, el fin de los planes de lujo. De hecho, todo lo contrario: este momento del año es el pistoletazo de salida para la mejor temporada las estaciones de esquí de todo el mundo, lugar predilecto de las grandes fortunas a la hora de desconectar en esta época del año.
Un detalle que no pasa por alto para Chanel, la casa de moda francesa lo sabe bien y, de la misma forma que en verano abre boutiques efímeras en Saint Tropez, Marbella y demás zonas de playa de alto standing, en invierno hace lo propio en dos de las estaciones de esquí más famosas del mundo: Gstaad y Courchevel.
Los espacios de ambas boutiques han sido ideados para transmitir la calidez que buscamos en los interiores de los destinos de invierno, sin perder lujo de detalles. Para ello, alfombras texturas, vegetación y acabados en piedra y madera han sido protagonistas y conviven con la colección de invierno más deportiva de la casa parisina fundada por Gabrielle Chanel.
Como todo lo que hace Assouline, su libro Carbone es sofisticado apetecible e inspirador: con solo echarle un vistazo rápido querrás viajar inmediatamente a Nueva York, para descubrir el especial restaurante que recoge en sus páginas y da nombre a su portada. Carbone es todo lo que cualquier chef de especialidad soñaría hacer con la cocina italiana, es decir, otorgarle una nueva vida a las mencionadas especialidades y conseguir emocionar al público con un género culinario demasiado trillado.
«Estábamos construyendo un restauntante, pero también debía ser una fascinante pieza de época, una colisión nocturna de arte, música, textura, saber hacer y aire neoyorquino. Bienvenidos a CARBONE. Estamos emocionados por ti«, expresan Mario Carbone, Jeff Zalaznick y Rich Torrisi, fundadores del establecimiento, en el propio libro. Este volumen de Assouline puede ser el preludio y la excusa perfecta para hacer un viaje a Nueva York.
Las tortitas de Dani Brasserie. /
Una de las mecas de la gastronomía de lujo en Madrid tiene nombre y apellido y se encuentra en lo alto del hotel Four Seasons: Dani Brasserie es todo lo que el buen comer y unas vistas agradables pueden ofrecerte. Con unas vistas a los tejados más emblemáticos de la capital, este exquisito restaurante amplía su carta con un brunch: se convierte en la forma perfecta de coronar las mañanas del domingo.
Enero no tiene por qué ser un mes hostil, sobre todo si sabes bien cómo emplear tu tiempo: reserva el recién estrenado tratamiento Brisa en el espacio Halmma y no tendrás otro remedio que relajarte. Tras un masaje profundo y una exfoliación en un ambiente suavamente iluminado, relajado y agradable, volverás a casa flotando como si hubieras disfrutado de una semana de vacaciones.
Si lo que quieres es salir de la gran ciudad, pero no eres tanto de esquiar, prueba con un fin de semana de relax en un balneario tan exquisito como Las Caldas, en Asturias. Volverás renovado y con ganas de volver a la rutina de forma mucho más pausada y con filosofía.
Una de las tareas pendientes que todos nos ponemos en la cuesta de enero es la de hacer deporte. Por muy difícil que parezca, si das con el lugar adecuado no tendrás problema. Una opción de moda en Madrid se llama KO URBAN DETOX CENTER (@ilivekoespana_ en Instagram) y es un entrenamiento para el cuerpo y la mente que no deja indiferente a nadie. Sus resultados se notan desde la primera clase gracias a sus temperaturas elevadas y su combinación de cardio, fuerza, yoga y meditación te hará salir renovada y con ganas de todo.