Qué es la regla 333 de las amantes del lujo silencioso y cómo crear un fondo de armario perfecto con muy pocas prendas

Hemos oído en mil y una ocasión términos como ' fondo de armario' o ' armario cápsula ' pero, ¿qué es, en realidad? Algo tan sencillo, y a la vez tan difícil de conseguir (si queremos hacerlo bien) como esas prendas básicas y atemporales que se pueden combinan entre sí para crear diferentes looks con el objetivo de tener un guardarropa capaz de adaptarse a cualquier ocasión más allá de las tendencias, pero reflejando de una forma fiel nuestro propio estilo.

La idea, en definitiva, es tener un número limitado de prendas de calidad fáciles de combinar con las que crear looks impecables sin necesidad de invertir mucho tiempo en pensar qué ponerse. Y con la ventaja de no acumular porque sí (o por culpa de las tendencias efímeras) cantidades de ropa que ni nuestro bolsillo ni nuestra conciencia ecorresponsable son capaces de asumir.

Este concepto de moda eficiente y sostenible nos ayuda no solo a optimizar nuestras prendas, sino a comprar y consumir mejor y de una manera más responsable. El 'más vale poco y bueno, que mucho y malo' que tantas veces nos han repetido nuestras madres extrapolado al universo sartorial. La calidad ganando la batalla a la cantidad. El sueño de toda amante del lujo silencioso .

Donna Karan ya nos adelantó en su primera colección las famosas 'seven easy pieces' que conforman ese armario cápsula: siete prendas intercambiables entre sí que, al mismo tiempo, combinaban a la perfección y nos permitían vestir solo con ellas 24/7. Aquel desfile marcó un hito en la historia de la moda y varias décadas después, las que más saben de moda dan un paso más allá y apuestan por la 'regla 3-3-3'.

La magia de un buen fondo de armario creado a partir de prendas atemporales, materiales de primera calidad y tonos neutros radica en que se convierte en un lienzo sobre el que después podremos jugar con los complementos y será a través de ellos con los que introduciremos las notas de tendencia cada temporada y las licencias de color.

Un vestido negro y otro blanco, una camisa impoluta, una chaqueta de factura perfecta, un traje sastre con falda o pantalón, unos vaqueros impecables, un abrigo cámel y un buen jersey de cashmere para el invierno y un suéter o camiseta de rayas para el verano serían prendas básicas que darían forma a este armario cápsula atemporal que no entiende de tendencias pero, ¿qué es la regla 3-3-3?

Pues, ni más ni menos, que un resumen de las nueve prendas con las que reducir, aún más, este armario cápsula y que marca que solo necesitamos tres básicos para la parte superior, tres para la inferior y tres zapatos diferentes: esta vez, las matemáticas fallan y 3+3+3 en realidad no son 9 ya que te podemos asegurar que, bien combinadas cada una de estas piezas, podrás conseguir más de 20 looks diferentes. A esta lista podemos añadir todos los 'treses' que queramos (complementos, bolsos, joyas, abrigos...), aumentando así de forma exponencial el potecial de nuestro armario.

Para la parte superior, esas tres prendas básicas serían una chaqueta de calidad (puede ser un suéter o cárdigan de cashmere o una blazer en un tono neutro), una camisa clásica de estilo masculino (si es blanca y con un punto oversize, mejor que mejor) y una camiseta de algodón premium (blaca o de rayas navy).

Unos vaqueros rectos (sin rotos y sin siluetas tendencia, por favor), una falda negra (mini, de silueta lápiz o midi con vuelo) y unos pantalones sastre darán forma a los 'treses' de la parte inferior; mientras que unos buenos stilettos (o unos kitten heel destalonados si prefieres ir más cómoda), unas botas negras y unas zapatillas serán los zapatos clave para completar tus looks.

Si quieres añadir otros 'treses', apuesta por un LBD minimalista que te solucione todos tus eventos, un buen abrigo cámel o una biker de cuerto y uno de los bolsos icónicos en los que te aconsejábamos invertir aquí .

¿Que por qué las amantes del stealth wealth abrazan esta tendencia viral y la adaptan a sus armarios de lujo? Pues ni más ni menos que porque confirma su teoría de que la calidad siempre gana a la cantidad y que las prendas básicas y atemporales, minimalistas y huidizas de las tendencias, siempre ganan las batallas de estilo.