
Clara McGregor con traje de chaqueta con lazada, de Alexander McQueen, y pendientes de Kenny Jay Lane.
Clara McGregor con traje de chaqueta con lazada, de Alexander McQueen, y pendientes de Kenny Jay Lane.
El pasado 4 de febrero, Clara McGegor cumplió 28 años y lo celebró en la intimidad con unos pocos amigos, en Nueva York, la ciudad en la que reside y donde realizamos esta producción de moda un par de días antes. Clara es la hija mayor del actor escocés Ewan McGregor, fruto de su matrimonio con Eve Mavrakis , con quien también tuvo a Esther, Jamyan y Anouk (luego llegó Laurie, con su actual esposa, la actriz Mary Elizabeth Winstead).
Ahora, por primera vez, Ewan y Clara comparten protagonismo en la pantalla, gracias a Bleeding Love, una road movie que se adentra en el reencuentro entre un padre y su hija, con graves problemas de adicción. La película se estrena el próximo 12 de abril en Gran Bretaña, aunque ya está en cartelera en Estados Unidos.
Clara, además de protagonista, es coautora de la historia original, que escribió a seis manos con Vera Bulder y Ruby Caster. Esta última adaptó el texto al cine, manteniendo el título original, que hace referencia a aquel gran éxito que la cantante Leona Lewis tuvo en 2007. Graduada en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York, la actriz ha participado en películas como Reefa, The birthday cake, Alone at night y en cinco episodios de American Horror Story. Aunque tiene una productora y también escribe, no tiene dudas: « Mi pasión en la vida es actuar. Escribir, producir y todo eso me gusta mucho, pero creo que actuar es mi verdadera pasión», reconoce.
MUJERHOY. ¿Cómo ha sido trabajar con su padre, actuar juntos por primera vez?
Ya habíamos colaborado un par de veces antes en proyectos como The birthday cake, en los que yo era coproductora, pero nunca antes habíamos compartido la pantalla. Era la primera vez que nos poníamos juntos delante de la cámara.
¿Era algo que anhelaba desde hace tiempo?
Ha sido una experiencia preciosa por varias razones. Como adulta, pasar un tiempo prolongado con tu padre es algo poco frecuente; aunque suene raro, cada vez es menos fácil disfrutar de la experiencia de estar juntos. Así que ha sido increíble tener esta oportunidad. Es algo que siempre había deseado: poder fijarme en su trabajo, en cómo se prepara y hace cada escena. Aprecio mucho lo que ha hecho en este proyecto, pero también todo lo que he podido aprender con él. Me ha prestado una ayuda inmensa y me lo ha puesto todo muy fácil. Ha sido un lujo.
¿Le costó mucho convencerle? ¿Qué le dijo para que aceptara este papel?
Es algo que siempre había esperado y, cuando surgió la idea de poder rodar esta película, lo que más me ilusionó desde el principio fue que por fin podíamos trabajar juntos. Eso era lo más emocionante.
Si en el futuro tiene la oportunidad, ¿repetirá? ¿O con una experiencia basta?
[Risas] No, no, por supuesto que repetiría sin dudarlo, ha sido precioso. Me encantaría volver a hacerlo.
Escribió el guión con Vera Bulder y Ruby Caster, aunque la idea original es suya. ¿Cuál fue el germen de la historia? ¿Cuál es el mensaje?
Empezó como una idea sin mucha definición sobre un padre y una hija, con la adicción de fondo. Lo hablé con Ruby y con mi socia, Vera, y nos pusimos a escribir las tres a la vez. Posteriormente, la directora Emma Westenberg también se incorporó a las sesiones de escritura. La génesis de la historia surgió muy pronto y todas nos implicamos muchísmo. Esta película cuenta una historia de transito a la madurez, de llegar a la edad adulta, de hacerte mujer, pero también aborda la relación entre un padre y una hija que quieren reconectar. Cuenta lo complicado que puede ser a veces volver a conectar con tu familia, lo difícil que es reencontrarse cuando han pasado los años, cuando te haces mayor.
¿Cree que, a pesar de las diferencias y las particularidades de cada familia, siempre encontramos cosas propias en este tipo de historias?
Sí, desde luego. La historia que cuenta la película es única, pero creo que hay algo bastante universal en la relación entre padres e hijas. Es la vida como la vivimos, con momentos buenos y malos. Y eso es lo importante en la película: la conexión entre ellos, la necesidad de seguir adelante, de superar barreras, de crecer.
La película aborda esa eterna brecha generacional, en la que lo único que cambia es el lugar que ocupamos, y que tanto a jóvenes como mayores les cuesta ponerse en la piel del otro y ser flexibles. ¿Cómo lo vive usted? ¿Cuál es su opinión sobre estas tensiones generacionales?
Es interesante que lo plantee... Sí, así es, esa tensión intergeneracional siempre ha estado ahí. Todas las generaciones piensan que saben más, que son mejores que las anteriores. Y puede que algo de razón tengan. Los jóvenes traen nuevas ideas. Eso lo vemos en las dinámicas familiares; siempre aportan una visión novedosa de lo que nos sucede. Pero creo que ambas partes tienen que ceder. Para la gente joven, más centrada en sí misma, es interesante conocer y entender cómo crecieron sus padres y sus abuelos, cómo era su juventud, y no esperar que todo cambie tan rápido. Hay que seguir teniendo conversaciones y ser abierto de mente y de corazón, creo que ése es el único camino.
¿Cree que la gente joven tiene hoy una vida más fácil que sus generaciones anteriores? Quizá porque hay más democracia, más igualdad, diversidad... O quizá no.
Me parece una pregunta complicada de contestar, porque en muchos aspectos hay cosas que han cambiado para mejor. Tenemos una sociedad más progresista, más tolerante con las diferencias y particularidades de cada cual. La gente quiere vivir en una sociedad más abierta. Pero en otros sentidos, la vida ahora es más difícil. Por ejemplo, desde el punto de vista de la economía, los jóvenes tienen más dificultades para acceder a una vivienda, para establecer unas bases que les permitan crecer... Personalmente, estoy muy esperanzada con las generaciones más jóvenes que yo. Creo que están haciendo un esfuerzo enorme por mejorar, por avanzar, por ser más sostenibles... El tiempo dirá si acertaron. Cada generación se encuentra con unos problemas.
Volviendo a la película, ¿por qué ese título?
Esa pregunta me la hago yo también. [Risas] Hay varias razones. Es un título original que atraerá a la gente, que llama la atención. Cuando haces una película, siempre hay un montón de cambios y mucha gente que opina. En este caso, surgió avanzada la producción, por un momento de la película en el que cantamos la canción Bleeding Love.
Se lo preguntaba porque me estaba acordando precisamente de esa canción de Leona Lewis que sonó tantísimo.
Sí, así es.
¿Tuvo siempre claro que usted sería la protagonista o barajó en algún momento contar con otra actriz?
No, tenía claro que quería hacerlo yo. También me dedico a la producción y a escribir guiones, y me planteé desde el principio ser parte del proyecto como actriz. Creo papeles para mí y quiero crear más espacio en la industria para las mujeres; quiero contar nuestras historias.
Trabaja en muchísimas áreas dentro de una película: produce, escribe, interpreta... ¿Todas le aportan algo distinto?
Es muy enriquecedor trabajar en esta industria desempeñando diferentes funciones. Pero mi pasión en la vida es actuar. Escribir, producir y todo eso me gusta mucho, pero creo que actuar es lo que de verdad me llena.
He leído que, siendo adolescente, no quería dedicarse a la interpretación. ¿Recuerda qué le hizo cambiar de opinión?
Tuve mucha suerte de crecer rodeada de cine: mi padre es actor y mi madre, productora. Pude sumergirme en el cine desde muy pequeña y eso me hizo enamorarme de esta profesión. Actúe cuando era niña, en el colegio. Pero mudarme a Los Ángeles con mi familia, siendo una adolescente, me generó un rechazo a todo lo que tenía que ver con la actuación. Pensé en dedicarme a otra cosa, en estar detrás de las cámaras, en ser fotógrafa... Y fui a la Universidad con eso en mente, pero empecé a dar clases de interpretación durante mi primer año y entendí que amaba interpretar, que lo que realmente quería era dedicarme a esto.
¿Sus padres le dieron algún consejo?
Si, desde luego. Lo más importante fue que me apoyaron mucho, pero también fueron totalmente claros sobre lo dura que puede resultar esta industria y lo difícil que es abrirse camino en una profesión como esta. Ambos quisieron asegurarse de que tenía otras opciones en caso de que las cosas no salieran bien. Les agradezco mucho que hayan sido tan honestos conmigo.
Ha tenido la fortuna de observar las cosas desde dentro. Cuando ve a su padre en una película, ¿es capaz de olvidarse de quién es y concentrarse exclusivamente en lo que sucede en la pantalla?
Es extraño y a la vez interesante. Lo primero que pienso es que es mi padre, pero creo que ahí está la prueba de lo bueno que es en su trabajo, porque me puedo perder rápido en el personaje que encarna y ver la película sin pensar que es él en ningún momento... Pero depende, claro: hay papeles que están más cercanos a cómo es él y otros que son más lejanos y no lo reconoces.
Acaba de cumplir 28 años, la edad en la que su padre se convirtió en Jedi con Star Wars: La amenaza fantasma. ¿En qué punto se encuentra usted?
Antes de mi cumpleaños tuve un dolor muy fuerte en la espalda y tuve que estar acostada durante dos días. Y pensé: «Así es como va a ser envejecer...» [Risas]. Me siento bien, la verdad.
¿Cuál es el mejor regalo que puede recibir?
El amor de mis amigos y de mi familia.
¿Tiene otros proyectos este año?
Hay muchas cosas en las que estamos trabajando en mi productora. Irán confirmándose poco a poco.
¿Ha empezado a hacer planes a largo plazo?
Trato de pensar solo en el día a día, pero mi cerebro se acelera muy rápido pensando en el futuro...
¿Y no tiene alguna meta urgente?
¡Tengo muchos objetivos! Y por eso me esfuerzo en ir poco a poco, porque si no, no conseguiré nada.
¿Cocina? ¿Tiene alguna especialidad?
Sí, por supuesto. Mi comida preferida es el tajine de pollo con limón y albaricoques. Me sale buenísimo.
¡Suena bien! Dígame una canción de amor.
Ah, eso siempre es difícil. Bitch, de Meredith Brooks. No sé por qué, pero es la primera que me vino a la cabeza.
¿Un viaje para este verano?
Tengo muchas ganas de ir a Japón. Estuve tres días en Tokio, pero fue muy corto. Así que quiero volver.
¿Y por qué no España?
Estuve en Barcelona y Sevilla hace unos años. Y me encantaría volver.
CRÉDITOS
Maquillaje: Maki Ryoke.
Peluquería: Akihisa Yamaguchi (Foward Artist) para Oribe.
Asistente: Masako Fuyama.
Manicura: Eva Surety.
Asistente de estilismo: Daniel Zepeda, Douglas Henry Lewis y Natasha Garoosi.
Producción: Jean Jarvis (Area).
Asistente: Nika Bregvadze y Nelson Alfonzo.