El final del silencio de Jodie Foster y el éxito de True Detective: «Desde que cumplí los 60, siento que no ser sincera es una pérdida de tiempo»

«Cuando empecé a trabajar, las únicas mujeres que había en los rodajes solían ser la actriz que hacía de mi madre y la maquilladora», recuerda Jodie Foster (Los Ángeles, 1962) mientras juega con la correa de su reloj. Talento precoz, ganadora de dos Óscar antes de cumplir los 30 y directora de una breve pero estimulante filmografía –incluye episodios de Black Mirror y Orange is the new black–, ha sido también testigo y agente del cambio. Silenciosa en ocasiones, pero comprometida con la elección de cada papel.

«Quizás cuando era joven no era tan directa, pero ahora sí que lo soy. Desde que cumplí los 60, siento que no ser sincera es una pérdida de tiempo», nos cuenta a un reducido grupo de periodistas internacionales. El encuentro es para hablar de True detective , la cuarta temporada de la serie de HBO Max en la que ha cogido el testigo como protagonista.

«Cada vez es más difícil que me veáis en la pantalla, pero el guion era buenísimo y quería trabajar con Issa López. De todos los directores con los que he trabajado, es mi favorita», asegura alguien que ha estado a las órdenes de Martin Scorsese, Spike Lee o David Fincher.

En esta nuevo caso de True detective, subtitulado Noche polar, Foster se mete en la piel de Liz Danvers, una jefa de policía en la remota Alaska, encargada de investigar un crimen con tintes sobrenaturales y ecos del pasado.

¿Comparte este personaje algo con Clarice Starling, la agente del FBI que interpretó en El silencio de los corderos? «Las separan más de 30 años, pero me gustaría pensar que Clarice no ha acabado como Liz: cabreada con el mundo. Eso sí, es muy divertido interpretar a alguien con tantos defectos», asegura sonriendo.

Con los antecedentes de la serie –«Hay quien ve su primera temporada algo misógina», concede Foster–, poner al frente a un equipo de mujeres lo asume con naturalidad. « Si es una historia humana es feminista, y viceversa. El hecho de que esté protagonizada por dos personajes femeninos complejos, con defectos y cierta ruina moral, me parece que tiene algo de revolucionario, pero también imparable». Jodie Foster no tiene tiempo para detenerse.