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Existen dos festivales en Coachella: el propiamente dicho, en el que actúan las estrellas pop que mandan en las listas estadounidenses, y el que sucede en las cuentas de Instagram de las otras estrellas, donde modelos y 'celebrities' lucen las marcas que han pagado por ocupar sus perfiles durante los dos fines de semana que dura el festival californiano. La tensión indumentaria durante estos días es tremenda: las espadas están en alto en el duelo por conseguir el look más comentado del evento. Rihanna gana, pero Kendall Jenner no le anda a la zaga.
Kendall Jenner, con su outfit más llamativo /
La 'top model' de la familia Kardashian empezó el festival con uno de sus estilismos monos pero intrascendentes, una elegantísima combinación de pantalón a rayas y top de lentejuelas que podría ser el sueño de cualquier niña bien de Nueva York. Kendall se guardaba el campanazo para la noche: peinada con dos trenzas que caían sobre su espalda, la prodigiosa Jenner lució trasero al más puro estilo Kim gracias a un escueto top negro y unos shorts de finísima tela y totalmente transparentes. Debajo, solo un tanga negro.
Los comentaristas y desencriptadores de los movimientos de las 'celebs' ya se han atrevido a interpretar que se trata de un intento de Kendall de pasar la página de la retirada del anuncio de Pepsi que ella protagonizaba. La modelo se ha negado de momento a hacer ningún tipo de declaración sobre sus razones para rodarlo y sus sensaciones tras su retirada, aunque sí ha trascendido de su círculo íntimo que la modelo dice sentirse “traumatizada” por la polémica. Si es así, parece que en Coachella puede pasársele el disgusto.
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