Los mejores looks de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York
Han pasado 20 años desde que se estrenó la serie Sexo en Nueva York y hemos querido celebrar este aniversario con los mejores looks de su protagonista.
20 Fotos
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Hace casi dos décadas, una adolescente soñaba con hacerse mayor para poder vestir como la protagonista de una de sus series favoritas. Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York era todo lo que yo quería ser: escritora y estilosa. Pasó el tiempo y me convertí en escritora (periodista, para ser exactos) pero lo de ser estilosa aún lo tengo pendiente. No porque no pueda, que si me lo propongo, puedo. El problema es que si voy caminando por Madrid con una falda de tul, unos zapatos de Manolo Blahnik, un abrigo de piel, un tocado y un bolso joya la gente me va a mirar... y mal.
Por eso he desistido y ya no quiero ser como Carrie. No os preocupéis por mí, no estoy frustrada ni se me ha quedado ningún trauma. Es más, estoy tan contenta de ser una chica normal, de esas que prefiere llevar zapatillas (y no tacones) para ir de compras a Zara (y no a Hermès), que ahora para mí Carrie no es un ejemplo a seguir. Es, directamente, una diosa fuera de este mundo. Un personaje de ficción en el que siempre encontraré inspiración por muy lejana que sea.
Cuando se cumplen 20 años del estreno de Sexo en Nueva York, mi espíritu de periodista de moda no podía dejar de repasar los mejores looks del personaje más fashion de la historia de la televisión: Carrie Bradshaw.
Si solo nos pudiéramos quedar con uno de todos los estilismos que lució Sarah Jessica Parker en la serie, sería este. Y eso que en un principio, el vestido elegido para la cabecera de Sexo en Nueva York era un vestido azul de Marc Jacobs con el que había desfilado la mismísima Kate Moss.
La sexta y última temporada fue la que nos dio los mejores looks. Las calles de París, la capital de la moda, inspiraron a la estilista Patricia Field para conseguir looks como este. Y ojo a los zapatos blancos que tanto se llevan ahora; Patricia era una auténtica visionaria.
Ni las flores que propone Alessandro Michele para Gucci, ni el estampado de pañuelo, ni el color lila. Ninguna de estas tendencias se han inventado esta temporada porque Carrie Bradshaw ya las había llevado antes. Y con uno de sus accesorios favoritos, el bolso Saddle de Dior.
Lo que hoy llamamos color block tampoco era un misterio para nuestra protagonista. Patricia Field, la estilista de la serie, mezclaba con maestría tonos tan dispares como el azul y el rojo.
Y entonces, siempre llegaba un capítulo en el que te sorprendía todavía más. Eso pasó con este outfit totalmente reinventado, con el cinturón donde tiene que estar, en la cintura, pero con una falda mucho más abajo: a la cadera. Hasta las ideas más disparatadas le quedaba bien a Sarah Jessica Parker.
Este es, sin duda, uno de mis favoritos. ¿Cómo una camisa blanca masculina y un cinturón pueden quedar tan bien? Un look que, además, había salido del armario de Mr. Big. Eso sí, el cinturón estaba firmado por Hermès.
Durante las primeras temporadas de la serie, Carrie no se separaba de su abrigo de pelo para afrontar las bajas temperaturas de Nueva York con mucho estilo. Una prenda mítica que ha aparecido en varios capítulos y salió, después, en la película.
Si hay un vestido que no puede faltar en esta selección es el de estampado de periódico. Un diseño de John Galliano para Dior que Carrie llevó en la serie y repitió en la película como un claro guiño a los comienzos del personaje.
El VESTIDO. Así, con mayúsculas. De princesa, con mucho tul, como todas nos hemos imaginado nuestro look ideal para la noche más romántica de nuestra vida. Y aunque para Carrie, su noche parisina no empezó del todo bien, sí que acabó con mucho amor. A partir de ese capítulo, las faldas de tul en verde empolvado se convirtieron en un 'must'.
Con un corte de pelo bob y un vestido lencero, así aparecía Carrie en la fiesta de presentación de su libro. Que curiosamente se llamaba como la serie: Sexo en Nueva York. Un vestido de inspiración años 20 que se copió hasta en las tiendas 'low cost'. Yo misma tuve su versión de Zara.
El minimalismo de finales de los 90 fue una buena apuesta de Patricia Field para el personaje de Carrie. Este vestido blanco fue mítico por la escena con Mr.Big en la puerta del Hotel Plaza de Nueva York. Un apunte: Carrie repetía sandalias.
Un mix and match en toda regla. Lunares y cuadros para este outfit que hoy en día sería pura tendencia.
Con un look que nos recordaba a Audrey Hepburn y bailando en una hamburguesería. Si esto no es glamour, ¿qué es? Este maravilloso vestido de Oscar de la Renta nos hizo suspirar.
Este vestido de 'no he roto un plato en mi vida' es el que eligió la estilista para que Carrie fuera a la iglesia en uno de los capítulos. Un look marinero que bien podría llevarse ahora, con sombrero y todo.
Otro de los looks de la serie que se volvieron a utilizar en la película fue este. Y no podía ser más sencillo. Hay que tener mucho estilo para llevar una camisa de cuadros y unos vaqueros así de bien.
Sandalias de plástico transparente. Las llevó Carrie hace 20 años y las llevamos esta temporada 2018. La combinación con el vestido de flores y el marco incomparable del embarcadero de Central Park hicieron de este look uno de los más elegantes de la serie.
Crop top y riñonera. Lo que no haya llevado la protagonista de Sexo en Nueva York es que no existe en el mundo de la moda.
En una temporada como esta, en la que se llevan las túnicas, recuperamos este outfit para la noche. Nunca la mezcla de transparencias y brillos había sido tan elegante como cuando la llevó Carrie.
La mínima expresión. El día que Carrie conoció a Mr.Big llevaba un vestido mini en color nude que era casi como ir desnuda. Estaba espectacular. Algo que no pasó desapercibido para la estilista de la serie que volvió a apostar por vestidos del mismo corte: mini y extremadamente sexy. Como este en grsi oscuro que lleva con bolso de Gucci.
El verdadero vestido de novia que todos recordamos (aunque no llegara a casarse con él) es el de Viviene Westwood de la película. Pero como en la serie no se llegó a vestir de novia, nos quedamos con este vestido banco con el que Carrie (Sarah Jessica Parker) estaba espectacular y es lo más parecido a un look nupcial. No nos extraña que si la protagonista de Sexo en Nueva York vestía así una noche de fiesta cualquiera, el día de su boda no le faltara ni un pájaro azul en la cabeza.