¡Sí! Ahora es posible clonar el look más deseado de Carrie Bradshaw

Corría el año 2000 cuando cuatro amigas neoyorkinas aterrizaron en España, se colaron en nuestro salón de casa y lo cambiaron todo para siempre. Veinte años después, y a pesar de las lecciones de vida que aprendimos de Sexo en Nueva York , muchos consideran que tanto los personajes como los outfits están obsoletos. Sin embargo, nosotras seguimos soñando con algunos de los vestidos más famosos de Carrie Bradshaw y vamos a explicarte el motivo.

Las sandalias viniladas, los crop tops o el color block, entre otras tendencias tan de temporada, ya se las vimos a Sarah Jessica Parker hace veinte años. La estilista de la serie, Patricia Field, demostró un olfato tremendo para adelantarse en el tiempo. ¿Su clave? Probar, divertirse y jugar combinando en base a la verdad del personaje. O dicho de otro modo: dotar a Carrie Bradshaw de un estilo propio que le permitía enfundarse en un tutú de saldo, reivindicar un #freethenipples de manera continua o lanzarse a la calle en plena Navidad con pijama, abrigo de pieles y un collar de perlas.

Suyos son los looks bohemios de inspiración parisina que vimos en unas de las temporadas que se han fijado más a fuego en la memoria de los amantes de la moda: la seis. Sus apuestas, a veces realmente arriesgadas, eran defendidas a golpe de carisma y taconazo por parte de una Sarah Jessica Parker con la que colaboró estrechamente en la creación de las propuestas y eso se nota. ¿Recuerdas el vestido en color frambuesa y lunares XL? Espectacular.

Pero hay una falda, también de la temporada seis, que se cuela en la mayoría de corazones fashionistas por goleada.

Capas y más capas de tul en verde empolvado, mix de texturas y un resultado perfecto. Uno de los looks más perseguidos -y copiados- de los últimos años que ahora puedes clonar gracias a la falda Carrie de Coosy.

Está confeccionada en color aguamarina, con varias capas que proporcionan vuelo a la falda, cremallera invisible y cinturilla de satén, pero cabe la posibilidad de adaptar color y medidas si hablas con el taller. ¿Y lo mejor de todo? Pues que para lucirla no es necesario calzarse unos Manolo, ni buscar un Mr.Big, ni querer ser princesa. Basta con tener una falda de tul y ponértela. Solo porque tú quieres, porque a ti te gusta, porque te sientes estupenda. Ahí está el gran secreto de Carrie Bradshaw: hacer suyos los estilismos y disfrutar, aunque sea en pijama.