Ana Obregón y su estilo eternamente joven: sí a las prendas ajustadas, las siluetas retro y a los escotes que estilizan

Ana Obregón es uno de los nombres más conocidos de la crónica social de este país. Su vida más personal siempre ha ido de la mano de algunas de las exclusivas más golosas de nuestra historia reciente. Y el fallecimiento de su hijo Aless Lequio y su nuevo y controvertido rol de madre-abuela de la pequeña Ana Sandra, nacida por vientre de alquiler, la ha colocado de nuevo en el ojo del huracán.

Pero a nosotros lo que más nos gusta analizar de ella, al menos desde estas líneas, es su estética. La popular presentadora y escritora siempre ha sido una mujer de físico y estética espectaculares –recordemos cómo eran sus posados veraniegos en biquini–. Y a sus casi 70 años y siendo ya abuela, lo cierto es que continúa vistiendo como una veinteañera. ¿Y por qué no?

Adora las prendas hiperajustadas como los vaqueros pitillo y los tops escotados o los vestidos de tirantes. Y también es cierto que cuando se trata de ocasiones especiales y que requieren elegancia, «la Obregón» sabe que en las siluetas retro están su máximo acierto y glamour.

La presentadora y escritora, una de las más conocidas de este país, mantiene a sus 69 años un ritmo de vida imparable. Y la llegada de su hija-nieta Anita parece haber multiplicado por mil su energía y vitalidad de antaño. Y se nota también en su manera de vestir. Si bien es cierto que a Ana Obregón siempre le ha gustado presumir de figura trabajada con deporte y cirugía – sus piernas esbeltas y su busto exuberante son dos de sus características físicas más reconocibles, ahora en su edad madura no iba a ser menos.

La bióloga sigue luciendo prendas y estilismos que podría llevar igual que ella, aunque no sabemos si mejor, una chica veinteañera. En su fondo de armario +60 cuenta con pantalones vaqueros pitillo, tops escotados ya sean strapless o con escote tipo barco, y vestidos de tirantes de aire más boho o lady like, según la ocasión. Ahora incluso los luce a juego con su hija-nieta Anita, a la que viste exactamente igual que ella incluidas las bailarinas que calzan. Todas las prendas que escoge la conocida presentadoras están pensadas para lucir ese escote suyo tan bien exhibido.

Al contrario que la gran mayoría de las mujeres, ella se muestra muy cómoda vistiendo este tipo de siluetas superajustadas. Y poco o nada le importa «el qué dirán», ya que por muchos años que pases ella sigue luciendo casi las mismas prendas y looks. Es más es probable que sigan siendo las mismas piezas de hace lustros. Si alguien puede seguir usando las mismas prendas de hace lustros, esa es Ana Obregón. Y cuando afirmamos esto nos referimos también a que sigue llevando calzado, zapatillas en este caso de Chanel, de hace lustros. Modelos que no son nada actuales –ni trendy, la verdad sea dicha– pero que ella sigue luciendo encantada de la vida.

Porque no todo en la vida de Ana (Obregón) es lucir siempre prendas ajustadas, las ocasiones en las que requiere más elegancia suele recurrir a la misma silueta. O, por lo menos, muy parecida. Y nos referimos a siempre recurre a esos looks de chaqueta y falda que son una mezcla de inspiraciones a medio camino entre la silueta Bar de Dior y el traje de chaqueta y falda en tweed de Chanel. En su caso, suelen ser diseños de su creador de cabecera, el manchego Alejandro de Miguel , y hechos a medida. Por supuesto.

La presentadora sabe cómo tener éxito en los eventos más glamourosos y es donde se viene más arriba con maravillosos estilismos lady-like que combina y que siguen potenciando claramente si escote y su cintura de avispa. No hay nada como conocerse para vestir con éxito. Y Ana Obregón se conoce, y mucho. En el calzado de ocasiones especiales también reconoce la distinguida elegancia atemporal de los salones en tonos nude, rojo o incluso bicolor al estilo Chanel. Y estas sueles ser sus elecciones más habituales.

Pero si hay un accesorio clave y fundamental para la bióloga más famosa de este país son las gafas de sol. Las tiene por decenas, seguro. Y siempre cumplen con los requisitos propios de una gran diva: que sean grandes, oscuras y con detalles que, lejos de ayudar a pasar desapercibida, centran toda la atención en su persona. Eso, unido a la simpatía de la que (casi) hace gala con los periodistas que la siguen y la persiguen, convierten a Ana Obregón en una inspiración para miles de mujeres que quieren conocer y experimentar ese secreto suyo de la eterna juventud.