Por qué Letizia ha cambiado faldas y vestidos por pantalones: el giro secreto de sus looks hacia la madurez que nadie había advertido

El estilo de la reina Letizia es noticia, casi siempre, para bien. Su acierto a la hora de rodearse de buenos profesionales (la celebrada estilista Eva Fernández y ahora la maquilladora Natalia Belda) y su propio criterio en el vestir la han convertido en una de las monarcas más elegantes de Europa. Quizá la más elegante, rivalizando con Kate Middleton. Tengamos en cuenta, además, los diez años que una le saca a la otra: Letizia desbrozó caminos que luego Kate pudo pasear.

En esta década clave para el reinado de ambas mujeres, Letizia toma de nuevo la delantera para imaginar un vestidor nuevo para una reina madura del siglo XXI. Es algo fuera del alcance de Mette-Marit o Mary Donaldson, las dos monarcas de su generación que, sin embargo, no se deciden a despegarse del libro de estilo marcado por las reinas que las precedieron. No parece que Letizia vaya a limitarse a actualizar el estilo de Sofía, Margarita o Sonia.

Si la observación no nos engaña, Letizia estaría ya ensayando las posibilidades de estilo de una reina madura nueva. Pero cuidado, eso no significa que vaya a dar totalmente la espalda a la herencia recibida de monarcas como Sofía de Grecia o Isabel II. Al contrario. Apostamos a que la madre de Leonor y Sofía ha tomado buena nota de la gran lección de estas mujeres, siempre al pie del cañón: explotar al máximo las posibilidades del uniforme.

En la reina Sofía e Isabel II encontramos la máxima expresión de un uso inteligente de la moda, cuando la exigencia de novedad, belleza y decoración ya no es tan imperiosa. Tras décadas de estrés acumulado por necesidades del guión, ambas pudieron refugiarse en su silueta favorita, en sus prendas más confortables, para reforzar una identidad visual absolutamente propia y singular. La reina británica multiplicó en mil colores su abrigos y chaquetas de tweed. La consorte española domina el territorio de la americana, fuertemente adornada.

Cuando la BBC se preguntó las claves del estilo eterno de Isabel II , algunos insiders incluso de su equipo alcanzaron a identificarlas. Robin Janvrin, su secretario privado, desveló hasta qué punto un objetivo trivialmente pragmático y alejado de la elegancia lo explicaba. «Siempre me ha impresionado el sentido práctico de la reina a la hora de elegir lo que se pone. Se viste para destacar, de manera que todo el mundo pueda verla perfectamente. De ahí los colores brillantes y los sombreros».

«Creo que la reina tiene una manera de aproximarse a la moda que tiene mucho que ver con uniformarse, pero dentro de los parámetros del uniforme trata de ser creativa y de ofrecer looks interesantes», observó Elizabeth Holmes, autora de HRH: So Many Thoughts on Royal Style. Bethan Holt, autora de The Queen: 70 Years of Majestic Style, aportó algo más. «Lo más inteligente acerca de cómo la reina ha utilizado la moda desde finales de los años 50 es que convirtió su estilo en un símbolo de la estabilidad en tiempos en los que la sociedad se enfrentó a una aceleración del cambio increíble».

En España, algunos expertos en estilo realizaron un análisis similar al respecto de la reina Sofía , a petición de La Vanguardia. La diseñadora Margarita Nuez, que ha vestido a la reina durante 24 años, aseguró que la emérita «huye de las tendencias y se viste de manera cómoda y práctica con prendas que le otorguen mayor seguridad, acorde a su propio estilo». Juan Duyos, conocido fan de la reina, observó que esta, «sin seguir tendencia alguna, ha creado un estilo que la identifica, un estilo de sobresaliente sin subirse a ningún carro».

Efectivamente: Sofía de Grecia se ha mantenido fiel en las últimas décadas a su armario clásico, práctico y discreto. Sin embargo, con el paso de los años emergió cierto espíritu bohemio que se revela más cuanto menos institucional es su aparición. En verano, algunos de sus looks remiten fuertemente a los colores, riqueza de tejidos y decoración profusa del vestir folclórico de las culturas tradicionales, por ejemplo, con túnica de colores .

¿En qué momento sabe una reina que ya no necesita dar el do de pecho en cada look y puede relajarse? Probablemente, cuando sus herederas cojan el testigo de la influencia en moda. A Leonor no le queda tanto para reclamar los focos: un año de instrucción militar más y su formación universitaria. Antes de que Letizia cumpla los 60, se habrá liberado de hacer un uso tan intensivo de la moda como ahora se le exige. De hecho, ya observamos cierta tranquilidad y más hincapié en lo cómodo en sus más recientes estilismos.

En las últimas 34 apariciones de Letizia junto al rey Felipe, solo ha llevado falda o vestido en 15 ocasiones, cinco de ellas por presidir actos protocolarios en el Palacio Real. En otras cinco la exigía la etiqueta del evento: la cena de gala en la Alhambra tras la Cumbre de la Unión Europea, los Premios Princesa de Asturias, la celebración del Día de la Hispanidad, la jura de la Constitución de Leonor o la Apertura Solemne de las Cortes Generales de la XV Legislatura.

Tenemos a una reina que, cuando puede permitirse algo más de amplitud para elegir un look, está optando constantemente por pantalones . No es casualidad que la reina Letizia insista en esta prenda cuando sale a trabajar, mano a mano, con el rey. El mensaje de un equipo de iguales se lanza en los últimos meses más que nunca: son uno. Pero, quizá, estamos viendo también indicios de la futura identidad de estilo de la reina: ejecutiva, minimalista, como una CEO del Ibex, una primera ministra, una premio Pulitzer. Poderosa.