Si tuviéramos que quedarnos con un nombre, es el de Valentino el que gana por goleada. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, directores creativos de la firma italiana, son los responsables del modelo de seda en color rosa en el que Beatrice Borromeo se enfundó para la ceremonia civil con Pierre Casiraghi en el mes de agosto. También lo son de la elaborada creación que Sophie Hunter eligió para casarse con Benedict Cumberbatch, de la que vimos llevar a Frida Giannini el día de su boda con Patrizio di Marco, o del llamativo vestido realizado en guipur con el que Nicky Hilton contrajo matrimonio con James Rothschild en Londres.
Un estilo radicalmente diferente al que Bar Refaeli quiso vestir el día de su boda con Adi Ezra. Chloé se encargó del romántico traje nupcial que pudimos ver en el perfil de la modelo israelí en Instagram.
En nuestro país, Rosa Clará se encargó de los tres diseños que lució Alba Carrillo para dar el “sí, quiero” a Feliciano López, así como del vestido de corte sirena realizado en chantilly francés por el que se decantó Helen Lindes el día de su boda con Rudy Fernández o del original look con el que Marta Torné sorprendió para convertirse en mujer de Roger Gual.
Pero si ha habido una novia mediática este año, esa ha sido Eva González. La localidad andaluza de Mairena del Alcor acogió el esperado enlace entre la presentadora y el torero Cayetano Rivera, para el que lució un elegante vestido en seda y crepé obra de Hervé Moreau para Pronovias que destacaba por su larga botonadura a la espalda.