Valentino, o el arte de la Alta Costura

El cuerpo de la mujer, el movimiento, la belleza, y todo un universo que explorar entorno a ellos. Con el Delphos de Fortuny en el imaginario de Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, el arte bizantino en la retina y en la aguja, y la inspiración de la silueta danzante de Isadora Duncan flotando en el ambiente, Valentino ha presentado una colección Alta Costura en París que busca volver a los orígenes, a la naturaleza.

Con una mujer libre de pensamiento y movimiento como protagonista de su historia de arte y costura, los directores creativos de la firma italiana nos proponen una primavera-verano que ahonda en la búsqueda de la belleza más lírica, pero también más personal.

Valentino da forma así a una colección que es arte en sí misma, y lo hace a través de siluetas que nos transportan a otra época, la de finales del siglo XIX y los albores del XX; y a otro lugar intermedio detenido en el tiempo, entre la Venecia palaciega, el Imperio Bizantino y Japón. El terciopelo lo envuelve todo, y crea una lujosa coreografía de moda en movimiento a través de túnicas que nos invitan a soñar en rojos llenos de pasión, y majestuosos verdes.