Una chica, viajando en el metro. / GTRES

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Dime cómo vas al trabajo y te diré por qué no adelgazas

El medio de transporte que eliges para arrancar la jornada laboral marca tus rutinas diarias más de lo que crees. Te contamos cómo...

La vuelta a la realidad significa entre otras cosas volver a cumplir horarios, coger el metro, el autobús o el coche para llegar a tiempo al trabajo, y luego al final del día regresar a casa. Aquí, es importante descatar que el modo de ir al trabajo marca nuestras rutinas diarias y que son mucho más importantes de lo que creemos para mantenernos en el peso correcto.

Un nuevo estudio ha corroborado que cuantas más horas pasas en el trayecto del trabajo a casa y viceversa tu salud se verá más afectada. La investigación está patrocinada por la Sociedad Real para la Salud Pública con sede en Londres que usó para sus pesquisas los datos del censo británico donde hay 24 millones de personas que se desplazan a diario entre Inglaterra y Gales para trabajar. Los investigadores observaron que la mayoría de los desplazamientos eran pasivos (por ejemplo, sentados en un tren en lugar de caminando o en bici) y tenían una duración media de 56 minutos entre un punto y otro.

Para muchos, el desplazamiento era placentero pues lo empleaban para leer, pensar en sus cosas o relajarse; pero a pesar de esto la mayoría de ellos había empeorado su salud, había aumentado de peso y su sensación de malestar había aumentado.

Según los autores del estudio aquellos que iban al trabajo de un modo activo, andando o en bici estaban en mejor forma tanto del cuerpo como de la mente. Los desplazamientos activos hasta la oficina se han asociado en otros trabajos con una mejoría del estado de ánimo, pérdida de peso y un menor riesgo cardiovascular. Pero no se esperaba que ir al trabajo en coche, en bus o en el metro fuera tan perjudicial para la salud.

De acuerdo con el estudio un desplazamiento pasivo a la oficina puede ser dañino de varias maneras. Para empezar, los investigadores detectaron un estrés extra en los viajes del que se libran los que van en bici o andando. Casi 1.500 de los entrevistados se quejaban del estrés del viaje por los retrasos, las aglomeraciones de personas y las altas (o bajas) temperaturas.

Pero, sobre todo, esos desplazamientos pasivos te harán ganar peso. Lo primero es que casi un 38 por ciento de los entrevistados dijo que debido a los largos recorridos no tenían tiempo de llevar comida sana a la oficina y que acababan comiendo cualquier cosa. El estudio calculó que los trabajadores sometidos a esos largos desplazamientos consumían como promedio 767 calorías adicionales por semana.

Por supuesto ir sentado en un tren o en el bus supone añadir más tiempo a la mortal cantidad de tiempo que pasamos sentados cada día en nuestros centros de trabajo. Entre esto y el poco tiempo libre para ir al gimnasio o practicar algún deporte, el 41 por ciento de los encuestados había reducido su actividad física, elevado su índice de masa corporal y sus cifras de presión arterial.

El desayuno, la clave para empezar el día

Aunque ir andando o en bici al trabajo no está al alcance de todos, los expertos creen que los que se desplazan pasivamente hasta el trabajo pueden poner en marcha algunas estrategias para amortiguar los perjuicios para la salud. Por ejemplo, proponen ir de pie en el metro o en el bus y bajarse un par de paradas antes y andar durante 10 minutos. Creen que estos minutos andando podrían marcar la diferencia en el nivel de actividad física de cada día.

También recomiendan desayunar bien en casa y no comer por el camino, pues al no prestar atención suficiente a la comida se acabará comiendo más. Estos expertos aseguran que la primera comida del día tiene una gran impacto en la energía y el estado de ánimo que tendremos el resto del día. Por eso recomiendan un desayuno energético con cereales integrales que ayuden a mantener el peso y a lidiar con el estrés del día y del camino al trabajo.