"En España vamos encaminados hacia una nueva epidemia: la miopía. Es necesario fomentar el intercambio de información y colaboración entre especialistas, y poner en marcha un plan de prevención con carácter urgente". Son algunas de las conclusiones que se desprenden de la mesa redonda que se ha celebrado con motivo del Día Mundial de la Visión (13 de octubre).
Actualmente, casi el 25% de la población española es miope (11.500.000 personas), y entre los jóvenes de 21 a 30 años este porcentaje asciende casi al doble, con un 47,6%. Si continúa la tendencia actual, en 20 años el porcentaje de miopes en España podría alcanzar el 50%.
es miope en España
La situación resulta aún más dramática para los miopes magnos (cuando se tiene más de seis dioptrías), que representan en torno a un 12%, para los que su miopía acarrea grandes problemas de visión y muchas posibilidades de tener una discapacidad seria.
De hecho, la miopía es una de las principales causas de ceguera y baja visión en España y en todo el mundo. Por lo que respecta a nuestro país, en el año 2015, de todos los afiliados a la ONCE, los miopes magnos representan el 21,16% (más de 15.000 personas), siendo la causa principal de adhesión.
"Estas cifras son especialmente preocupantes para nosotros —asegura Javier García, presidente de AMIRES, Asociación de Miopía Magna con Retinopatías —. Entre nuestros objetivos a corto plazo está el desarrollo de campañas de prevención de salud visual en la infancia dirigida a los padres y madres con niños en edad escolar. Sería un éxito comprobar que dentro de unos años la población de miopes magnos hubiera disminuido".
En cualquier país desarrollado, la miopía genera una carga económica y social muy importante tanto a la persona que lo sufre, afectando a su autonomía y calidad de vida, como a la totalidad del Estado.
El coste económico personal para los miopes moderados se cifra en torno a los 300 euros por persona al año en métodos de corrección, lo que supone un gasto anual en España de 3.500.000.000 euros.
En el caso de personas que ya tienen una discapacidad visual, los gastos (personales y para el Estado) se multiplican, estimándose en torno a 11.000 euros al año por persona.
Según ha declarado el Dr. Jorge Torres, oftalmólogo pediátrico y estrabólogo y secretario General de la Sociedad Española de Estrabismo y Oftalmología Pediátrica, "la miopía es más una enfermedad que una condición, y cuando aumenta puede derivar en graves discapacidades visuales". "La miopía se debe a un crecimiento excesivo del ojo —continúa Torres—, que causa no solo un defecto de refacción, sino también problemas en la retina. Precisamente por ello, la miopía magna es la primera causa de afiliación a la ONCE".
Además de los factores genéticos, existen otros detonantes de la miopía como son los ambientales; por el excesivo trabajo de cerca (smartphones, tablets y ordenadores); el poco tiempo al aire libre (la falta de luz solar inhibe la dopamina, que a su vez frena el crecimiento excesivo del ojo); y el actual estilo de vida como puede ser una presión académica excesiva.
Las complicaciones de la miopía son relativamente tardías, ocurren principalmente pasados los 50 años, si bien la base de esas complicaciones está cimentada en la niñez, entre los 7 y 17 años, ya que la miopía progresa principalmente durante este período. Después es imposible disminuirla, porque el globo ocular estirado ya no vuelve a su tamaño normal.
Por este motivo es tan importante su prevención. "Para el tratamiento de la miopía —asegura el Dr. Juan Gonzalo Carracedo, profesor de la Facultad de Óptica y Optometría UCM, miembro de OftaREd y representante nacional de EurOK— existen diferentes soluciones correctivas, como son las lentes multifocales, las gafas bifocales/progresivas y la atropina. Pero quiero destacar la ortoqueratología, también llamada Orto-K, como el método no farmacológico más eficaz para ralentizar la progresión de la miopía. Se trata de lentes de contacto especiales de uso nocturno que te permiten ver bien durante todo el día".
20 de enero-18 de febrero
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