Una mujer estirando las piernas / getty

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Micro gimnasia

Para poner en forma tus piernas, no solo cuenta el tiempo que pasas en el gimnasio. Los pequeños gestos de tu día a día también pueden ayudarte

Al despertar. Tumbada en la cama boca arriba, estira todo lo que puedas un brazo y la pierna contraria. Mantén la postura durante unos segundos y luego repite el mismo movimiento, con el brazo contrario y la pierna correspondiente. Por último, relaja las piernas llevando las rodillas hasta el pecho.

En el baño. Mientras te secas el pelo o te cepillas los dientes, coloca los pies como una bailarina de ballet: talón contra talón, y pega las piernas con fuerza una contra otra mientras contraes el abdomen. Repite tres veces y tonificarás tus piernas.

Al vestirte. Ejercita tu equilibrio y los músculos de tus piernas, poniéndote los calcetines y atándote los zapatos de pie, alzando la rodilla hacia el pecho, en lugar de agacharte.

Y si estás sentada...

Aprovecha para tonificarte. ¿Cómo? Siéntate sobre los isquiones (los huesos de la parte inferior de tus nalgas), apoya la espalda en el respaldo para que tu abdomen quede recto y contra muslos y nalgas unos segundos. Si notas mucha tensión, haz pequeños círculos con los hombros hacia atrás y hacia adelante, y bosteza para relajar el diafragma.