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Tocarse la barriga o hacer 'nesting' mejora tu salud

Por fin el quedarse en casa con pijama y manta todo el fin de semana está considerado como un plan saludable dentro de nuestra sociedad frenética. Y además tiene nombre: 'nesting'. Te contamos más sobre esta tendencia tan apetecible.

Tu estado de ánimo depende mucho de la alimentación. Pincha aquí y descubre los mejores alimentos contra el estrés y la ansiedad./pinterest

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María Víllora
María Víllora

En esta acelerada sociedad en la que vivimos pegados a un móvil y a un reloj, apenas hay tiempo para el descanso. Y no nos referimos a ir a un spa y relajar el cuerpo bajo los chorros. Hablamos de planes como sentarse en el sofá a ver la tele, dejar de lado nuestra vida social y conocernos un poco mejor o volvernos ermitaños sin que nos juzguen por ello. Pues tranquila, porque ha llegado a nuestras vidas el 'nesting' (término inglés que significa ‘nido’). Perfecto para practicar de vez en cuando sin sentirse culpable por 'no hacer nada'. ¡Te explicamos en qué consiste!

No eres vago, eres un 'nest'

Nuestra intensa vida social, el trabajo, los viajes, las responsabilidades… Todo ello hace que pasemos mucho tiempo sin parar fuera de casa y, aunque a veces estemos deseando volver, no podemos disfrutar plenamente del calor del hogar tanto como nos gustaría. El 'nesting' no significa aburrirse ni ser un vago. Todo lo contrario, “nos invita a no hacer ninguna de nuestras obligaciones diarias, a no planificar, a parar ese ritmo acelerado y recuperar el equilibrio físico y mental”, afirma Ana Belén Medialdea, Psicóloga General Sanitaria especialista en Terapia Breve Estratégica.

¿Tienes que poner una lavadora? No pasa nada, hoy es día de 'nesting'. ¿Hoy era día de compra general? Tranquila, el 'nesting' lo perdona todo. Sin juicios, sin culpa. Estás respaldada bajo el privilegio que te otorga esta práctica (ahora) oficial.

El secreto para no sentirse mal con una misma, cuenta Ana Belén, “está en que cuando no hacemos nada estamos haciendo algo por nosotros mismos, estamos descansando para cuidarnos, para tenernos en cuenta y para permitirnos ser humanos”.

Llevas media vida haciendo 'nesting' y sintiéndote culpable por ello

Ya que se ha abierto la veda del remoloneo sin prisas y tenemos licencia para perrear, por qué no sacarle todo el partido posible y conocer los beneficios de practicar nesting.

Ayuda a pisar el freno de la prisa, a desconectar y a vivir en el momento presente. Encuentra el equilibrio entre estar bien con nosotros mismos y con los demás.

Explica la psicóloga que practicando 'nesting' estamos reservando momentos para dedicarlos a nuestro cuidado y bienestar, estamos teniendo en cuenta nuestras propias necesidades.

Se consigue recuperar la calma y permite coger energía para poder afrontar la rutina laboral.

Disminuye la predisposición a sufrir enfermedades y a combatir el riesgo de depresión. “Cuando tenemos momentos para descansar y estar tranquilos, fomentamos que disminuyan los niveles de cortisol, que es la hormona que se libera cuando sentimos ‘estrés, prosigue Medialdea.

Principalmente, nos permite observar cómo estamos y qué necesitamos. Nos invita a disfrutar de nuestra propia compañía, a conectar con nosotras mismas y con la vida. Además, también puede ayudarnos a recuperar el contacto con las personas con las que vivimos y pasar tiempo de calidad con ellos.

Tranquila, puedes hacer cosas

Estas son algunas ideas que sí podemos llevar a cabo para aprovechar los días de 'nesting' como crecimiento personal:

Lo fundamental para practicar el 'nesting' como es debido, es no planificar las tareas. Es decir, “que podamos hacer lo que realmente nos apetece y centrarnos en ello sin tener que estar pensando en las cosas que debemos hacer o en las que no estamos haciendo por estar descansando”, señala la experta. Se trata de permitirnos improvisar los planes también en casa.

Podemos disfrutar de una buena lectura, escuchar música, tener conversaciones basadas en lo que nos gusta con las personas con las que vivimos.

Está permitido disfrutar cocinando, ver una película tumbada en el sofá, darse un baño caliente y realizar tareas que sean mecánicas (esas para las que no hay que pensar mucho).

Además, concluye Ana Belén Medialdea, “podemos fomentar nuestra creatividad dedicando pequeños momentos a dibujar mientras dejamos la mente en blanco, e incluso utilizar tiempo para escribir. La escritura es un método muy terapéutico que ayuda a conectar con nosotros mismos y con nuestras emociones”.

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