¿Acupuntura para la ansiedad y los dolores menstruales? La Universidad de Boston responde

Adorada por muchos y denostada por tantos otros, la acupuntura y sus finísimas agujas despiertan pasiones y se ganan detractores casi a partes iguales. Pero lo cierto es que, si nos paramos a pensarlo detenidamente, en muchas ocasiones desconocemos exactamente en qué consiste esta práctica milenaria . Los orígenes de la acupuntura se remontan a una antigua técnica terapéutica de la Medicina Tradicional China nacida hace más de 10 mil años. En occidente desembarcaba hace ya cuatro siglos con una filosofía y unos conceptos diametralmente opuestos a los de nuestra ciencia, sin embargo en 1979 la Organización Mundial de la Salud en Ginebra la reconocía como terapia recomendada para el tratamiento de ciertas dolencias.

Grosso modo, la acupuntura concibe el cuerpo humano como un sistema de flujos de energía, por lo que la enfermedad se causa a través de un desequilibrio entre el yin y el yang que bloquea el ‘qi’ del cuerpo. Como explica el doctor Joseph Mercola, médico osteopático, el bloqueo del ‘qi’ es crucial porque “fluye a través de 12 meridianos básicos que están relacionados con sus principales órganos viscerales y con cada sistema funcional del cuerpo”. Así, la práctica de la acupuntura consistiría en estimular unos puntos específicos del cuerpo a lo largo de las vías (o meridianos energéticos), que van desde la parte superior de la cabeza hasta la planta de los pies, equilibrando de este modo ciertas funciones corporales. Además de esta técnica de tratamiento existen la terapia de estimulación eléctrica y por láser, los métodos de ventosa o la moxibustión (aplicar calor utilizando la raíz de la planta Artemisa).

Según recogen en Taycus, centro de Terapias Naturales, “la acupuntura es especialmente efectiva en el tratamiento de: cefalea, migraña, insomnio, fatiga, estrés, estreñimiento, diarrea, codo de tenista, periartritis escápulohumeral (hombro de los 50), tendinitis, ciática, lumbalgia, tortícolis, secuelas de apoplejías, trastornos del ciclo menstrual, dolores menstruales, trastornos de la menopausia, prostatitis, artritis, etc”. A esta lista, investigadores de la Universidad de Boston han determinado que esta terapia milenaria también puede ser efectiva para el tratamiento de los estados menores de depresión, ansiedad e incluso crisis más importantes como son los ataques de pánico. ¿Gracias a qué? Precisamente a su capacidad para relajar cuerpo y mente, logrando que la energía fluya nuevamente. Sin embargo, el mismo estudio también apunta a que este tratamiento no reemplaza las terapias médicas convencionales, pudiendo establecer sinergias y funcionar de forma conjunta para obtener mejores resultados.

Diversos estudios realizados por la Universidad de Boston en una muestra de mil mujeres señalaron que la acupuntura también podría ser beneficiosa para las mujeres que sufren dismenorrea (fuerte dolor menstrual que padecen siete de cada diez mujeres). Por otra parte, en la publicación 'Etapa Infantil' recogen las conclusiones que los investigadores de la misma universidad descubrieron en cuanto a los problemas de fertilidad, afirmando que “cuando las mujeres con dificultades para quedar embarazadas se sometían a un entrenamiento de relajación o de manejo del estrés, la tasa de concepción aumentaba en un 55%. En estos casos, la acupuntura puede convertirse en una gran aliada”. Así también, existen indicios que aseguran que la acupuntura puede estabilizar los niveles hormonales en las mujeres, provocando que los ciclos menstruales sean más regulares, a la vez que aumentaría la irrigación sanguínea en el útero. Según ha publicado la revista Fertility & Serenity, esta técnica podría aumentar alrededor de un 15% la tasa de éxito de implantación del embrión.

En conclusión, nunca es tarde para probar los beneficios de la acupuntura, siempre poniéndote en manos de profesionales y consultando a tu médico antes de hacerlo. Además, como decíamos anteriormente, lo mejor es establecer sinergias entre ambas terapias médicas.

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