vivir
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A veces das vueltas en círculo pensando hasta que te viene una idea. O te levantas del ordenador y caminas por el pasillo hasta que la solución a tu problema llega sola. Esto tiene una explicación y es que el movimiento activa las neuronas cerebrales y reorganiza el cerebro, por lo que es menos probable que las personas que caminan sufran de altos niveles de ansiedad, y cuando lo hacem, su productividad aumenta.
Estudios realizados por científicos de la Universidad de Princeton concluyeron que el ejercicio, de manera regular, ayuda a la regeneración del cerebro y libera endorfinas.
Por lo visto, el cerebro actúa de forma automática ante las rutinas. Si siempre hacemos lo mismo y de la misma manera, las respuestas cognitivas serán cada vez menos creativas al carecer de nuevas conexiones neuronales. Esto se traduce en pérdida de memoria, aburrimiento y letargo.
Puesto que las rutinas no son buenas para el cerebro, pero a nosotros nos encantan, podemos añadirle un poco de salsa al día a día e introducir una caminata en medio para contentar a la mente. Si, además, lo haces en contacto con la naturaleza, el efecto se duplica ya que generamos nuevos pensamientos, reacciones y estados de ánimo. Esto, al final significa creatividad a raudales.
A pesar de que es mejor al aire libre, el hecho de caminar sobre una cinta, en una habitación cerrada y cuatro paredes en blanco, puede tener dos veces más respuestas creativas en comparación con una persona que permanece sentada. Esto lo afirma un estudio realizado por investigadores de Stanford.
Conclusión: si te sientes estancada y sin ideas originales, sal a andar 30 minutos al día y la creatividad fluirá por tus venas.
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