Procesados y ultraprocesados: ¿cuál es la diferencia y cuáles hay que evitar?

No solo es una cuestión semántica. Ultraprocesado no es lo mismo que procesado, aunque muchas veces se metan en el mismo saco hasta que sean parecidos. De lo que se trata es de salud, saber diferenciar entre alimentos que pueden ser saludables y los que no lo son en absoluto. Un avance: tienes que evitar los ultraprocesados

No hay mucho secreto: hay muchos alimentos procesados que sí son buenos para la salud de la misma forma que la práctica totalidad de los alimentos ultraprocesados son peligrosos para tu bienestar porque resumidamente son comida que acorta la vida. La propia semántica ayuda a comprender cuál es la diferencia entre procesado y ultraprocesado: mientras el primero admite cierta manipulación, que no tiene por qué ser mala, el segundo manipula casi por completo añadiendo y quitando cosas. Pero hay más cosas…

Alimentos procesados: la diferencia está en la salud

Se puede considerar un alimento procesado a todo aquel que haya cambiado en algún aspecto su naturaleza original. Y eso no tiene que ser necesariamente malo. Por ejemplo, son alimentos procesados unas zanahorias que se han congelado. O unos tomates enlatados. O la pasta integral. Las técnicas de procesamiento de alimentos incluyen congelación, enlatado, triturado, secado y hasta pasteurización. Y puedes comer procesados saludables. Un buen ejemplo: si estás poniendo en la sartén unos cubitos de espinacas congeladas estás comiendo estupendamente.

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La propia perversión del lenguaje ha llevado a meter en el mismo saco alimentos procesados y ultraprocesados, cuando en realidad suelen ser muy diferentes. Los procesados muchas veces son alimentos que con su presentación te ahorran tiempo y esfuerzos. Además, suelen necesitar que los cocines, como por ejemplo la pasta integral, o poseer ingredientes agregados como edulcorantes, colorantes o conservantes. Y otro buen ejemplo de alimento procesado saludable: los que se «refuerzan» con nutrientes como fibra, vitaminas o calcio. La clave está en llevarte a casa los buenos procesados, aquellos que se han manipulado para facilitarte la vida y sin eliminar sus propiedades más importantes.

Alimentos ultraprocesados: justo lo que no necesitas

La comida ultraprocesada lleva todo bastante más lejos que la simplemente procesada. Son platos preparados y otros productos creados generalmente a partir de componentes alimenticios con poco o ningún alimento intacto. Ya sabes: preparados congelados, salsas, cereales, sopas de sobre, snacks, galletas, bollos, refrescos, pizzas… Efectivamente, las cosas menos saludables para tu dieta.

Tienen mucho truco, y especialmente las grasas y azúcares. Es lo que los hace más sabrosos y a la vez más adictivos. Los necesitas a todas horas por esa sensación falsa de plenitud que te crea, pero son grasas vacías que lo que te harán es tener más hambre en breve. Por eso no paras de comerla y te enganchan. Y son de consumo inmediato: como mucho, abrir el envase y calentar en microondas.

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No son saludables y hace décadas que se sabe que los ultraprocesados son responsables en múltiples enfermedades tan importantes como obesidad, hipertensión o cáncer, pero lo paradójico es que representan aproximadamente la mitad de la dieta en las sociedades occidentales. De hecho, pueden llegar a aportar casi el 60% de las calorías y el 90% de los azúcares añadidos en la nutrición de países como España. Por eso, diferenciar entre procesado y ultraprocesado es tan importante para tu salud.