Existe un hábito que, si lo practicas con regularidad, reduce el estrés, regula el azúcar en sangre y aumenta la felicidad. Y no, no estamos hablando del ejercicio físico o de seguir una alimentación saludable, que son dos hábitos necesarios, pero tampoco son la solución a todo. En este caso, estamos hablando de la amabilidad.
Sí, ser amable con los demás no sólo te hará sentirte bien. Según los expertos, los sentimientos que te genera la amabilidad contribuyen a mejorar la salud y el bienestar a largo plazo. Y no estamos hablando de los aspectos psicológicos, sino que también trasciende a lo físico.
La bondad es cuando hacemos algo para beneficiar a otra persona por el mero deseo de ayudar a alguien, no por el miedo al castigo o el intento de obtener una recompensa a cambio de tu comportamiento. La amabilidad también puede practicarse hacia uno mismo, y ambas versiones tienen beneficios para la salud y el bienestar:
1. Rebaja el estrés: ser amable ayuda a reducir el cortisol y la presión arterial, reduce el dolor, la ansiedad, la depresión y refuerza el sistema inmunitario. No, ser amable no eliminará aquello que te provoca estrés, pero sí reforzará tu capacidad de afrontarlo y responder con más calma.
2. Disminuye la ansiedad: practicar la amabilidad tanto con los demás como con uno mismo también puede ayudar mucho a la propia salud mental. Este tipo de comportamiento es eficaz para ayudar a tratar la depresión y la ansiedad social, sobre todo combinándolo con terapia cognitivo-conductual.
3. Mejora la salud del corazón: sentirse bien disminuye la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, y la práctica de la amabilidad provoca este tipo de bienestar. Pero un acto de bondad no es suficiente, sino que tiene que instaurarse como un hábito que ya forme parte de tu forma de ser.
4. Ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre: según los expertos, la autocompasión (que no deja se ser ser amable con uno mismo) puede reducir las hormonas del estrés, que elevan el nivel de azúcar en sangre. Además, también ayuda a calmar el sistema nervioso, lo que puede afectar al nivel de azúcar en sangre.
5. Fomenta la felicidad: una investigación reciente concluyó que las personas que eran amables durante una semana manifestaban un aumento de la felicidad. Además, cuando más amables eran (medido en términos de más actos de bondad realizados) más felices decían ser.
6. Aumenta la longevidad: la amabilidad puede ayudar a fomentar un sentido de propósito, lo que, según los expertos, reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y demencia. Además, la bondad también aumenta la longitud de los telómeros, que son una parte del ADN que indica cómo está envejeciendo el cuerpo.
20 de enero-18 de febrero
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