En sí, el estrés no es malo , pero el problema es cuando se apodera de tu vida. Es el llamado estrés crónico . Hay muchos trucos sencillos para quitar el estrés , pero pocos poseen un efecto tan inmediato como un buen perfume. Cierra los ojos y evoca los siguientes olores: una explosión de cítricos mientras pelas una jugosa naranja, el olor a lavanda de tus sábanas o una cálida ráfaga de aroma de eucalipto al atardecer. Relajante, ¿verdad? Y tiene su explicación.
Durante milenios, culturas como la china o la egipcia descubrieron los poderes calmantes de ciertos aromas naturales y pronto los curanderos comenzaron a recetar aceites esenciales perfumados para tratar afecciones inducidas por el estrés como ansiedad, insomnio o dolores de cabeza. Hasta llegar a estos días, en el que sabemos el poder relajante de un buen perfume y cómo una disciplina como la aromaterapia se abre paso para tratar numerosas enfermedades.
¿Qué sucede en el organismo para que te invada una sensación de paz y bienestar cuando descubres un buen aroma? Tiene su explicación científica. Resulta que el sentido del olfato se activa cuando las moléculas de la fragancia se adhieren a los receptores olfativos especiales de la nariz. Inmediatamente, estos receptores envían señales eléctricas directamente a la corteza olfativa del cerebro, que a su vez se comunica con los centros de memoria y emoción del cerebro, como el hipocampo, la amígdala y la corteza frontal. Y eso es lo que te hace sentirte tan bien y entrar en un maravilloso estado de relajación.
La comunidad científica respalda este efecto calmante que tiene un buen aroma. Un estudio realizado en Japón reforzó la teoría clásica de que algunos olores naturales pueden actuar como los medicamentos contra la ansiedad modificando la química de nuestro cerebro hasta imitar los efectos de medicamentos como Valium o diazepam.
La lavanda tiene un poder antiestrés suficientemente acreditado en numerosos estudios, pero no es el único aroma que se ha relacionado con los mismos receptores neuronales que los potentes medicamentos contra la ansiedad. Hace unos años, investigadores alemanes probaron cientos de fragancias y el gran ganador de este «concurso de olores» fue el jazmín, que produjo un efecto tan poderoso como las pastillas para dormir y los sedantes.
La lavanda y el jazmín son los grandes remedios tradicionales de relajación a través del olfato, pero varios otros pueden compartir un mecanismo similar de nariz a cerebro. Otros compuestos que han mostrado efectos ansiolíticos prometedores son el aroma de las cáscaras de cítricos o el olor a pino. Las investigaciones siguen abiertas, pero el hecho es irrefutable: oler bien relaja y gusta.